Ropa limpia, seca y verde

Tener la ropa seca es una de las necesidades inevitables de cualquier casa. Y tanto desde el punto de vista econ¨®mico como ecol¨®gico la primera opci¨®n es obvia: poner la ropa a secar al sol y al viento. Esto no solo no consume energ¨ªa el¨¦ctrica ¡ªcero emisiones de di¨®xido de carbono¡ª sino que, adem¨¢s, los rayos ultravioleta del Sol tienen poder desinfectante.

Pero una soluci¨®n tan sencilla no siempre es posible. En algunos d¨ªas y en algunos lugares el tiempo no acompa?a; en muchos bloques de viviendas ¡ªdonde vive la mayor¨ªa de los espa?oles¡ª colgar la ropa en el exterior del edificio est¨¢ prohibido, sea por exigencia de la comunidad de propietarios, sea por ordenanzas municipales.

Queda entonces secar la ropa en el interior de la vivienda. Un estudio de la Unidad de Investigaci¨®n sobre Arquitectura Medioambiental de la Escuela de Arte de Glasgow (Reino Unido) determin¨® que poner a secar una colada normal dentro de una habitaci¨®n deja en el aire de las viviendas entre dos y 2,5 litros de vapor de agua. La investigaci¨®n brit¨¢nica se?al¨® que este incremento de la humedad hace que descienda la calidad del aire en la vivienda, convirtiendo las habitaciones en entornos favorables para el crecimiento de bacterias y moho y caldo de cultivo de posibles enfermedades respiratorias.

Desde la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa (Separ), no obstante, son m¨¢s prudentes y no dan por evidente la relaci¨®n entre secar la ropa en el interior de casa y los problemas respiratorios. ¡°Tomado as¨ª en bruto puede llevar a confusi¨®n¡±, afirma Ram¨®n Fern¨¢ndez, coordinador del ?rea de Enfermedades Ocupacionales y Medioambientales. ¡°Depende de muchos factores adem¨¢s de la humedad: las dimensiones de la habitaci¨®n, las condiciones de calor, otros contaminantes dentro de la vivienda, la limpieza¡­¡±

Si se ha de secar la ropa dentro de casa, la clave es, en la medida de lo posible, hacerlo en el espacio mejor ventilado posible. Instalar un tendedero colgado del techo es una opci¨®n a considerar: no solo ahorra espacio, sino que permite un secado ligeramente m¨¢s r¨¢pido por simple convecci¨®n del aire. Otras opciones incluyen los tendederos el¨¦ctricos, que cuentan con barras calentadas o peque?os ventiladores para acelerar el secado consumiendo un m¨ªnimo de energ¨ªa el¨¦ctrica.

Muchos hogares, por comodidad o por falta de espacio, utilizan los radiadores para secar la ropa. Desde el punto de vista de la eficiencia energ¨¦tica, es la peor opci¨®n. No solo el aire h¨²medo requiere m¨¢s energ¨ªa para calentarse, sino que mientras que en una habitaci¨®n seca una temperatura confortable oscila entre los 19 y los 21 grados cent¨ªgrados, en una estancia h¨²meda se necesitan entre 21 y 23 grados.

Todo esto obliga a un gasto energ¨¦tico adicional que se refleja en una mayor factura de la luz y m¨¢s emisiones de di¨®xido de carbono. Un estudio de la Universidad de Strathclyde, tambi¨¦n en Escocia, se?ala que secar la ropa en los radiadores y con las ventanas abiertas consume el doble de energ¨ªa y emite un 20% m¨¢s de CO₂ que utilizar una secadora el¨¦ctrica.

Las secadoras el¨¦ctricas nunca han ca¨ªdo en gracia del consumidor espa?ol. Seg¨²n datos del Instituto de Diversificaci¨®n y Ahorro de Energ¨ªa (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, en 2011 un 28,3% de los hogares espa?oles ten¨ªa una secadora y un 7,7% una lavadora-secadora, frente al m¨¢s de 75% de los hogares estadounidenses que ten¨ªan esta clase de aparato.

En gran medida esto se debe a que son equipos que consumen mucha energ¨ªa y que, al contrario que la mayor¨ªa de electrodom¨¦sticos, su eficiencia no ha mejorado con los a?os. Un estudio del Gobierno brit¨¢nico afirma que mientras una lavadora fabricada en 2010 consume de media tres cuartas partes de lo que gastaba una producida en 1990, una secadora usa un 10% m¨¢s de energ¨ªa que hace 20 a?os.

Pero esa situaci¨®n est¨¢ cambiando. El desarrollo de la tecnolog¨ªa de la bomba de calor ¡ªcon menos p¨¦rdidas de energ¨ªa que las secadoras convencionales¡ª ha permitido aumentar la eficiencia y disminuir el consumo de esta clase de aparatos. A pesar de esas mejoras, todav¨ªa no hay nada que haya conseguido superar el poder secador del sol. As¨ª que, al terminar la colada, as¨®mese a la ventana.