Radiograf¨ªa de la mortalidad
Los fallecimientos suben por segundo a?o consecutivo en Espa?a El envejecimiento se perfila claramente como la primera causa El empobrecimiento tambi¨¦n perjudica la salud
El a?o 2010 puede convertirse en un punto de inflexi¨®n del sistema sanitario espa?ol. Al menos, eso parece si se mide la sanidad del pa¨ªs por su indicador m¨¢s definitivo: los fallecimientos. O, por buscar una medida estad¨ªsticamente mejor, por el cambio en la tendencia de la tasa de mortalidad, que se mide como el n¨²mero de defunciones por cada 100.000 habitantes. Los datos que acaba de hacer p¨²blicos el Instituto Nacional de Estad¨ªstica son claros. Entre 2002 y 2010, el n¨²mero total de defunciones en el pa¨ªs se mantuvo alrededor de 380.000. Como en ese tiempo la poblaci¨®n pas¨® de 41,8 a 47 millones, seg¨²n los datos del padr¨®n, eso hizo que la tasa de mortalidad pasara de 892 por 100.000 habitantes en 2002 a 829 en 2010. Pero, ah¨ª, la tendencia a la baja se trunca. En 2011, subi¨® a 841. Y en 2012, lleg¨® a 862. Este a?o, ¨²ltimo con datos, se super¨® el n¨²mero de las 400.000 muertes en un a?o. Fueron exactamente 402.950. Una subida del 5,4% en dos a?os.
Que a m¨¢s poblaci¨®n haya m¨¢s fallecimientos podr¨ªa parecer l¨®gico. Pero no es lo que pas¨® ¡ªsiempre en l¨ªneas generales, porque las variaciones van en este asunto haciendo dientes de sierra¡ª durante la d¨¦cada que va de 2001 a 2011. La proyecci¨®n de los datos muestra que en ese periodo las mejor¨ªas en la atenci¨®n sanitaria hab¨ªan conseguido romper esa asociaci¨®n entre edad y muerte. Hasta que, de repente, esa tendencia se ha roto. Sin que haya una explicaci¨®n exterior clara (ni una epidemia, ni una ola de calor, ni una gripe especialmente preocupante).
¡°Que hay un cambio es claro. Eso no es una opini¨®n, son datos¡±, afirma convencido el presidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, Fernando Garc¨ªa Benavides. ¡°Lo que hay que saber son las causas y ver lo que dura¡±.
Si ver los datos es relativamente sencillo (el grueso lo ofrece el INE a partir de los registros civiles y de lo que ponen los m¨¦dicos en los certificados de defunci¨®n, por lo que tarda m¨¢s de un a?o en dar los resultados), darle una explicaci¨®n no es una tarea tan f¨¢cil.
El n¨²mero de defunciones supera por primera vez las 400.000 al a?o
La primera explicaci¨®n de Ildefonso Hern¨¢ndez, ex director general de Salud P¨²blica y miembro de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, es que esto se debe al paulatino y creciente envejecimiento de la poblaci¨®n. Los espa?oles viven m¨¢s de media, pero desde el comienzo de la crisis el cambio de la pir¨¢mide poblacional se ha acentuado por la salida de extranjeros, un grupo de poblaci¨®n m¨¢s joven y que suele tener m¨¢s ni?os. ¡°Para tener las respuestas exactas al aumento de los ¨²ltimos a?os habr¨ªa que tener las tasas corregidas por edad¡±, indica Hern¨¢ndez. En un primer an¨¢lisis, el epidemi¨®logo afirma que los datos ¡°nos han de preocupar¡±. Cuando se desgranan m¨¢s los n¨²meros y se bucea en el detalle, ¡°se ve que la mortalidad infantil sigue bajando, y eso es bueno. Pero, en cambio, la esperanza de vida disminuye en casi todas las comunidades para las mujeres. Eso solo pas¨®, tambi¨¦n de forma muy leve, en 2005, pero hay que estudiarlo¡±, dice Hern¨¢ndez.
¡°Con el envejecimiento actual va a ser muy dif¨ªcil que sigamos aumentando la esperanza de vida como hac¨ªamos hasta ahora¡±, a?ade Jos¨¦ Ram¨®n Gonz¨¢lez-Juanatey, presidente de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa (SEC), en referencia a que hay l¨ªmites dif¨ªciles de superar, aunque pa¨ªses como Jap¨®n lo hayan conseguido.
El empeoramiento de los datos de mortalidad alrededor de 2010 es pr¨¢cticamente general. Solo en las muertes por enfermedad mental (un concepto poco numeroso, ya que lo que sucede con estas personas es que fallecen por otras causas) la variaci¨®n empez¨® antes, en 2006. Y el cambio de tendencia alrededor de 2010 se ve claro en el gr¨¢fico adjunto. Y en otros ofrecidos por el INE.
La esperanza de vida se atasca
El instituto, por ejemplo, destacaba ayer en su nota de prensa el aumento de fallecimientos por enfermedades respiratorias: un 17% en tasa desde 2010 a 2012. ¡°Siempre son de las que m¨¢s crecen¡±, dice Jos¨¦ Miguel Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez-Moro, responsable de Relaciones Institucionales de la Sociedad espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (Separ). Para ¨¦l, las causas est¨¢n claras: ¡°Todav¨ªa sufrimos las secuelas de la epidemia de tabaquismo de hace 20 a?os, con tasas de fumadores del 40%. Ahora, con el 28% decidimos que estamos muy bien, pero sigue siendo much¨ªsimo¡±, afirma. ¡°Si en cardiolog¨ªa dejar de fumar parece que se nota enseguida, los c¨¢nceres y la enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica (EPOC) aparecen hasta 20 a?os despu¨¦s de dejar de fumar¡±, dice.
Adem¨¢s, el neum¨®logo no puede restar importancia a la edad de los pacientes. ¡°Las neumon¨ªas son la puerta de las infecciones, porque llegan por donde se respira, y eso lo hacemos todos. Cuando ocurren en personas con otras complicaciones, la situaci¨®n se agrava¡±, afirma.
Eso no explica el cambio de tendencia que se produce a partir de 2010. ¡°Parece pronto para hablar del efecto de los recortes o de la crisis, pero habr¨¢ que estar atentos y estudiarlo¡±, afirma el representante de Separ.
Lo que parece claro por los datos es que ese cambio se da en casi todos los grupos de enfermedades. Y el hecho de que suceda en todas casi a la vez indica que algo ha pasado para que la tendencia de descenso se haya roto.
Con una r¨¢pida revisi¨®n de los datos, y centr¨¢ndose solo en la mortalidad general y en la atribuida a las enfermedades respiratorias, que son ¡°de las que m¨¢s suben¡±, Garc¨ªa Benavides cree que ¡°es pronto para establecer hip¨®tesis¡±. ¡°Desde luego, el envejecimiento est¨¢ ah¨ª¡±, apunta, y ¡°es posible que en muchos de los c¨¢nceres se haya llegado a un punto en que no aumenta la supervivencia¡±, dice. ¡°Habr¨¢ que esperar para ver qu¨¦ pasa¡±.
En neumolog¨ªa a¨²n se sufre la secuela de la epidemia de tabaquismo
Curiosamente, de las principales causas de mortalidad, la que menos parece haber notado el cambio es la primera de ellas: las enfermedades del sistema circulatorio. Juanatey es tajante: ¡°Si en los ¨²ltimos 30 a?os los espa?oles han ganado seis a?os de vida, cuatro se deben a los avances en las enfermedades cardiovasculares [una categor¨ªa que no encaja exactamente con las del INE]¡±. Seg¨²n los ¨²ltimos estudios de la SEC, las muertes por enfermedades cardiovasculares cayeron un 0,2%. ¡°Eso quiere decir que el sistema p¨²blico de salud todav¨ªa les est¨¢ ofreciendo medicina de calidad. Teniendo en cuenta que, adem¨¢s, hay m¨¢s pacientes, los datos son buenos, aunque haya bajado el ritmo de mejora de la supervivencia. Los estamos tratando mejor¡±, dice Juanatey.
El INE, en el apartado de enfermedades del sistema circulatorio registra un repunte en la mortalidad para 2012 del 3% frente al 2011, pero con los c¨¢lculos de la SEC la situaci¨®n a¨²n no es tan grave. ¡°Todav¨ªa no nos pasa como en Grecia, donde los infartos aumentaron un 30% en dos a?os. La mortalidad tambi¨¦n aument¨®, igual que en Portugal e Irlanda. Pas¨® en Islandia tambi¨¦n¡±, afirma.
?Y los recortes? ?No hay un efecto de la p¨¦rdida de presupuestos en la salud de los pacientes? ¡°En los hospitales los recortes los hemos sufrido, y mucho, el personal sanitario. Nos han recortado el sueldo, y trabajamos m¨¢s horas, pero nadie me ha dicho que deje de ver pacientes o de dar un tratamiento¡±, se defiende el neum¨®logo Jos¨¦ Miguel Rodr¨ªguez.
El cardi¨®logo Jos¨¦ Ram¨®n Gonz¨¢lez-Juanatey opina igual. ¡°Es verdad que han aumentado las listas de espera, pero no para los casos muy graves. Esos se atienden siempre¡±.
Los m¨¦dicos dicen que a¨²n no han llegado los recortes a los pacientes
¡°Estamos ante los efectos esperados por los recortes brutales e indiscriminados que se han producido en la sanidad p¨²blica sumados al empobrecimiento de la poblaci¨®n. Una vez m¨¢s se demuestra que los recortes matan. Nos tememos que las cifras de 2013 sean mucho peores, salvo que se rectifique la pol¨ªtica sanitaria y de protecci¨®n social¡±, afirma la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica (FADSP).
Los expertos les dan la raz¨®n en parte: quiz¨¢ no sean los recortes en sanidad los directamente culpables del aumento de la mortalidad, pero hay un ¡°efecto difuso del empobrecimiento¡±, afirma Benavides. En cardiolog¨ªa, por ejemplo, eso se ve f¨¢cil: ¡°La gente come peor, toma m¨¢s grasas industriales. Adem¨¢s, la propia situaci¨®n de estr¨¦s hace que haya m¨¢s infartos¡±, dice Juanatey. ¡°Puede haber un efecto de la mayor pobreza energ¨¦tica¡±, se?ala Hern¨¢ndez.
Los pr¨®ximos a?os dar¨¢n la respuesta exacta. Dos a?os es poco tiempo para evaluar pol¨ªticas sanitarias, pero el cambio de tendencia est¨¢ ah¨ª. Y puede durar: si biol¨®gicamente rejuvenecer a los mayores es imposible, econ¨®micamente tampoco parece que se est¨¦ cerca de reducir la pobreza.
Los suicidios aumentan un 11% en un a?o
El n¨²mero de suicidios en Espa?a creci¨® en 2012 hasta los 3.539 casos. Esta cifra representa una tasa de 7,6 por 100.000 habitantes. Se mire por donde se mire, es un claro incremento. Son un 11,3% m¨¢s que los registrados en 2011 y la tasa m¨¢s alta desde el a?o 2008.
La pregunta surge de forma inmediata. ?Quiere esto decir que la crisis econ¨®mica ha llevado aparejada un incremento en el n¨²mero de suicidios? No, a juicio de Santiago Duran-Sindreu, psiquiatra responsable del Plan de Prevenci¨®n del Suicidio del Hospital de Sant Pau de Barcelona. "Hay una coincidencia en el tiempo entre ambos factores, pero no podemos decir que exista una relaci¨®n de causa efecto, eso ser¨ªa atrevido". Duran-Sindreu considera que el incremento "no es alarmante" ya que las cifras no dejan de moverse en unos valores similares a las de los ¨²ltimos 15 a?os. En 2000 las cifras estaban en 8,4 casos por 100.000 habitantes y en 2008 en 8,9. Algo m¨¢s de un punto por encima del repunte de 2012, seg¨²n los datos del INE publicados ayer.
Incluso con este incremento, siguen siendo estad¨ªsticas muy por debajo de los registros de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Con datos de la OCDE la tasa de Espa?a en 2011 era de 6,9 por 100.000 habitantes frente a los 8,5 suicidios en Portugal; 9,5 de Holanda; 15 de Polonia o los valores disparados de Jap¨®n (20,9) y Corea del Sur (33,3).
Lo que s¨ª ha sucedido es que despu¨¦s de una tendencia decreciente desde el a?o 2008, a partir de 2010, la curva vuelve a crecer. Y se ha producido un incremento muy elevado respecto a 2011. ¡°Proporcionalmente es de los m¨¢s altos de la serie¡±, destaca Duran-Sindreu. Por ello, considera los ¨²ltimos datos ¡°llamativos¡±. Tanto como para que sean tomados en cuenta por las autoridades sanitarias.
Este especialista recuerda que m¨¢s del 90% de las personas que se quitan la vida tienen trastornos mentales y que una situaci¨®n econ¨®mica desfavorable es ¡°un estresor cr¨®nico que puede desencadenar trastornos adaptativos depresivos¡±.
Ante los datos que refleja el INE, el psiquiatra reclama la puesta en marcha de un plan de prevenci¨®n del suicidio, como el que ya tienen otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea o comunidades aut¨®nomas como Catalu?a, que present¨® un programa espec¨ªfico destinado a tal fin en diciembre denominado C¨®digo Riesgo de Suicidio.
¡°No hay que alarmar, pero s¨ª se trata de un toque de atenci¨®n [en referencia al informe del INE] para tomarse en serio esta tendencia que es preocupante¡±, sostiene Carlos Artundo, psiquiatra y consejero delegado de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica (EASP). Artundo tampoco se atreve a establecer a¨²n una relaci¨®n causal motivada por el hundimiento de las condiciones econ¨®micas. Aunque insiste en que hay que estudiar los datos ¡°en profundidad¡±. ¡°Hay evidencias de un aumento de consultas en centros de salud mental, de casos de ansiedad, depresi¨®n y consumo de psicof¨¢rmacos vinculados a la crisis¡±, a?ade.
De los 3.539 suicidios registrados en 2012, un total de 2.724 correspondieron a hombres frente a las 815 mujeres. La cifra es especialmente pronunciada en la franja de edad de los 25 a los 34 a?os. En este segmento, es la primera causa de muerte entre hombres (el 17,8% del total) y en toda la poblaci¨®n, la segunda, por detr¨¢s de los tumores.
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