El a?o de la salamandra
Una ONG norteamericana dedica 2014 a este anfibio Hay 650 especies en todo el mundo y la mitad est¨¢n amenazadas En Espa?a hay 11 especies, que incluyen salamandras y tritones El trit¨®n del Montseny es el m¨¢s amenazado de Europa occidental
Entre ladrillos de peque?os descampados de una ciudad como Oviedo, en las rodadas inundadas de agua provocadas por un coche en un camino, en un charco estacional en la cuneta de una carretera, en el abrevadero de un prado de monta?a, en la acequia de una huerta¡ Para la gran mayor¨ªa de las personas la presencia de las salamandras pasa desapercibida, a pesar de que algunas de las m¨¢s de 650 especies existentes en el mundo ocupan h¨¢bitats altamente humanizados y presentan coloraciones y dibujos muy llamativos. Este desconocimiento y su consideraci¨®n como una de la familias de anfibios m¨¢s amenazadas llevaron a la ONG norteamericana Partners in Anphibian and Reptile Conservation (PARC) a declarar 2014 como el A?o de la Salamandra.
Los anfibios forman la clase de vertebrados con una proporci¨®n mayor de especies catalogadas como amenazadas (un tercio de las 7.000 existentes) en la lista roja de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN). Las salamandras elevan este desgraciado list¨®n hasta la mitad de sus 659 especies reconocidas, incluido el anfibio m¨¢s grande sobre la tierra, la salamandra gigante de China, de m¨¢s de un metro de longitud y catalogada en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n. Destacar el valor de las salamandras en sus ecosistemas naturales, impulsar la investigaci¨®n para ahondar en el conocimiento de sus poblaciones e impactos, desarrollar acciones de conservaci¨®n y fomentar la educaci¨®n ambiental son los cuatro objetivos que se plantea PARC para reclamar m¨¢s atenci¨®n y protecci¨®n para esta variada familia.
La salamandra gigante de China, el anfibio m¨¢s grande sobre la tierra, est¨¢ catalogada en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n
¡°Son especies que viven en dos medios (acu¨¢tico, sobre todo en su fase larvaria, y terrestre) y por lo tanto les afectan los impactos por partida doble, aunque por encima de todos est¨¢n los asociados a la agricultura intensiva, especialmente los contaminantes qu¨ªmicos derivados de ella¡±, afirma Mario Garc¨ªa-Par¨ªs, una de las personas que m¨¢s tiempo ha dedicado a estudiar los anfibios de Espa?a y Am¨¦rica. Este investigador cient¨ªfico del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN/CSIC) es uno de los muchos autores de una obra de referencia para conocer el estado de conservaci¨®n de las salamandras espa?olas: el Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de Espa?a. Aunque oficialmente solo hay cuatro salamandras y tritones considerados como amenazados, la publicaci¨®n reclama esta condici¨®n para casi todas las especies, especialmente para determinadas poblaciones.
Las salamandras rabilarga y norteafricana y los tritones alpino y del Montseny son las cuatro incluidas en el Cat¨¢logo Espa?ol de Especies Amenazadas. La ¨²ltima, considerada en peligro de extinci¨®n, fue descrita en 2005, tras tenerla hasta entonces como subespecie del trit¨®n pirenaico. Actualmente es el anfibio m¨¢s amenazado de Europa occidental, junto a la rana de Karpatos, una isla griega. La Generalitat de Catalu?a lleva a cabo trabajos de estudio y cr¨ªa en cautividad para superar los 1.500 ejemplares que actualmente viven en libertad y que ocupan escasos cinco kil¨®metros de torrentes de monta?a.
Los 1,5 grados de temperatura de m¨¢s con respecto a hace un siglo que se han detectado en el macizo del Montseny est¨¢n entre las causas de regresi¨®n que es com¨²n a la gran mayor¨ªa de las especies de salamandras. Adem¨¢s de la agricultura intensiva mencionada por Garc¨ªa-Par¨ªs, el cambio clim¨¢tico aparece como un problema relevante. David Bukley, investigador colaborador del MNCN/CSIC y actual visitador cient¨ªfico en la Universidad de Cambridge, alertaba en el atlas mencionado sobre los problemas que sufr¨ªan incluso algunas subespecies de la salamandra com¨²n (hay 10 subespecies en Espa?a, de las cuales casi todas, nueve, son end¨¦micas). Ahora, detectado el impacto del cambio clim¨¢tico, la situaci¨®n se complica: ¡°Por sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas [por ejemplo, la piel tan permeable que les hace muy sensibles a cualquier alteraci¨®n del medio] y sus ciclos de vida [la dependencia del agua y temperaturas adecuadas], son de los vertebrados m¨¢s susceptibles de sufrir y salir perjudicados por estos fen¨®menos, y de hecho ya se han detectado extinciones locales, regionales y quiz¨¢s totales de varias especies, sobre todo en el neotr¨®pico [Am¨¦rica del Sur y Centroam¨¦rica]¡±.
El cambio clim¨¢tico y la agricultura intensiva est¨¢n entre las causas de regresi¨®n de la mayor¨ªa de las especies de salamandras
A Alberto ?lvarez, miembro de la Asociaci¨®n Herpetol¨®gica Espa?ola, le cogemos ahora en pleno trabajo de campo, supervisando lugares de puesta de salamandra com¨²n en la Comunidad de Madrid. ¡°La eliminaci¨®n de puntos de agua b¨¢sicos para su reproducci¨®n, sobre todo en manantiales y arroyos alejados de la presencia de peces, nos obliga a facilitarles la puesta en estos u otros lugares acondicionadas al efecto, y es ahora cuando depositan las larvas que en cuatro o cinco meses se convertir¨¢n en adultos y saldr¨¢n del agua¡±, explica ?lvarez, investigador de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Entre 2007 y 2012 la Comunidad de Madrid impuls¨® la creaci¨®n y mantenimiento de estos microh¨¢bitats acu¨¢ticos en el oeste de la provincia, pero el mismo investigador alerta que ¡°hay que seguir trabajando, porque hay especies que se nos van, como el trit¨®n ib¨¦rico, del que no tenemos constancia de poblaciones habituales en Madrid en los a?os ochenta y noventa del pasado siglo¡±.
Desecaci¨®n y alteraci¨®n de charcas y cauces y eliminaci¨®n de puntos tradicionales de puesta y desarrollo (abrevaderos, acequias, fuentes, etc¨¦tera), agricultura intensiva y cambio clim¨¢tico no est¨¢n solos a la hora de entorpecer la supervivencia de las salamandras. Atropellos, invasi¨®n de peces ex¨®ticos y urbanizaci¨®n tambi¨¦n juegan un en contra de algunas poblaciones, aunque David Buckley resalta otro impacto fat¨ªdico: ¡°un hongo que afecta de manera clara a muchas poblaciones de anfibios, incluidas las salamandras¡±. Garc¨ªa-Par¨ªs afirma que ¡°virus y hongos les atacan con fuerza porque sufren de antemano un estr¨¦s inmunol¨®gico¡±. Para este investigador del MNCN/CSIC hay que ¡°evitar al m¨¢ximo el uso de agroqu¨ªmicos, recuperar sistemas agropecuarios con barbecho y pastoreo e impedir la urbanizaci¨®n en h¨¢bitats naturales¡±.
Gu¨ªa para recuperar anfibios
Dentro de la campa?a Acciones de sensibilizaci¨®n y conservaci¨®n de anfibios en Espa?a, WWF, con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Biodiversidad, public¨® el pasado a?o un informe que quiere servir de orientaci¨®n para emprender y consolidar trabajos de conservaci¨®n de esta clase de vertebrados en general y de salamandras en particular: Gu¨ªa de iniciativas locales para los anfibios. Peque?os proyectos para un gran beneficio.
C¨®mo recuperar una charca o crear una nueva; restaurar fuentes, abrevaderos, lavaderos y otros puntos de cr¨ªa y desarrollo de anfibios; adaptar balsas de agricultura y de extinci¨®n de incendios y canales con rampas suaves; instalar vallados en torno a balsas y en carreteras para evitar atropellos; y crear refugios. A modo de manual, la gu¨ªa expone las mejores opciones para restaurar los h¨¢bitats dependiendo de la especie y el medio, algunas de las cuales WWF las ha llevado a la pr¨¢ctica dentro de la campa?a conjunta con la Fundaci¨®n Biodiversidad. Adem¨¢s, en la gu¨ªa se proponen acciones de conservaci¨®n, se resaltan los errores frecuentes que se cometen en este tipo de trabajos y mencionan cinco proyectos de referencia en Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.