¡°Los mapuches no son solo borrachos o conflictivos¡±

El conflicto se perfilaba como un punto de inflexi¨®n en la regi¨®n de los mapuches y hab¨ªa que registrarlo. Por eso Jeannette Paillan, reci¨¦n licenciada en Comunicaci¨®n, cogi¨® una c¨¢mara de v¨ªdeo y se fue a Quinqu¨¦n (sur de Chile), donde una empresa maderera estaba empecinada en desalojar a los habitantes de la comunidad. Las im¨¢genes de personas indignadas, derribando cercos, hablaban por s¨ª solas. Una breve e improvisada edici¨®n despu¨¦s, el impacto del documental de esta cineasta en ciernes fue may¨²sculo. Era 1993 y comprendi¨® as¨ª que su futuro estaba detr¨¢s de una c¨¢mara.

Hoy, Jeannette Paillan tiene 44 a?os, los ojos radiantes, la sonrisa desatada, las entra?as llenas de experiencias y la esperanza puesta en el cine ind¨ªgena. Desde 2008 dirige la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicaci¨®n de los Pueblos Ind¨ªgenas (CLACPI), una organizaci¨®n que fomenta la producci¨®n audiovisual de las culturas originarias de la regi¨®n. ¡°Pero ya tengo decidido que voy a dejar el cargo en 2015. Porque hay mucha gente muy preparada que podr¨¢ hacer un gran trabajo, estoy segura¡±, dice entre sorbo y sorbo a su caf¨¦ con leche en una ma?ana nublada en Madrid.

Paillan es la menor de cinco hermanos y la primera de su familia que fue a la Universidad. Era una ni?a de siete a?os cuando sali¨® de Arenas Blancas, su comunidad natal, y lleg¨® a Santiago de Chile, donde siempre destac¨® por obtener buenas notas y por saber conjugar la modernidad y la tradici¨®n. ¡°Es que ser mapuche es eso: estar en la disyuntiva de me quedo en la comunidad o me voy a la gran ciudad, entre aprendo ingl¨¦s o la lengua de mis ancestros. Pero se puede encontrar un equilibrio. Yo lo he encontrado¡±.

Al principio, sus padres no entend¨ªan en qu¨¦ consist¨ªa la profesi¨®n que hab¨ªa elegido y, sobre todo, de qu¨¦ vivir¨ªa. ¡°Mi padre quer¨ªa que yo fuera asistente social y mi madre me dec¨ªa: ¡®Pues a ver si te haces lectora de noticias para verte en la televisi¨®n¡¯. Luego, cuando mi mam¨¢ me ve¨ªa irme a filmar con mi mochila y mi tr¨ªpode, me advert¨ªa: ¡®Eso es cosa de hombres, la gente va a empezar a hablar¡¯. Y hubo quien dijo algo, pero yo no hice caso¡±, cuenta.

Se apunt¨® a cursos de realizaci¨®n audiovisual, alquilaba c¨¢maras y reflectores y, con el rodaje en plena marcha, ped¨ªa fondos a instituciones culturales para poder concluir sus proyectos. Con sus documentales se propuso derribar ¡°el estereotipo de que los mapuches solo son conflictivos y borrachos, ir m¨¢s all¨¢ de los elementos folcl¨®ricos y recuperar su pasado¡±. Vino a Espa?a para perfeccionar su t¨¦cnica en la Escuela de Cine de Madrid. Pero su m¨¦todo de trabajo no ha cambiado. Para llevar a cabo alguna idea, primero ha de so?arla. ¡°Es que si no la veo en un sue?o, no tengo claras las cosas¡±.

Pero la cineasta del mundo mapuche casi no va al cine. ¡°Porque lo que est¨¢ en cartelera no me llama la atenci¨®n. A m¨ª lo que me gusta es el cine de autor. Soy muy densa, ?no? Adem¨¢s, tampoco tengo mucho tiempo. Paso buena parte del d¨ªa delante del computador y viajo mucho¡±. Su ¨²ltima producci¨®n fue un cortometraje titulado Perimontun (Premonici¨®n), sobre los chamanes. Ya tiene, sin embargo, un nuevo proyecto. ¡°Ser¨¢ un docudrama. Espero comenzar ya y presentarlo en 2015, en el Festival de Cine Ind¨ªgena que celebrar¨¢ los 30 a?os de la CLACPI. Ese a?o, la regi¨®n mapuche ser¨¢ la anfitriona. Pero no quiero hablar de ¨¦l para que no se quede en el limbo¡±. Quiz¨¢ le falta visualizarlo en un sue?o.