El dif¨ªcil equilibrio entre la alimentaci¨®n y la protecci¨®n de animales amenazados
Un estudio revela el importante valor alimentario que tiene la caza de animales en ?frica El 18% de los animales cazados en las selvas tropicales est¨¢ amenazado Al ritmo actual, Camer¨²n y la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo ver¨¢n desaparecer en 2050 sus mam¨ªferos forestales de mediano y gran tama?o
La ¨²ltima revisi¨®n de la lista roja de los animales amenazados de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN) volvi¨® a destacar la caza como uno de los impactos que sufre la fauna a nivel mundial. Un ejemplo: el okapi entra en el nada selecto club de las especies catalogadas ¡°en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n¡± por culpa de la caza y la p¨¦rdida de h¨¢bitat. Casi a la par, la Asociaci¨®n Espa?ola de Ecolog¨ªa Terrestre difunde un estudio publicado en su revista Ecosistemas que alerta sobre la disminuci¨®n de mam¨ªferos en las selvas tropicales: ¡°En el a?o 2050, tanto Camer¨²n como la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo habr¨¢n sufrido la desaparici¨®n de mam¨ªferos forestales de mediano y gran tama?o, provocando una inseguridad alimentaria entre sus habitantes por la falta de prote¨ªnas proveniente de estos animales¡±.
Precisamente el okapi se distribuye en exclusiva por la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (ya se extingui¨® en Uganda), un pa¨ªs enclavado en una de las zonas con mayor intensidad cineg¨¦tica. ¡°Los c¨¢lculos realizados revelan que aproximadamente 579 millones de animales son anualmente consumidos en la cuenca del Congo, lo que representa unos cuatro millones de toneladas de carne de caza¡±, revela el estudio de Ecosistemas, que revisa informaci¨®n cient¨ªfica variada y est¨¢ encabezado por John Fa, investigador en el Durrell Wildilife Conservation Trust y el Imperial College London del Reino Unido.
El trabajo de revisi¨®n llevado a cabo por el equipo de Fa resalta un problema espinoso: el conflicto entre la protecci¨®n animal y la seguridad alimentaria. No se obvia que la caza comercial de fauna en los bosques tropicales de Asia, ?frica y Sudam¨¦rica, junto con las demandas impuestas por el intenso crecimiento de la poblaci¨®n humana en estos ecosistemas, supone una amenaza para la viabilidad de muchas poblaciones de mam¨ªferos silvestres. Sin embargo, Fa precisa: ¡°No podemos decir a los habitantes de estas zonas que dejen de cazar por completo porque la carne de bosque supone una importante fuente de prote¨ªnas para ellos, insustituibles por otros alimentos, y una gran fuente de ingresos derivados de las ventas¡±.
579 millones de animales son anualmente consumidos en la cuenca del Congo
En varias ocasiones, ONG, entre ellas el Center for International Forestry Research y la Wildlife Conservation Society, han advertido sobre las consecuencias negativas que puede tener la prohibici¨®n estricta de la caza para la alimentaci¨®n de poblaciones nativas. ¡°Las peculiaridades del clima tropical y las enfermedades asociadas impiden que la cr¨ªa extensiva de ganado constituya una opci¨®n viable¡±, destacan en el informe de Ecosistemas, por lo que ¡°la caza silvestre representa la principal fuente de abastecimiento para numerosas familias en zonas rurales y tambi¨¦n para muchas familias urbanas¡±.
Pero en el ir y venir de datos, estudio tambi¨¦n constata que en las selvas tropicales se capturan 470 especies de mam¨ªferos, de las cuales el 18% se encuentran amenazadas (25% en Suram¨¦rica y 20% en ?frica). ¡°En la cuenca del Congo la mayor¨ªa de las especies est¨¢ sometida a una explotaci¨®n insostenible¡±, recalcan. Uno de los estudios analizados alerta de que en los pa¨ªses de esta cuenca ¡°el aporte de prote¨ªnas procedentes de la caza descender¨¢ significativamente si la captura de poblaciones presa contin¨²a al ritmo actual¡±. ¡°Es cierto que hay cazadores nativos que abaten primates y ungulados grandes que est¨¢n amenazados, pero la gran mayor¨ªa se abastece de roedores y puercoespines y adem¨¢s nuestro mensaje hacia ellos siempre es el mismo: no pod¨¦is mantener una caza abusiva porque tambi¨¦n os perjudica a vosotros¡±, a?ade John Fa.
La caza como trofeo, practicada principalmente por cazadores occidentales, la concesi¨®n de explotaciones madereras y la captura y extracci¨®n de animales para traficar con ellos o sus partes (medicina oriental, marfil, tenencia de mascotas¡) a?ade m¨¢s presi¨®n sobre la fauna tropical. ¡°Las presas preferidas por los cazadores incluyen cada vez m¨¢s especies en peligro de extinci¨®n, en lugar de especies comunes para el consumo alimentario¡±, se cita en Ecosistemas, y ponen como ejemplo tigres, osos y pangolines en el norte de Myanmar y grandes simios en Gab¨®n. Botsuana, uno de los destinos cl¨¢sicos para la caza de trofeos, prohibir¨¢ esta actividad a partir de 2014 http://www.africanconservation.org/wildlife-news/item/botswana-bans-hunting-from-2015, aunque tiene pendiente un litigio internacional precisamente por no dejar cazar a tribus locales como los bosquimanos en reservas de fauna http://www.survival.es/noticias/9722.
La caza silvestre representa la principal fuente de abastecimiento para numerosas familias rurales
Tras conocer la decisi¨®n de Botsuana, tambi¨¦n se advirti¨® sobre el riesgo econ¨®mico y ecol¨®gico que pueda conllevar la prohibici¨®n. La UICN reconoce que en ocasiones la entrada de ingresos por safaris cineg¨¦ticos hace que las comunidades locales toleren y respeten m¨¢s a la fauna amenazada. Sin embargo, en junio de este a?o un informe elaborado por la African Lion Coallition http://www.ecolarge.com/wp-content/uploads/2013/06/Ecolarge-2013-200m-question-FINAL-lowres.pdf cuestionaba la aportaci¨®n de estas cacer¨ªas al desarrollo local. Su autor principal, el economista Roderick Campbell, afirmaba que ¡°los ingresos constituyen s¨®lo una peque?a fracci¨®n del PIB (el trabajo lo cifra en el 0,27%) y s¨®lo el 3% llega realmente a las comunidades rurales en las que se realiza la caza¡±. Jeff Flocken, director regional del International Fund for Animal Welfare en Am¨¦rica del Norte, a?ad¨ªa que el ¡°turismo de naturaleza (observaci¨®n de fauna y safaris fotogr¨¢ficos) contribuye de manera m¨¢s efectiva y directa tanto a la conservaci¨®n como a la econom¨ªa en ?frica¡±. John Fa puntualiza que ¡°tambi¨¦n hay que contar con que hay l¨ªderes locales que reciben los ingresos de esas cacer¨ªas y nos lo reparten equitativamente entre la poblaci¨®n¡±
Desde el trabajo divulgado en Ecosistemas se recuerda que en la mayor¨ªa de las ¨¢reas selv¨¢ticas donde se practica la caza la biomasa extra¨ªda se destina al consumo local, ya sea por el propio cazador y su familia o vendida en los numerosos mercados que existen. Para el equipo que ha trabajado con John Fa ¡°el punto de partida de cualquier discusi¨®n institucional sobre el comercio de carne de caza debe sustentarse en una actitud tolerante y comprensiva, en lugar de esgrimir posturas axiom¨¢ticas que s¨®lo contemplan los problemas de conservaci¨®n de especies que subyacen en relaci¨®n a este tema¡±. Entonces, ?cu¨¢l es la soluci¨®n? No est¨¢ clara, reconocen en el estudio comandado por el investigador del Durrell Wildilife Conservation Trust, pero el propio Fa apunta ¡°la necesidad de regular m¨¢s la extracci¨®n y venta libre de la mayor¨ªa de las especies y, una vez conocidos los problemas, emplear mayores esfuerzos para investigar en su resoluci¨®n¡±.
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