¡°Con Obama la gente se ha hecho m¨¢s racista¡±

En la Espa?a de hoy, marcada por las estrecheces econ¨®micas, el discurso de Uzma Shakir, una gur¨² de las pol¨ªticas de minor¨ªas y antidiscriminaci¨®n, podr¨ªa sonar un poco marciano. Habla de un Estado que da a cada uno lo que necesita. Al discapacitado, al que practica una religi¨®n minoritaria, a las mujeres. Podr¨ªa sonar propio de sociedades adineradas como la suya de adopci¨®n, la canadiense, pero ella enseguida alerta de que no van por ah¨ª los tiros. De que lo que esta activista paquistano-canadiense que dise?a pol¨ªticas en el Ayuntamiento de Toronto quiere decir es que no importa tanto si tienes mucho o poco, sino c¨®mo lo distribuyes. Y ah¨ª, en el reparto, est¨¢ el meollo de su filosof¨ªa y acci¨®n, que resume en la contraposici¨®n entre igualdad y equidad.

¡°Igualdad es tratar a todo el mundo por igual, al margen de que el resultado sea desigual. Equidad es tratar a la gente de manera diferente para que al final todos disfruten de los mismos derechos¡±. Ejemplo: el Ayuntamiento de Toronto monta unas reuniones para que los vecinos puedan opinar sobre un desarrollo urban¨ªstico. Si simplemente se convoca a la gente, muchos no acudir¨¢n porque no pueden, explica. ¡°Las madres no vendr¨¢n si no les ofrecemos un lugar para cuidar a sus hijos mientras dura la reuni¨®n. La gente con menos recursos no vendr¨¢ si no les damos un bonometro y habr¨¢ inmigrantes que no se presentar¨¢n a no ser que les aseguremos que habr¨¢ un traductor. Porque si el Ayuntamiento organiza algo abierto a todo el mundo, pero de facto muchos no pueden participar, entonces no hay igualdad que valga. Hay que tratarles de manera desigual para que el resultado sea el mismo para todos¡±.

Esta activista dise?a pol¨ªticas de igualdad para el consistorio de Toronto

Dice Shakir que lidiar con la diversidad es algo que en Canad¨¢ tiene ra¨ªces hist¨®ricas: ¡°Siempre hemos sido una sociedad diversa; esa es nuestra identidad nacional¡±. Y mide el desarrollo de un pa¨ªs por su capacidad de atender las necesidades de los m¨¢s vulnerables. Para ella, no hay otra opci¨®n. ¡°Ese es el precio de vivir en sociedad, dar y recibir y a quien no le guste, que se vaya a la jungla. Todos pagamos impuestos y todos tenemos que contar por igual¡±. Y pone otro ejemplo. En 2025, Ontario ser¨¢ por ley totalmente accesible para los discapacitados. Los negocios con escaleras o barreras pagar¨¢n una multa de 148.000 euros al d¨ªa. S¨ª, al d¨ªa.

El racismo y sus manifestaciones es otra de sus especialidades. En Canad¨¢, los abor¨ªgenes, dice son las principales v¨ªctimas. Y los afrocanadienses. ?No ha ayudado nada tener un presidente negro en el pa¨ªs vecino? ¡°Cuando Obama gan¨®, yo estaba feliz de que hubiera un negro en la Casa Blanca. Pero ahora creo que ha hecho a la gente m¨¢s racista. Ahora pol¨ªticos como los del Tea Party se sienten m¨¢s libres para decir barbaridades. Es como si por tener un presidente negro ya hubieran cumplido y tuvieran v¨ªa libre para hacer y decir lo que quieran¡±.

Shakir es una mujer vehemente que se entusiasma y destila una vitalidad envidiable. En Espa?a ha participado en un congreso de di¨¢logo interreligioso y, de paso, se ha reunido con las autoridades municipales madrile?as. Le sorprende que le hayan preguntado sobre todo por los problemas de radicalismo religioso. ¡°?Es un fen¨®meno preocupante en Madrid?¡±, interroga. Cuando se publiquen estas l¨ªneas, Shakir se encontrar¨¢ recorriendo Andaluc¨ªa: un antiguo deseo que ahora se cumple.