Una ni?a con dos madres y un padre
Columbia Brit¨¢nica permite inscribir a una ni?a como hija de un matrimonio de lesbianas y del hombre que don¨® el esperma
Se llama Della Wolf Kangro Wiley Richards, y es la primera ni?a que tiene en su certificado de nacimiento tres progenitores: dos madres y un padre. No se trata de una complicada combinaci¨®n de selecci¨®n de ¨®vulos y material gen¨¦tico. Simplemente, ellas, Danielle Wiley y Anna Richards, son un matrimonio de lesbianas de Vancouver, en la provincia canadiense de la Columbia Brit¨¢nica, y ¨¦l, Shawn Kangro, es un amigo de la pareja que fue el donante de esperma.
De acuerdo con los medios canadienses, se trata del primer caso en que se ha podido registrar a una ni?a con tres progenitores, algo que permiti¨® la modificaci¨®n del a?o pasado de la ley de familia de la provincia (el equivalente a un estado de EE UU en cuanto a autonom¨ªa legislativa). En el pa¨ªs, donde es posible que un donante sepa qu¨¦ hijos se han engendrado con su esperma, ya ha habido casos en que los tribunales han reconocido el derecho de ese padre respecto a su hijo, y de ese descendiente respecto a su progenitor, pero hab¨ªan sido casos excepcionales resueltos en los tribunales despu¨¦s de nacer el hijo (alguno, a?os despu¨¦s), y no una situaci¨®n de partida.
La iniciativa surgi¨® de las mujeres, que quer¨ªan tener un hijo. Como muchas parejas de lesbianas, acudieron a un donante de semen. Pero, en contra de lo que es habitual, en su caso no quer¨ªan que el hombre se desentendiera del hijo futuro una vez cumplida su labor biol¨®gica. El elegido, Shawn Kangro, fue un amigo de la universidad de Anna. ?l aport¨® el semen y Danielle se autoinsemin¨® con una jeringuilla.
¡°Las dos, desde el principio, quer¨ªamos tener un padre que participara¡±, ha declarado Wiley a los medios de comunicaci¨®n locales. ¡°S¨¦ que muchas parejas de lesbianas no quieren eso. Prefieren un donante an¨®nimo. Pero a nosotras nos gustaba la idea de alguien que se involucrara, que fuera una figura paternal para el beb¨¦¡±.
¡°En cuanto Anna y Danielle me lo pidieron, supe enseguida que iba a decir que s¨ª, aunque ten¨ªa que discutir conmigo mismo un mont¨®n de cosas antes¡±, ha dicho por su parte el padre.
Una vez tomada la decisi¨®n, solo quedaba solventar el papeleo que exige la regulaci¨®n. Para ello, los tres padres firmaron un contrato. En ¨¦l se estipula que las mujeres ser¨¢n las madres de la ni?a, tendr¨¢n su tutela y ser¨¢n las encargadas de mantenerla. Por as¨ª decirlo, ser¨¢n las madres en sentido tradicional, y vivir¨¢n con la ni?a. ?l queda como un tutor de la hija en caso de que ellas falten, y puede visitar a la familia siempre que quiera. Tambi¨¦n tendr¨¢ voz en asuntos clave, como los que tengan que ver con la escolarizaci¨®n de la peque?a o las decisiones m¨¦dicas. Para ello se le garantizar¨¢ acceso a su historia cl¨ªnica.
Este contrato era el requisito legal en el Estado, aunque la burocracia les puso algunas pegas. Los formularios para inscribir al beb¨¦ por Internet no estaban preparados, y ninguno quer¨ªa que uno de los tres quedara fuera. Por fin, tras un par de meses, consiguieron solucionar el papeleo.
Ahora, con la ni?a en casa, ¡°parece lo m¨¢s natural del mundo, somos como cualquier otra familia¡±, dice Kangro.
La abogada que les ayud¨® en todo el proceso, barbara findlay ¡ªquien insiste en escribir su nombre en min¨²sculas¡ª, define as¨ª el cambio social recogido en la nueva regulaci¨®n canadiense: ¡°En los viejos tiempos, lo que primaban eran las conexiones biol¨®gicas y gen¨¦ticas. Y eso ya no es lo verdadero. Ahora con centramos en la intenci¨®n de las partes que contribuyen a engendrar al ni?o, pero tambi¨¦n a criarlo y educarlo. Y ese es un cambio realmente enorme¡±.
Canad¨¢ fue el primer pa¨ªs de Am¨¦rica en permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo. De hecho, algunos de sus estados y provincias ya se hab¨ªan adelantado a la norma estatal, y pr¨¢cticamente el mayor obst¨¢culo para la norma fue la negociaci¨®n con la Iglesia nacional (como en otros pa¨ªses protestantes, hay una confesi¨®n del Estado), ya que los pastores se negaron a tener que celebrar esas ceremonias.
En cambio, las condiciones para donaci¨®n de semen son menos rigurosas que las espa?olas. Ah¨ª est¨¢ permitida la pr¨¢ctica dirigida; es decir, que el hombre y la mujer se conozcan e incluso se pongan de acuerdo. Sin embargo, en este caso lo resolvieron por un m¨¦todo m¨¢s casero, ya que no precisaron de un servicio m¨¦dico para el proceso.
La nueva familia afirma que ha sido muy bien acogida por el vecindario en una ciudad, Vancouver, de la costa oeste de Canad¨¢, y con fama de liberal (igual que la casi vecina Seattle, al lado estadounidense de la frontera).
¡°La ni?a tiene tres padres y seis abuelos para que la malcr¨ªen¡±, ha dicho Richards. No descartan que tenga m¨¢s hermanos por el mismo m¨¦todo.
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