La televisi¨®n p¨²blica que nunca fue

El Gobierno del PP en la Comunidad Valenciana ha decidido cerrar Canal Nou, la emisora p¨²blica de radio y televisi¨®n fundada en 1989. M¨¢s de 1.600 trabajadores se quedan en la calle, y los valencianos sin una cadena que dej¨® de ser p¨²blica hace mucho tiempo. En Valencia se ha producido la p¨¦rdida de muchos puestos de trabajo. Lamentemos eso, pero poco m¨¢s.

En sus ¨²ltimas horas de emisi¨®n, los trabajadores de la televisi¨®n y la radio intentaron hacer lo que no hicieron durante a?os: dar cuenta de acontecimientos que hab¨ªan sido eliminados de las pantallas de los ciudadanos de una manera sistem¨¢tica. El caso m¨¢s sangrante, el del accidente del metro, que provoc¨® muchas decenas de muertos y del que jam¨¢s se pudo dar una informaci¨®n m¨ªnimamente presentable y decente, porque los directivos lo impidieron, sin encontrar ninguna resistencia seria.

Cabe recordar tambi¨¦n que a trav¨¦s de la RTVV se mont¨® un gigantesco aparato de estafa en torno a la visita del papa Benedicto XVI, que nutri¨® generosamente las arcas de la red G¨¹rtel.

No hubo tampoco entonces resistencia notable de los cientos de trabajadores (ahora indignados) entre los que muchos hab¨ªan sido colocados a dedo por el partido de Alberto Fabra hasta el punto de doblar la plantilla necesaria para que el invento funcionara.

En realidad, la historia de estos medios p¨²blicos se muestra en todo su patetismo porque ha contado con la complicidad de muchos ciudadanos y la pasividad complaciente de una gran parte de sus plantillas, que han tolerado durante a?os que un medio de titularidad p¨²blica se convirtiera en un gran burdel. Cuando alguien protest¨® (hubo casos, por fortuna) no encontr¨® la solidaridad de los compa?eros. Y qu¨¦ decir de la f¨¢brica de basura en la que se convirti¨® esa televisi¨®n, a la vanguardia de la producci¨®n de programas como T¨®mbola. ?Hicieron alguna huelga contra eso sus trabajadores?

La visi¨®n del PP sobre los medios p¨²blicos ha sido (?con la honrosa excepci¨®n de Alberto Ruiz-Gallard¨®n cuando presid¨ªa Madrid!) siempre la misma: una televisi¨®n productora de basura y unos informativos domesticados al servicio de la extrema derecha. Eso conduce, en ¨¦pocas de crisis econ¨®mica, a la degradaci¨®n de los programas, a la deserci¨®n de la audiencia y, al final, al cierre, programado para favorecer a empresas privadas. Ese es el fin previsible para Televisi¨®n Espa?ola. Y ese ha sido el fin de la ¨²nica televisi¨®n en que sus trabajadores lucharon no por sus contratos sino porque fuera decente: Telemadrid.

L¨¢stima de RTVV, que no fue p¨²blica.

Jorge M. Reverte fue director general de RTV Madrid y subdirector de informativos no diarios de TVE.