La crisis enferma
Diversos estudios destacan un empeoramiento de la salud mental Las pol¨ªticas p¨²blicas son esenciales para amortiguar el efecto de la crisis sobre la vida familiar y laboral
La virulencia de la crisis econ¨®mica mantiene en guardia a los expertos en salud p¨²blica, que temen un impacto negativo de esta sobre las condiciones de vida y el bienestar de la poblaci¨®n. Las elevadas tasas de paro de Espa?a, las dificultades asociadas a la vivienda y, en general, las penurias materiales han colocado a un grupo creciente de ciudadanos en situaci¨®n de desprotecci¨®n. Seis a?os despu¨¦s del inicio de la recesi¨®n, varios estudios realizados en Espa?a describen un empeoramiento de la salud mental y autopercibida e incluso un aumento de los suicidios. Las pol¨ªticas son clave para amortiguar el efecto de la crisis sobre la salud, que es m¨¢s intenso entre los m¨¢s vulnerables.
Espa?a se ha convertido en un buen laboratorio para estudiar los efectos de la crisis debido a la intensidad y la duraci¨®n de la recesi¨®n. El desempleo, que en 2006 rondaba el 6% para los hombres y el 11% para las mujeres, alcanza ahora el 26%. En 2012 hab¨ªa tres millones de personas en situaci¨®n de pobreza severa, seg¨²n el Observatorio de la Realidad Social de C¨¢ritas. Ese mismo a?o, los bancos se quedaron con m¨¢s de 30.000 primeras viviendas por impago de hipotecas. Tal y como se?al¨® este diario cuando public¨® la noticia, el dato equivale a una media de 115 desahucios por d¨ªa h¨¢bil, o uno cada 15 minutos.
Ser¨ªa err¨®neo, sin embargo, considerar que la recesi¨®n ha afectado a todos por igual. ¡°Los m¨¢s perjudicados son los grupos que ya eran m¨¢s pobres antes de la crisis¡±, explica Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de La Laguna (Tenerife) y experto en desigualdades. ¡°Espa?a figura entre los pa¨ªses de la OCDE donde los pobres se han empobrecido m¨¢s y los ricos han notado menos la crisis¡±, a?ade el experto. El aumento de la desigualdad social ha sido m¨¢s alarmante que en otros pa¨ªses donde la ca¨ªda del PIB per c¨¢pita ha sido m¨¢s pronunciada. Estas desigualdades se reflejan tambi¨¦n en la salud.
Los primeros estudios realizados en Espa?a apuntan a un claro impacto de la crisis sobre la salud. Por ejemplo, uno de los ¨²ltimos, publicado en el European Journal of Public Health, describi¨® un aumento de la prevalencia de mala salud mental (s¨ªntomas de ansiedad y depresi¨®n) entre los varones, que pas¨® del 14,7% al 16,9%. La investigaci¨®n, liderada por Xavier Bartoll de la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona (ASPB), utiliza los datos de la ¨²ltima Encuesta Nacional de Salud (2011-2012) y los compara con la anterior edici¨®n, previa al comienzo de la recesi¨®n (2006-2007).
¡°La recesi¨®n afecta m¨¢s a los que ya eran m¨¢s pobres¡±, dice un experto
Los m¨¢s afectados son los hombres de 35 a 44 a?os y aquellos que tienen entre 45 y 54; los que pertenecen a la clase social de los supervisores, cualificados o semicualificados; aquellos sin educaci¨®n universitaria y los que act¨²an como sustentadores principales del hogar (lo que en ingl¨¦s se denomina breadwinners, o los que ganan el pan). El estudio vincula el aumento de la mala salud mental en estos grupos con un mayor impacto del desempleo. ¡°Por un lado, afecta por la p¨¦rdida de ingresos¡±, se?ala Bartoll. Luego tambi¨¦n hay un factor psicosocial derivado de ¡°la p¨¦rdida de estatus y del papel de sustentador principal del hogar¡±.
El estudio no encontr¨® un efecto del desempleo sobre la salud mental de las mujeres, algo que los autores asocian con que ¡°las mujeres encuentran una compensaci¨®n psicol¨®gica en su papel familiar como sustituto del empleo¡±. Esta afirmaci¨®n, controvertida, es solo una hip¨®tesis que el estudio no desarrolla. Adem¨¢s, con los mismos datos las mujeres presentan una peor salud mental. En otros estudios, el menor efecto del desempleo sobre la salud de las mujeres se relaciona con aspectos materiales, no psicol¨®gicos. No es que la familia ayude a la mujer, sino que el hombre se ve m¨¢s afectado por su papel de sustentador principal del hogar.
La ansiedad y la depresi¨®n crecen entre los hombres, seg¨²n un estudio
Otra forma de medir el impacto de la crisis es a trav¨¦s de las personas que acuden a un centro de atenci¨®n primaria. Esto es lo que hicieron Margalida Gili, de la Universidad de las Islas Baleares, y varios colegas. Los autores encontraron un aumento ¡°sustancial y significativo¡± en la proporci¨®n de pacientes con depresi¨®n (19,4% m¨¢s), ansiedad (del 8,4%) o des¨®rdenes relacionados con el abuso del alcohol (del 4,6%) entre el a?o 2006 y el 2011. Tras estudiar el contexto socioecon¨®mico de los pacientes, los investigadores concluyeron que el desempleo y las dificultades para hacer frente a la hipoteca explican una parte importante del aumento del riesgo de sufrir problemas de salud mental. Los autores estimaron que el riesgo de padecer una depresi¨®n para un var¨®n de 40 a?os era casi el doble si este estaba desempleado, si hab¨ªa alguien m¨¢s en la familia en la misma situaci¨®n y si ten¨ªa problemas para pagar la hipoteca.
Enric ?lvarez, jefe de Psiquiatr¨ªa del hospital de Sant Pau de Barcelona, asocia el aumento de los trastornos de ansiedad a la ¡°teor¨ªa de la indefensi¨®n aprendida¡±, que hace que las personas sean incapaces de reaccionar ante una situaci¨®n que les provoca dolor. ¡°Si sabes que puedes recibir un castigo, tanto si lo mereces como si no, se genera un tipo de ansiedad muy concreto relacionado con la inhibici¨®n de la conducta¡±, dice ?lvarez. En un contexto de crisis, el miedo a perder el trabajo o los ingresos estar¨ªa detr¨¢s de estos trastornos. ?lvarez no ha percibido en su actividad diaria que la crisis est¨¦ provocando m¨¢s enfermedades mentales. ¡°Una cosa es la esquizofrenia o la depresi¨®n, que es algo muy serio, y otra son los trastornos del comportamiento¡±, matiza.
En Espa?a, las cargas laborales y familiares afectan m¨¢s a las mujeres
Sin quitar m¨¦rito a estos estudios, los expertos recuerdan que hacen falta muchas investigaciones sobre el mismo fen¨®meno para contar con evidencia cient¨ªfica suficiente. Adem¨¢s, la salud es una realidad ¡°multidimensional¡±, dicen, y no todos sus indicadores est¨¢n sometidos a las mismas tendencias. Por poner un ejemplo, hay evidencias en la literatura cient¨ªfica de que las recesiones tienden a provocar una disminuci¨®n de las tasas de mortalidad debido, entre otros factores, al menor uso de los veh¨ªculos (menos accidentes), a la reducci¨®n de los niveles de contaminaci¨®n o a un menor consumo de tabaco. ¡°Los factores sociales est¨¢n muy relacionados y tratarlos por separado es simplista¡±, se?ala Joan Benach, profesor de Salud P¨²blica de la Universidad Pompeu Fabra y miembro de Greds-Emconet.
Los investigadores coinciden en destacar la importancia de los determinantes sociales en la salud. El aumento de la pobreza, del desempleo, de los problemas de vivienda o los recortes en servicios p¨²blicos inciden sobre el bienestar. Un reciente estudio de C¨¢ritas se?ala que el 70% de los usuarios atendidos en Barcelona por problemas de infravivienda o para pagar el alquiler presentaba mala salud mental, frente al 15% entre la poblaci¨®n general de la ciudad. El estudio pide a los poderes p¨²blicos que pongan en marcha mecanismos para hacer efectivo el derecho a una vivienda adecuada. ¡°La peor epidemia para la salud p¨²blica son las desigualdades sociales¡±, a?ade Benach.
Andaluc¨ªa y Catalu?a lanzan observatorios del efecto de la recesi¨®n
Las pol¨ªticas p¨²blicas son fundamentales para amortiguar el efecto que la crisis tiene sobre la salud, sobre todo en el campo de la conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral. Unas buenas instituciones pueden incluso eliminar el efecto sobre la salud del exceso de trabajo y las cargas en el hogar. ¡°La asociaci¨®n entre las largas jornadas de trabajo y las cargas familiares con el empeoramiento de la salud de hombres y mujeres depende del modelo de pol¨ªtica familiar que exista en el pa¨ªs¡±, relata Luc¨ªa Artazcoz, de la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona.
La investigadora ha analizado, junto con otros colegas, los datos de personas empleadas y que viven en pareja en los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, divididos en cinco tipolog¨ªas seg¨²n los modelos de pol¨ªtica familiar: continentales (Austria, B¨¦lgica, Alemania, Francia, Holanda y Luxemburgo), anglosajones (Reino Unido e Irlanda), Europa del este (Rep¨²blica Checa, Estonia, Hungr¨ªa, Lituania, Letonia, Polonia, Ruman¨ªa, Bulgaria, Eslovenia y Eslovaquia), sur de Europa (Chipre, Grecia, Espa?a, Italia, Malta y Portugal) y pa¨ªses n¨®rdicos (Dinamarca, Finlandia y Suecia). Con variaciones, se trata de un modelo muy utilizado en la investigaci¨®n de los distintos Estados de bienestar.
¡°La salud est¨¢ en todas las pol¨ªticas¡±, mantiene una investigadora
El estudio apunta a que en los pa¨ªses con mejores servicios p¨²blicos para externalizar el cuidado de los hijos y las personas dependientes (los n¨®rdicos y del Este de Europa) no hay ninguna relaci¨®n entre las cargas laborales y familiares y la salud. En los pa¨ªses anglosajones, las dificultades para conciliar vida laboral y familiar empeoran m¨¢s la salud de los hombres, porque el modelo est¨¢ muy orientado a que estos sean los encargados de la obtenci¨®n de los ingresos familiares. Para medir los efectos sobre la salud, la investigaci¨®n utiliza los indicadores de estado de salud autopercibido y bienestar psicol¨®gico.
En los pa¨ªses continentales y del sur de Europa, entre los que se encuentra Espa?a, las cargas familiares y laborales est¨¢n asociadas con mala salud en ambos sexos, aunque de forma m¨¢s notable en las mujeres. ¡°Creemos que esto se debe a que un alto porcentaje de mujeres que hasta antes de la crisis eran amas de casa se han visto obligadas a entrar en el mercado de trabajo al quedarse el marido en paro¡±, dice Artazcoz. Son personas muy vulnerables que ¡°tragan con lo que sea¡± en el puesto de trabajo. Por si esto fuera poco, se encuentran con que, al llegar a casa, el var¨®n no asume la responsabilidad del hogar, por lo que deben hacerlo ellas.
El 70% de los usuarios de C¨¢ritas en Barcelona tienen mala salud mental
El estudio tambi¨¦n observa un peor estado de salud en las personas que conviven con mayores de 65 a?os. ¡°Es posible que refleje las familias j¨®venes obligadas a vivir con los padres por problemas para mantener su propio hogar¡±, dice la investigadora. En el caso de los hombres, el empeoramiento de la salud est¨¢ vinculado al aumento de las horas de trabajo derivado de la crisis.
El miedo al impacto de la crisis sobre la salud p¨²blica ha llevado a algunas Administraciones a estudiar el fen¨®meno. La Agencia de Salud P¨²blica de Andaluc¨ªa, una empresa p¨²blica que depende del Gobierno aut¨®nomo, lanzar¨¢ pr¨®ximamente un observatorio para recoger evidencias sobre el impacto de la crisis en la mortalidad, la salud mental, laboral, sexual y reproductiva, la seguridad alimentaria y las enfermedades cr¨®nicas. El observatorio estudiar¨¢ esos efectos seg¨²n el g¨¦nero, la posici¨®n social o el origen. Adem¨¢s, los investigadores est¨¢n analizando la repercusi¨®n de los desahucios junto con la plataforma Stop Desahucios.
¡°Hay que hacer pol¨ªticas activas para proteger a los sectores m¨¢s vulnerables¡±, afirma Carlos Artundo, consejero de la escuela. Artundo recuerda que el sistema sanitario deber¨ªa ¡°mitigar los efectos m¨¢s perniciosos de la crisis sobre el estado de salud¡±. Aunque todav¨ªa no se conoce el alcance del impacto de las distintas oleadas de recortes, el aumento de los tiempos de espera ¡°es un dato muy preocupante¡±, mantiene. En Catalu?a, la Generalitat ha creado tambi¨¦n un observatorio para estudiar los efectos de la crisis sobre la salud. El grupo har¨¢ p¨²blico un primer informe a lo largo de este semestre. Artazcoz mantiene que los Gobiernos deber¨ªan tener en cuenta que ¡°la salud est¨¢ en todas las pol¨ªticas¡±. Por ejemplo, ¡°el efecto negativo del desempleo desaparece si el afectado cobra un subsidio¡±, concluye.
¡®Alarma¡¯ en torno a los suicidios
?Est¨¢ provocando la crisis un aumento de los suicidios? Un grupo de investigadores, la mayor¨ªa espa?oles, han participado recientemente en una pol¨¦mica sobre este tema. En un art¨ªculo publicado en junio de 2013 en el European Journal of Public Health, James L¨®pez Bernal y otros tres colegas manten¨ªan que la crisis ha producido un cambio de tendencia. Aunque los suicidios han ido a la baja en Espa?a en el periodo de estudio ¡ªlos autores hablan de un descenso del 0,3% mensual entre 2005 y 2010¡ª la investigaci¨®n conclu¨ªa que, a partir de 2008 y coincidiendo con la crisis, la tasa de suicidios se increment¨® un 8% respecto de la tendencia subyacente. Los autores alertaban que los hombres y las personas en edad de trabajar pueden experimentar un riesgo mayor. Tambi¨¦n advert¨ªan que con un solo estudio no se puede establecer que esa asociaci¨®n sea "causal", es decir, que la crisis sea el factor detr¨¢s de ese cambio.
Unos meses despu¨¦s, otros investigadores enviaron una carta a la revista en la que pon¨ªan en duda esos resultados. Juli¨¢n Librero, Andreu Segura y Beatriz L¨®pez-Valcarcel arg¨¹¨ªan que la mortalidad por suicidio ha disminuido sin excepci¨®n entre 2006 y 2011, salvo por algunos periodos de tiempo muy acotados. A?ad¨ªan que ¡°la asociaci¨®n entre la crisis econ¨®mica y la mortalidad por suicidios en Espa?a est¨¢ lejos de haber sido probada¡±. Por ¨²ltimo, ped¨ªan cautela y alertaban contra crear una ¡°alarma¡± que, aunque pudiese servir para proteger los presupuestos sanitarios de los recortes, ¡°no refleja hechos mesurables¡±.
M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica, los investigadores recuerdan que los datos sobre mortalidad tardan demasiado en estar disponibles. Carlos Artundo, uno de los autores del primer art¨ªculo, a?ade que ¡°lo importante es contar con datos actualizados para poder investigar¡±. ¡°Los de 2012 todav¨ªa no est¨¢n¡±, se?ala. El investigador recuerda que, mientras que los datos sobre la evoluci¨®n de los mercados est¨¢n disponibles casi a tiempo real, los que afectan a la salud son dif¨ªciles de obtener.
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