El jam¨®n, sin trampa
La usurpaci¨®n y el etiquetado enga?oso ocasionan 90 millones al a?o de p¨¦rdidas a los productores de alimentos con denominaci¨®n de origen El Gobierno est¨¢ actualizando la normativa
Un jam¨®n de cerdo ib¨¦rico con denominaci¨®n de origen Los Pedroches cuesta alrededor de 300 euros. Pero los hay m¨¢s baratos que tambi¨¦n proceden de esa comarca cordobesa. Hasta por la mitad de precio se venden algunos. El motivo es que, aunque se hayan producido en esa misma zona, no est¨¢n certificados. Es decir, pueden no ser realmente ib¨¦ricos puros o no haberse alimentado con bellotas de la dehesa. Solo el 10% de los que se cr¨ªan en esa zona llevan el certificado del consejo regulador de la denominaci¨®n de origen. ¡°Pero muchos m¨¢s se benefician del prestigio de la palabra Pedroches, algunos poni¨¦ndola bien destacada en el etiquetado, aunque no est¨¦n certificados. Eso, aparte de ilegal, es enga?oso para el consumidor porque cree que est¨¢ comprando una cosa que no es. Y adem¨¢s es injusto para los productores que s¨ª hacen el esfuerzo de someterse a los controles que exigimos¡±, denuncia Juan Luis Ortiz, secretario general del Consejo Regulador de Los Pedroches.
La asociaci¨®n Origen Espa?a, integrada por 42 consejos reguladores de denominaciones de origen protegidas (DOP) e indicaciones geogr¨¢ficas (IGP) de alimentos ¡ªque suponen el 60% de las registradas¡ª, acaba de publicar un estudio que revela que el valor econ¨®mico de los productos que usurpan sus nombres en el mercado espa?ol supera los 90 millones de euros anuales. ¡°La cifra se obtiene extrapolando el porcentaje medio de los alimentos fraudulentos que han sido constatados por nuestros inspectores, que se sit¨²a en torno al 15%¡±, explica Federico Moncunill, director del comit¨¦ t¨¦cnico de la asociaci¨®n y secretario del consejo de la IGP Turr¨®n de Jijona y Alicante.
Espa?a es el tercer pa¨ªs europeo con m¨¢s denominaciones
El fraude se presenta de diferentes maneras. Por un lado, en restaurantes y establecimientos comerciales que venden productos sin envasar identificados con un pincho de pl¨¢stico. ¡°Por ejemplo, quesos que parecen manchegos pero no est¨¢n certificados, turr¨®n de Jijona que no lo es, jamones que sugieren ser lo que no son...¡±, apunta Moncunill. ¡°Son productos que aparentemente tienen un valor a?adido, el que les otorga la denominaci¨®n de origen, y por los que el consumidor est¨¢ dispuesto a pagar m¨¢s, cuando en realidad no tienen ese valor a?adido. Eso es una estafa¡±, a?ade.
Seg¨²n un estudio de la Asociaci¨®n para la Investigaci¨®n de Medios de Comunicaci¨®n (AIMC), el 59,5% de los espa?oles est¨¢n dispuestos a pagar m¨¢s por alimentos de calidad. Y, m¨¢s a¨²n, en fechas navide?as, cuando se producen las mayores ventas de este tipo de productos. El jam¨®n es, de hecho, el producto estrella de este periodo, seguido de los vinos y espumosos, el marisco y los turrones, seg¨²n el observatorio Shopper View de la asociaci¨®n de fabricantes y distribuidores AECOC. Es ahora, por tanto, cuando se registran los mayores porcentajes de fraude.
Peligro, juguete falsificado
No solo los alimentos de calidad sufren m¨¢s fraude en Navidad. Miles de juguetes, perfumes, joyas y relojes con marcas falsificadas inundan los mercadillos y los peque?os comercios (especialmente los regentados por ciudadanos chinos), especialmente durante este periodo. Seg¨²n los ¨²ltimos c¨¢lculos de la Uni¨®n Europea, hechos p¨²blicos en un reciente congreso de la Oficina de Armonizaci¨®n del Mercado Interior en Alicante, la usurpaci¨®n de marcas cuesta a las empresas comunitarias entre 5.000 y 10.000 millones de euros al a?o.
"En el caso de los juguetes confluyen dos delitos: por un lado, uno contra la propiedad industrial por usurpaci¨®n de marcas y, por otro, un delito contra la seguridad porque no pasan los controles de calidad de la UE y algunos pueden ser peligrosos para los ni?os", advierte Juan Jos¨¦ Caselles, responsable del departamento antipirater¨ªa del bufete de abogados Elzaburu.
Por eso en Navidad se intensifican las inspecciones para detectar productos potencialmente peligrosos para los ni?os. Por ejemplo, a principios de diciembre la Polic¨ªa Municipal de Madrid decomis¨® 10.000 juguetes que pod¨ªan provocar asfixia, quemaduras, infecci¨®n, riesgo microbiol¨®gico y lesiones diversas. Algunos ten¨ªan peque?as pilas o bater¨ªas que, en caso de romperse, podr¨ªan haber sido tragadas por los menores. La Asociaci¨®n Nacional para la Defensa de la Marca calcula que alrededor del 30% de los juguetes que se venden en estas fechas son falsificados.
Los perfumes o las joyas falsificadas no presentan estos peligros, pero constituyen igualmente un delito. "Muchas veces el comprador sabe que lo que est¨¢ comprando no es una marca original, por la que deber¨ªa pagar m¨¢s, pero que no haya enga?o al consumidor no significa que no haya fraude. En este caso la justicia nunca va a actuar contra el cliente que compra el objeto falsificado, porque puede no saberlo, sino contra quien lo falsifica", apunta Caselles. "Adem¨¢s, en estos casos tambi¨¦n suelen confluir varios delitos: no solo contra la propiedad intelectual, sino tambi¨¦n fraude de impuestos, explotaci¨®n laboral¡".
El enga?o no solo se presenta en alimentos al corte, sino tambi¨¦n en productos envasados. Por ejemplo, los esp¨¢rragos. En los ¨²ltimos meses el consejo regulador de la IGP Esp¨¢rragos de Navarra ha logrado retirar del mercado dos marcas que utilizaban la palabra Navarra en su denominaci¨®n comercial (Coronas de Navarra y Conservas Tradicionales de Navarra) para hacer creer a los consumidores que sus productos proced¨ªan de esta regi¨®n, cuando en realidad eran importados ¡ªmucho m¨¢s baratos¡ª y ¨²nicamente se envasaban en Navarra. ¡°En la etiqueta indicaban que eran de Per¨², pero con una tipograf¨ªa tan peque?a que lo que realmente llamaba la atenci¨®n era la palabra Navarra, no Per¨². Nosotros denunciamos a estas empresas porque creemos que inducen a error, y las sentencias judiciales nos han dado la raz¨®n¡±, afirman desde el consejo regulador, que est¨¢ a la espera de una tercera sentencia contra otra empresa, Alta Cocina Navarra, por el mismo motivo.
En el caso particular del jam¨®n, no solo se usurpan denominaciones de origen, sino la propia calificaci¨®n de ib¨¦rico. Seg¨²n un reciente estudio realizado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Criadores de Cerdo Ib¨¦rico (Aeceriber), alrededor de un 30% de los productos de cerdo ib¨¦rico que se comercializan en Espa?a presentan irregularidades en su etiquetado que llevan a confusi¨®n a los consumidores, normalmente, para inducirles a pensar que se trata de un producto de una calidad superior a la que en realidad tiene.
Los estudios sobre fraude en alimentos de calidad se refieren solo al mercado espa?ol porque en el extranjero la cifra es incalculable. ¡°Fuera de Europa no est¨¢n reconocidas las denominaciones de origen, por lo que el fraude se multiplica y no tenemos capacidad para cuantificarlo porque no hay control. Los m¨¢s perjudicados son productos como el queso manchego o el turr¨®n de Jijona, que tienen mucho prestigio en Latinoam¨¦rica y EE UU¡±, afirma Moncunill.
El fraude hace mucho da?o al queso manchego o al turr¨®n de Jijona
La UE, que tiene 1.438 productos con denominaciones o indicaciones geogr¨¢ficas certificados o en proceso de aprobaci¨®n (205 de Espa?a, el tercer pa¨ªs con m¨¢s registros despu¨¦s de Italia y Francia), est¨¢ intentando suscribir acuerdos bilaterales con otros Gobiernos para que protejan estas marcas de calidad. Ya se han firmado con Canad¨¢, Colombia y Per¨², pero quedan mercados importantes como Argentina y M¨¦xico.
Reconocer la protecci¨®n es solo un el primer paso. Despu¨¦s viene lo realmente dif¨ªcil: la detecci¨®n del fraude y la posterior sanci¨®n. ¡°No siempre es f¨¢cil conseguir sentencias condenatorias en los tribunales. En el caso de los esp¨¢rragos de Navarra la infracci¨®n era evidente, pero hay muchos otros en los que la trampa es m¨¢s sutil y es m¨¢s dif¨ªcil ganar en los tribunales. Por ejemplo, ilustraciones de molinos de viento o del Quijote para sugerir que un queso es manchego, fotograf¨ªas de bellotas en jamones de cerdos que en realidad se alimentaron con pienso...¡±, razona el abogado Mario Pomares, asesor jur¨ªdico de Origen Espa?a.
La v¨ªa penal no es la ¨²nica manera de luchar contra este tipo de fraude, recuerda Pomares, porque la UE concede a la Administraci¨®n el poder para actuar de oficio contra cualquier producto a la venta que usurpe una DOP. ¡°Pero las comunidades aut¨®nomas, que son las que tienen las competencias de inspecci¨®n, no tienen los medios para controlar todos los puntos de venta. Deber¨ªa haber una acci¨®n m¨¢s coordinada, impulsada desde el Gobierno central, para formar un verdadero frente contra el fraude¡±, opina Pomares.
¡°Sabemos que no podemos controlar cada rinc¨®n¡±, dicen desde la industria
Las sanciones var¨ªan. ¡°Pueden ir desde 2.000 euros por una infracci¨®n leve hasta 30.000 por una grave y 300.000 si son faltas muy graves como la falsificaci¨®n de certificados o documentos¡±, se?ala el abogado. ¡°Pero cada comunidad es un mundo y act¨²a con m¨¢s o menos vigor en funci¨®n de sus recursos¡±, advierte. Recopilar los datos de todas las autonom¨ªas para saber cu¨¢ntas sanciones se imponen y compararlas es una labor pr¨¢cticamente imposible porque no hay un protocolo com¨²n y cada Gobierno ofrece datos parciales muy distintos. A¨²n as¨ª, puede recabarse alg¨²n ejemplo. Entre 2011, 2012 y lo que llevamos de 2013, la Consejer¨ªa de Sanidad de Madrid realiz¨® 429 inspecciones sobre productos ib¨¦ricos y abri¨® 27 expedientes, con una propuesta de sanciones global de 393.189 euros. En Andaluc¨ªa estas inspecciones no las realiza Sanidad, sino Consumo, y se contabilizan anualmente: en 2012 realiz¨® 93 revisiones de productos ib¨¦ricos y abri¨® 43 expedientes por irregularidades. La Junta no ofrece datos de sanciones.
Fernando Burgaz, director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, no cree que los alimentos de calidad necesiten una mayor supervisi¨®n que el resto. ¡°Precisamente porque tienen sus propios inspectores, los productos con denominaci¨®n de origen est¨¢n m¨¢s controlados que los dem¨¢s¡±, afirma. Aun as¨ª, Burgaz admite que su departamento est¨¢ trabajando en el borrador de una nueva ley que ayude a mejorar la actuaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. ¡°Se trata de sentar unas bases comunes para coordinar sanciones e impulsar campa?as espec¨ªficas a nivel nacional¡±, explica.
El director del comit¨¦ t¨¦cnico de Origen Espa?a no coincide con la opini¨®n del representante del ministerio. ¡°No se trata de dramatizar, pero no hay que quitar importancia al fraude. La prueba son los 90 millones que nosotros hemos calculado¡±, comenta Moncunill. ¡°Somos conscientes de que ni nuestros inspectores ni los de la Administraci¨®n pueden llegar a cada rinc¨®n de cada mercado para controlar todo lo que se vende. Por eso estamos intentando impulsar nuestras propias soluciones. Por ejemplo, hemos firmado un acuerdo con otras asociaciones agroalimentarias francesas e italianas para poner en com¨²n nuestras inspecciones: es decir, si uno de nuestros inspectores detecta una usurpaci¨®n de un producto franc¨¦s o italiano cuando realiza una visita, lo comunica al pa¨ªs afectado, y viceversa. As¨ª triplicamos nuestra capacidad de acci¨®n¡±, explica.
Madrid ha aplicado sanciones por casi 400.000 euros en tres a?os
El ministerio tiene en marcha tambi¨¦n otros planes. Burgaz recuerda que en los dos ¨²ltimos a?os el ministerio est¨¢ actualizando las normas de calidad de muchos alimentos que se hab¨ªan quedado desfasadas, entre ellas, la de los productos ib¨¦ricos. La nueva legislaci¨®n, que ya tiene el visto bueno de Bruselas y entrar¨¢ en vigor de forma progresiva en los pr¨®ximos meses, tiene entre sus objetivos clarificar las reglas en el sector para evitar juegos de confusi¨®n. Veta en las etiquetas el uso de nombres, logotipos, marcas, s¨ªmbolos o menciones que puedan inducir a error y proh¨ªbe expresamente (algo hoy muy habitual) presentar una etiqueta con un cerdo bajo una encina o en una dehesa cuando en realidad el animal haya sido criado en una granja cerrada de cebo.
Pero en el sector hay voces que critican que la nueva ley no aborda el problema de fondo: la pureza de la raza. La normativa mantiene tres categor¨ªas seg¨²n la alimentaci¨®n del cerdo (bellota, cebo de campo o cebo de granja) y permite utilizar la palabra ib¨¦rico para animales cruzados, aunque a?adiendo un porcentaje en funci¨®n de su pureza (ib¨¦rico 100%, 75% o 50%). ¡°Esto es enga?ar al consumidor y degradar la raza¡±, dice Juan Luis Ortiz. Es como si nos quisieran vender, por ejemplo, un cava que solo es cava al 50%, y el otro 50% vino blanco. Cualquier comprador dir¨ªa que eso no es cava¡±.
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