¡°Sigue habiendo abusadores entre los Legionarios de Cristo¡±
El mexicano Jos¨¦ Barba, v¨ªctima de abusos sexuales de Maciel, y el investigador Fernando Gonz¨¢lez cuestionan el proceso de refundaci¨®n de la congregaci¨®n
"Yo sab¨ªa que no pod¨ªa matarme, pero dos veces le ped¨ª a Dios llorando de noche que no me dejara amanecer". Jos¨¦ Barba cuenta los desvelos de aquellos d¨ªas solitarios en Roma con las fechas y las horas a¨²n intactas en la memoria. Su vida como legionario de Cristo empez¨® a los 10 a?os, cuando su madre lo sac¨® de los Altos de Jalisco (M¨¦xico) y lo llev¨® a la capital con el anhelo de tener un hijo cura. Siete a?os despu¨¦s, el fundador de la congregaci¨®n, el tambi¨¦n mexicano Marcial Maciel, abus¨® sexualmente del muchacho, que aguant¨® varios a?os en la congregaci¨®n por respeto a su madre. Ella le escrib¨ªa ¡°si te sales, yo me muero¡±.
Desde M¨¦xico, cuna y sepulcro del pederasta Maciel (1920-2008), se sigue con frialdad la culminaci¨®n del proceso de refundaci¨®n ordenado por Ratzinger en 2010 y que llevan a cabo Los Legionarios de Cristo en el Vaticano desde comienzos de este mes. Barba est¨¢ seguro de que la congregaci¨®n seguir¨¢ existiendo como hasta ahora, pero con los retratos del fundador escondidos en un caj¨®n. "La Iglesia cuando quiere tiene hero¨ªsmo, pero aqu¨ª hay un c¨¢lculo enorme que tiene mucho que ver con la financiaci¨®n. ?En el Vaticano est¨¢n muertos de p¨¢nico! Les pueden encontrar muchas cosas en el cl¨®set", asegura. Tras a?os de denuncias deso¨ªdas, ya no espera nada de la jerarqu¨ªa de la Iglesia.
Un papa no puede contradecir a otro papa y el camino marcado por Ratzinger es conducir a la congregaci¨®n hacia un camino de renovaci¨®n Fernando Gonz¨¢lez
Los 61 delegados de los Legionarios de Cristo reunidos en Roma tomar¨¢n una decisi¨®n sobre su futuro, pero el papa Francisco se ha reservado la ¨²ltima palabra. Fernando M. Gonz¨¢lez, investigador de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) y autor de varios libros sobre la Legi¨®n, cree que la idea de disolver la congregaci¨®n ni se les pasa por la cabeza. "El Papa Francisco tiene un Papa vivo detr¨¢s que se qued¨® a mitad de camino con la pederastia, que le entreg¨® el problema y se hizo a un lado, pero que est¨¢ ah¨ª. Un papa no puede contradecir a otro papa y el camino marcado por Ratzinger es conducir a la congregaci¨®n hacia un camino de renovaci¨®n y purificaci¨®n". Gonz¨¢lez tiene un listado con nombres y apellidos que se?ala directamente a m¨¢s de 30 legionarios denunciados por pederastia que siguen perteneciendo a la congregaci¨®n. ¡°Sigue habiendo abusadores, ni los tocan¡±, sostiene.
¡°Yo por enojo dir¨ªa que la Legi¨®n tiene que ser disuelta. Pero si llegaran a echar a toda esa gente, imagina cu¨¢nta se les podr¨ªa volver en contra. ?Cerrar¨ªan los colegios, las universidades? Solo ser¨ªa posible si el Papa hiciera que pesara m¨¢s la pureza de la Iglesia que el alto costo econ¨®mico y judicial que tendr¨ªa que asumir¡±, a?ade Barba.
Los Legionarios de Cristo nacieron en M¨¦xico a comienzos de los a?os 40 de la mano de un jovenc¨ªsimo Maciel, despu¨¦s de la guerra cristera (1926-1929), que dio paso a una fiebre vocacional. Aprovecharon la desafecci¨®n de las ¨¦lites empresariales y familiares del pa¨ªs con los jesuitas, acusados de defender el comunismo a ra¨ªz del 68. El crecimiento fue muy r¨¢pido: seminarios, colegios, universidades, sede en Roma. Con el papa Juan Pablo II se convirtieron en una de las mayores fuentes de ingresos y de fieles del Vaticano.
Barba vivi¨® como ni?o aquellos primeros a?os, en los que a¨²n dudaban si llamarse Legionarios del Papa. Sostiene que fue escogido por rubio. A los elegidos los enviaban de M¨¦xico a Cantabria (Espa?a) y m¨¢s tarde a Roma. "Escog¨ªan por inteligencia, pero sobre todo por g¨¹eritos [rubio en M¨¦xico], a los de ojos azules", cuenta. Pas¨® dos a?os en Espa?a y lleg¨® a Italia con 15 a?os. "Ah¨ª ya s¨ª Maciel abusaba de todos, ¨¦ramos noventa y tantos". Despu¨¦s de a?os de "depresi¨®n y profunda infelicidad", el chico abandon¨® la congregaci¨®n en 1962. Con el tiempo se cas¨® y tuvo tres hijos, adem¨¢s de dar clases en la Universidad de Harvard.?
Las denuncias contra Maciel sobrevolaron la Iglesia desde sus comienzos. Por robo, por fraude, por pederastia, por drogadicci¨®n¡ Incluso en el a?o 1956, a ra¨ªz de una investigaci¨®n iniciada por el Vaticano, fue expulsado durante un tiempo. Uno de los encargados de la investigaci¨®n fue un carmelita que interrog¨® a Barba, apenas un a?o despu¨¦s de haber sufrido el primer abuso. "?Qu¨¦ piensas del padre Maciel? Que es un Santo. ?Por qu¨¦? Porque sufre mucho. ?Y c¨®mo lo sabes? Porque yo lo he visto sufrir, en Espa?a y en la enfermer¨ªa aqu¨ª en Roma". "Al nombrar la enfermer¨ªa se le abrieron los ojos enormemente, en la enfermer¨ªa pasaba todo¡"
Maciel ten¨ªa un arte diab¨®lico, utiliz¨® el sexo como elemento de poder Jos¨¦ Barba
"Un d¨ªa me manda llamar y yo estaba en los olivos de la piscina. Llego y me dice que me siente en la cama. Maciel est¨¢ acostado y me dice que me acerque. De repente con naturalidad me dice que padece un dolor de las v¨ªas urinarias y yo, la verdad, es que estaba mareado y nervioso. Me dice que tiene permiso de su Santidad para que las monjitas le den un masaje y me pide que le haga yo eso. ?l me mete la mano debajo de las s¨¢banas, yo ten¨ªa la mano temblorosa y tensa, y me la saca: '?No sabes hacerlo!'. Entonces se acerca y empieza a manipularme para que vea c¨®mo se hace, yo le digo que no, que ya lo he entendido, pero est¨¢ como loco. Me rompi¨® el pantal¨®n. Sal¨ª de all¨ª llorando. No pod¨ªa contarle a nadie".
El silencio impuesto se convirti¨® en el mejor aliado del fundador, dentro y fuera de la congregaci¨®n. La investigaci¨®n del 56 fue apartada y silenciada y Los Legionarios siguieron adquiriendo cada vez m¨¢s poder. "Maciel ten¨ªa un arte diab¨®lico, utiliz¨® el sexo como elemento de poder con algunos los cardenales. La congregaci¨®n estaba muy pertrechada en Roma a trav¨¦s de la servidumbre sexual, entre otras cosas", explica Barba. Para entender su progreso pese a las denuncias de abusos sexuales y de adicci¨®n a las drogas, Gonz¨¢lez dice que "es fundamental la estructura de silenciamiento de la vida sexual de la Iglesia".
Incluso cuando ya varias v¨ªctimas, entre ellas Barba, hab¨ªan denunciado p¨²blicamente a finales de los noventa los abusos del fundador, la Iglesia sigui¨® haciendo o¨ªdos sordos. Barba recuerda en un viaje a Roma en 2002 como el penitenciario mayor de la Iglesia, Luigi de Magistris, se qued¨® at¨®nito ante lo que le contaba pero le mir¨®, se?alando sus orejas, y le dijo: "Esto ha entrado por aqu¨ª pero de aqu¨ª no sale". El recuerdo lo enfurece: "?Estos son los jerarcas de la Iglesia que detesto, son los que est¨¢n arruinando a la Iglesia!".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.