¡®Primun non nocere¡¯
La identificaci¨®n de los g¨¦rmenes como agentes etiol¨®gicos de la enfermedad, junto a los postulados de Koch y el uso de los antibi¨®ticos, permitieron una de las grandes revoluciones en la praxis m¨¦dica. Previa o simult¨¢neamente, los descubrimientos de Jenner y Pasteur y el uso de la vacunaci¨®n con agentes infecciosos atenuados supusieron una nueva revoluci¨®n en la medicina preventiva. En la actualidad, dos nuevos avances cient¨ªficos, la biolog¨ªa y la gen¨¦tica molecular, junto a la medicina regenerativa abren una nueva ¨¦poca en la cl¨ªnica cient¨ªfica y en el manejo de la enfermedad.
Hist¨®ricamente vinculado a las infecciones, la prevenci¨®n y el tratamiento de la enfermedad han evolucionado extraordinariamente en los dos ¨²ltimos siglos, permitiendo la duplicaci¨®n, en los pa¨ªses desarrollados, de la expectativa de vida. Es hist¨®rica la extraordinaria aportaci¨®n de la ciencia espa?ola al desarrollo de la vacuna a trav¨¦s de la difusi¨®n de la de la viruela en Latinoam¨¦rica por Balmis en 1803.
Sin minimizar el riesgo de los nuevos agentes infecciosos, las causas de enfermedad m¨¢s frecuentes en el mundo occidental en la actualidad como son el c¨¢ncer, las enfermedades cardiovasculares, o las enfermedades degenerativas, resultan en gran medida una consecuencia de las alteraciones de nuestro genoma, o un resultado de la interacci¨®n de agentes externos y del patrimonio gen¨¦tico del individuo. El avance de la biolog¨ªa y de la gen¨¦tica molecular han permitido en gran medida la identificaci¨®n de genes cuyas mutaciones son causantes o est¨¢n asociadas a la patolog¨ªa y que han supuesto, en algunos casos, el desarrollo de f¨¢rmacos para su tratamiento. Sin embargo, el gran avance del futuro ser¨¢, junto con el desarrollo de nuevos f¨¢rmacos moleculares espec¨ªficos para cada paciente, la identificaci¨®n de aquellos susceptibles al tratamiento y, m¨¢s a¨²n, de la susceptibilidad al desarrollo de determinadas patolog¨ªas, lo que permitir¨¢ el tratamiento incluso antes de que aparezca la enfermedad. En todos los casos, incluidos pacientes de procesos causados por agentes externos, el conocimiento del fondo gen¨¦tico del individuo permitir¨¢ predecir los patrones de expresi¨®n cl¨ªnica y, sobre todo, individualizar las terapias seg¨²n la gravedad de la enfermedad. Se trata de una profundizaci¨®n del principio hipocr¨¢tico Primum non nocere (lo primero es no hacer [m¨¢s] da?o).
Uno de los ¨¦xitos m¨¢s espectaculares de la medicina cient¨ªfica reciente lo representa el trasplante de ¨®rganos. De nuevo es importante se?alar que la sociedad espa?ola lidera en el mundo la donaci¨®n de ¨®rganos y nuestra medicina la realizaci¨®n de transplantes. Desgraciadamente una vez m¨¢s el mito de S¨ªsifo se nos aparece poniendo de manifiesto los desaf¨ªos pendientes: la escasez de ¨®rganos.
Una respuesta a esa necesidad la aportan los recientes descubrimientos a trav¨¦s de la identificaci¨®n, obtenci¨®n y cultivo de las c¨¦lulas madre a partir del blastocisto (c¨¦lulas madre embrionarias) y sobre todo de la reprogramaci¨®n de las c¨¦lulas som¨¢ticas a c¨¦lulas madre (iPS), que ha abierto un nuevo capitulo en la biomedicina. Su utilizaci¨®n no es solo motivo de esperanza: son una realidad desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas mediante el trasplante de c¨¦lulas procedentes de la m¨¦dula ¨®sea, un trasplante que se basa en las c¨¦lulas madre hematopoy¨¦ticas ah¨ª presentes, y del que se realizan miles anualmente para tratamiento de m¨²ltiples enfermedades.
Patolog¨ªas hasta ahora carentes de tratamiento ven en la utilizaci¨®n de estas c¨¦lulas una nueva ventana de futuro. Un futuro que mediante la identificaci¨®n de distintas poblaciones de c¨¦lulas madre, de adultos, embrionarias, iPS, procedentes del epiblasto y la obtenci¨®n de mini¨®rganos a partir de las mismas, permite mirar con optimismo el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, el c¨¢ncer, el infarto de miocardio y la diabetes entre otras. De nuevo aqu¨ª, Espa?a ha sabido estar a la altura de la investigaci¨®n en este campo, a trav¨¦s de las aportaciones seminales de Izpis¨²a Belmonte.
Carlos Mart¨ªnez-A. es profesor del CSIC y fue secretario de Estado de Investigaci¨®n.
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