?Quieres luchar contra el hambre? Haz que las mujeres vivan mejor
La igualdad de derechos entre sexos en el campo, clave para atajar la malnutrici¨®n La producci¨®n agr¨ªcola crecer¨ªa un 4% y se reducir¨ªa en 150 millones las personas que pasan hambre En pa¨ªses del Sur, entre el 60% y el 80% de las mujeres trabajan en la tierra. No tienen acceso a la titularidad ni a cr¨¦ditos
Esperan?a Manuela Sinela, abuela, soltera y mozambique?a de 52 a?os, agricultora del distrito de Marracuene, a 37 kil¨®metros al norte de Maputo, sufre las trabas de muchas mujeres que tratan de sacar adelante su peque?a plantaci¨®n para alimentar a la familia. ¡°Para plantar el pepino suficiente en mis dos hect¨¢reas necesito 20 bolsas de semillas, una inversi¨®n de 289 d¨®lares, demasiado dinero para gastar en una cosecha que corre el riesgo de no cubrir ni tan siquiera los costes de la inversi¨®n¡±, explica Sinela, tambi¨¦n activista y secretaria de la Asociaci¨®n Mozambique?a de Mujeres. El gasto que le supondr¨ªa hacerse con maquinaria pesada para cultivar sus tres parcelas le imposibilitar¨ªa acceder a las semillas, adem¨¢s de que los bancos locales no cuentan con ning¨²n programa de cr¨¦dito para peque?os agricultores y mantienen un inter¨¦s del 22%, inaccesible para mujeres como ella.
El acceso a la tierra y a las semillas es un problema global, no solo en el ?frica subsahariana, que afecta a la mujer especialmente por su papel invisible dentro del mundo rural. ¡°Las mujeres tienen que triplicar su esfuerzo para recibir una l¨ªnea de cr¨¦dito y devolverlo en las mismas condiciones que las de un hombre. Hay que valorarlas dentro de una situaci¨®n real y no provocarles m¨¢s sacrificios¡±, asegura Ana Mar¨ªa Gonz¨¢lez, responsable de G¨¦nero de Ayuda en Acci¨®n.
Ellas son la base de la agricultura familiar. En los pa¨ªses del Sur entre un 60% y un 80% de las mujeres trabajan en la producci¨®n de alimentos, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO, por sus siglas en ingl¨¦s), y sin embargo es el colectivo m¨¢s desfavorecido y el que m¨¢s hambre pasa en el mundo rural: ¡°?Por qu¨¦? Ellas trabajan la tierra, la cultivan, recolectan los alimentos, pero no tienen acceso a su propiedad, al cr¨¦dito agr¨ªcola y, consecuentemente, no reciben el fruto de lo que producen¡±, explica Esther Vivas, activista en pol¨ªticas agr¨ªcolas y alimentarias y miembro del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (CEMS) de la Universidad Pompeu Fabra. La igualdad de derechos en el campo permitir¨ªa reducir en 150 millones el n¨²mero de personas que pasan hambre y se podr¨ªa incrementar la producci¨®n agr¨ªcola en un 4%, seg¨²n datos de los organismos internacionales, sin embargo, no parece que sean motivos suficientes para apoyar m¨¢s pol¨ªticas paritarias en el mundo rural.
Juana P¨¦rez vive en la Libertad, una comunidad del estado mexicano de Chiapas, y se dedica al cultivo del ma¨ªz y el frijol. Con una veintena de mujeres m¨¢s ha organizado un proyecto de guarder¨ªa, con el apoyo de Ayuda en Acci¨®n, para hacerse cargo de los cuidados de sus hijos, al mismo tiempo que de sus cosechas: ¡°Ahora podemos salir a trabajar sin preocuparnos y sabemos que est¨¢n bien cuidados por otras madres educadoras¡±, explica P¨¦rez. Antes de que el centro Las Florecillas estuviera abierto las mujeres agricultoras se ve¨ªan obligadas a llevarse a los ni?os y ni?as al campo, donde estaban expuestos al sol y a la lluvia durante horas, encaramados a las espaldas de sus madres.
Mujer rural 'versus' hombre rural
- Las parcelas de los hombres son en promedio tres veces mayores que las de las mujeres (en todo el mundo).
- Un an¨¢lisis de los sistemas de cr¨¦dito en cinco pa¨ªses africanos revel¨® que las mujeres reciben menos de la d¨¦cima parte del cr¨¦dito que los peque?os agricultores de sexo masculino.
- En la mayor parte de los pa¨ªses en desarrollo, la triple responsabilidad de las mujeres del medio rural ¡ªlos trabajos agr¨ªcolas, las tareas del hogar y la obtenci¨®n de ingresos en efectivo¡ª configuran una jornada laboral de hasta 16 horas, m¨¢s prolongada que la de los hombres.
- Las mujeres siguen sin tener acceso a importantes servicios de infraestructura y a tecnolog¨ªas adecuadas que puedan aliviar su carga de trabajo.
- La remuneraci¨®n por hora de trabajo de las mujeres var¨ªa entre el 50% y el 100% de la de los hombres.
- Las empresas cuyas propietarias son mujeres afrontan muchas m¨¢s limitaciones y reciben muchos menos servicios y apoyo que las empresas de los hombres.
- En Uganda las empresas de mujeres tropiezan con muchos mayores obst¨¢culos que las de hombres para entrar en el mercado, aunque en t¨¦rminos generales son al menos tan productivas y eficientes por lo que se refiere al valor a?adido por trabajador.
- En Guatemala, las mujeres s¨®lo obtienen el 3% de los contratos de producci¨®n de arvejas, aunque llevan a cabo m¨¢s de una tercera parte del trabajo en el campo y pr¨¢cticamente todas las tareas de elaboraci¨®n.
Fuente: Informe de la pobreza rural 2011 con datos del Banco Mundial, FAO y FIDA (2008).
¡°En muchos pueblos la mujer sigue estando relegada, incluso en el lenguaje, a ocupar un papel complementario al del hombre, porque ellos acceden a la titularidad de la tierra pero en realidad, en su mayor¨ªa, son ellas quienes la trabajan¡±, asegura Ana Mar¨ªa Gonz¨¢lez, responsable de G¨¦nero de Ayuda en Acci¨®n. Gonz¨¢lez ha analizado la situaci¨®n de la mujer en distintos pa¨ªses y considera que la violaci¨®n de los derechos de las mujeres es ¡°sistem¨¢tica¡± en aquellos en que la sociedad civil es casi inexistente pero tambi¨¦n en aquellos pa¨ªses donde el marco jur¨ªdico y legal ampara a la mujer dentro de la sociedad: ¡°Otro de los motivos por los que esto se da es porque las pol¨ªticas agrarias est¨¢n enfocadas a beneficiar a las grandes agroindustrias¡±, puntualiza Gonz¨¢lez. Los organismos internacionales son conscientes de esta desigualdad. En el informe publicado por la FAO, titulado Dimensiones de g¨¦nero en el empleo agr¨ªcola y rural: V¨ªas diferenciadas para salir de la pobreza, se se?ala que "a pesar de que la desigualdad de g¨¦nero var¨ªa de forma considerable entre las diferentes regiones y sectores, existe la evidencia de que, a nivel global, las mujeres obtienen un menor beneficio del empleo rural -ya sea en un trabajo asalariado o por cuenta propia- que los hombres".
En un art¨ªculo titulado Agricultura y alimentaci¨®n, nombre de mujer Esther Vivas reivindica una alternativa a la soberan¨ªa alimentaria en la que necesariamente se le diera visibilidad a la mujer: ¡°Debe ser necesariamente feminista y apostar por la igualdad de derechos, reivindicando el acceso a los medios de producci¨®n de los alimentos (tierra, agua y semillas) en igualdad de condiciones, tanto para hombres como para mujeres¡±, escribe la activista.
"El empoderamiento de las mujeres rurales no es opcional", anunciaba este octubre el Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en ingl¨¦s) en una reuni¨®n en la que se revisaban los primeros resultados de un plan de impulso de la situaci¨®n de las mujeres de tres agencias alimentarias de Naciones Unidas: adem¨¢s de WFO, la FAO y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agr¨ªcola (IFAD, en sus siglas en ingl¨¦s). "Los datos de la FAO y del Banco Mundial reconocen que invertir en las mujeres es la mejor opci¨®n para el desarrollo de las comunidades y la seguridad alimentaria familiar".
Desde 2012, las tres agencias se embarcaron en un programa de cinco a?os junto a ONU Mujeres con cuatro objetivos: aumentar la productividad de las peque?as explotaciones de mujeres, incrementando el control de su producci¨®n y el acceso a la formaci¨®n, entre otras necesidades; impulsar los negocios agr¨ªcolas regentados por ellas, favorecer la participaci¨®n y el liderazgo femenino en las instituciones rurales y apoyar a los gobiernos con pol¨ªticas de promoci¨®n de los derechos de las mujeres. A principios de octubre, se revisaron los progresos: la WFO contabilizaba en esa reuni¨®n talleres en seis pa¨ªses, tres de ellos africanos (Nigeria, Ruanda y Liberia), que han originado programas de trabajo nacionales. Adem¨¢s se ha acordado crear un fondo administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y algunas agencias han financiado proyectos modestos.
Hist¨®ricamente el papel de la mujer en el campo ha sido una de las l¨ªneas de lucha para los movimientos internacionales de campesinos como V¨ªa Campesina y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC). ¡°Llevamos 20 a?os trabajando en el llamado feminismo campesino popular, que est¨¢ mucho m¨¢s desarrollado en Am¨¦rica Latina que en ?frica, Asia y Europa. Se basa en no s¨®lo estar presente en el debate de las pol¨ªticas p¨²blicas, sino avanzar en conjunto en generar cambios culturales profundos y erradicar el patriarcado. Y por supuesto tenemos en cuenta que nuestras reivindicaciones no son solo nuestras. A pesar de todo la palabra feminismo violenta mucho en el entorno campesino, sobre todo a los hombres y a las ind¨ªgenas, porque el feminismo siempre ha estado muy satanizado. A pesar de todo nos ha llevado a conseguir avances hist¨®ricos¡±, explica Francisca Rodr¨ªguez, directora Internacional de la Asociaci¨®n Nacional de Mujeres Rurales e Ind¨ªgenas de Chile (Anamuri), floricultora y activista de esta organizaci¨®n adherida a V¨ªa Campesina.
Colectivos como Anamuri consideran que la soberan¨ªa alimentaria ser¨ªa una lucha incompleta si no se tuviera en cuenta el papel de la mujer: ¡°Hay que hacer una recuperaci¨®n hist¨®rica y exigir pol¨ªticas p¨²blicas que tomen en cuenta la soberan¨ªa alimentaria pero tambi¨¦n a las mujeres. Hay que forjar una nueva cultura en la que se compartan los roles y se nos valore, adem¨¢s de recuperar la convivencia familiar perdida y la importancia de nuestro papel. Las mujeres somos el custodio de las semillas¡±, argumenta Rodr¨ªguez.
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