La polic¨ªa reconstruye la tragedia de las novatadas universitarias en Portugal
Las familias de las seis v¨ªctimas se querellan contra el ¨²nico superviviente
El pasado viernes, un equipo de doce polic¨ªas comandados por un fiscal, inspeccion¨® la playa de Meco, a 40 kil¨®metros al sur de Lisboa, a fin de reconstruir lo que ocurri¨® el pasado 15 de diciembre, entre las doce y las dos de la madrugada, cuando seis universitarios murieron al ser atrapados por una ola de casi cuatro metros en circunstancias a¨²n muy oscuras. Los investigadores se apoyaron, entre otras cosas, en el testimonio del ¨²nico superviviente del incidente, Jo?o Miguel Gouveia, de 23 a?os, que sigue manteniendo, como asegur¨® la misma noche de la tragedia, que todo fue un accidente fatal.
Pero hay muchos que no creen a Gouveia. Entre ellos se cuentan los padres de las v¨ªctimas, que el viernes se querellaron contra ¨¦l y contra la Universidad Lus¨®fona, centro al que pertenec¨ªan todos los estudiantes. La prensa portuguesa ha aportado un aluvi¨®n de testimonios y de pruebas que apuntan a que aquella noche este grupo de estudiantes acudi¨® a la playa a celebrar una novatada o un conjunto de novatadas, una especie de ritual pseudo-inici¨¢tico para que las seis personas que a la postre murieron escalaran una posici¨®n en la jerarqu¨ªa de los expertos en bromas universitarias, pertenecientes a una suerte de sociedad secreta. Y que el que dirig¨ªa toda la ceremonia era Gouveia, que ostentaba ¡ªy ostenta¡ª el grado de Dux (Duque) en la complicada y escalonada gradaci¨®n de t¨ªtulos. Hay m¨¢s de siete grados, que van desde el novato reci¨¦n ingresado en la universidad hasta el Honoris dux (duque honorario). Las seis v¨ªctimas cursaban su ¨²ltimo a?o de carrera y en la escala se situaban en un grado medio-alto.
Si se demuestra que todo es cierto y que aquella noche se desarroll¨® en la playa de Meco algo parecido a un ritual, Gouveia, que ahora responde a la polic¨ªa en calidad simple de testigo, podr¨ªa pasar a la categor¨ªa peligrosa de imputado a fin de clarificar su responsabilidad en el incidente. La universidad tampoco quedar¨ªa exenta, ya que los siete universitarios que acudieron esa noche a la playa formaban parte de la Comisiss?o Oficial de Praxes Acad¨¦micas (la Comisi¨®n de Novatadas), amparada o al menos tolerada por la Universidad Lus¨®fona.
El universitario que al parecer dirig¨ªa el ritual es el ¨²nico que se salv¨®
Los j¨®venes alquilaron una casa a siete kil¨®metros de la playa para pasar el fin de semana. Y la madrugada del 15, en la que hab¨ªa luna llena, recorrieron a pie todo ese trecho hasta llegar al mar vestidos con el traje t¨ªpico de los universitarios lusos, parecido al de los tunos espa?oles, con capas negras. Los padres tambi¨¦n se han querellado contra terceras personas hipot¨¦ticas, dado que hay ciertos indicios que se?alan a que hab¨ªa m¨¢s de siete personas en esa casa ese fin de semana. La cadena de televisi¨®n TVI ha revelado manuscritos y cuartillas en las que se detallan las cantidades a pagar por cada joven y en las que figuran m¨¢s nombres que los de las seis v¨ªctimas y el superviviente. Si esto es as¨ª, habr¨ªa que investigar si esas personas tambi¨¦n asistieron a la hipot¨¦tica ceremonia de la playa que acab¨® en tragedia.
Por lo pronto, la polic¨ªa ya ha interrogado a los vecinos de ese chal¨¦. Y, seg¨²n apuntaba esta semana el Correio da manh¨¢, algunos aseguran haber visto a varios de estos j¨®venes arrastr¨¢ndose en el patio de la casa con piedras atadas a los pies, en una especie de prueba previa a la prueba mayor de la playa. Esto vendr¨ªa a demostrar que todo el fin de semana fue concebido como una sucesi¨®n de novatadas o desaf¨ªos.
Hay m¨¢s puntos oscuros: cuando los padres de las v¨ªctimas llegaron por la ma?ana a la casa, despu¨¦s de haber sido avisados de la tragedia, lo encontraron todo recogido. ?Qui¨¦n lo hizo? La prensa portuguesa se hace otra pregunta: ?Qui¨¦n se llevo de noche la cuchara de madera gigante que los vecinos dicen haber visto en manos de Gouveia en el patio y que constituye el inequ¨ªvoco s¨ªmbolo del poder en este mundillo infantilmente esot¨¦rico de las novatadas lusas?
Unos testigos vieron
M¨¢s: otro reportaje de TVI descubri¨®, gracias a unas notas manuscritas, que algunas de las v¨ªctimas ya hab¨ªan participado, un a?o antes, en un fin de semana parecido, en otra localidad portuguesa cercana a Lisboa, donde debieron, como pruebas a cumplir y todo envuelto en alcohol, arrastrarse por el suelo, caminar por la sierra y por un cementerio cercano o ingerir alimento de gato.
La misma universidad ha ordenado una investigaci¨®n en la que, de momento, las familias no han sido llamadas y que, en teor¨ªa, termina a finales de mes. Muchos temen que acabe siendo una mera jugada descafeinada.
Por otro lado, mientras la polic¨ªa investiga y re¨²ne poco a poco pruebas, el encendido debate sobre este tipo de novatadas, muy extendidas en la universidad portuguesa, desaparece. Hace dos semanas, tanto los pol¨ªticos como la prensa lusa martilleaban sobre la conveniencia o no de prohibir estas pr¨¢cticas. Ahora da la impresi¨®n de que todo el mundo asume que todo vaya a seguir igual. De hecho, el pr¨®ximo 21 de febrero hay una manifestaci¨®n en Lisboa de apoyo a estas pr¨¢cticas, que muchos defienden por considerar que, convenientemente depuradas, voluntarias y organizadas, sirven para la integraci¨®n de los universitarios. La iniciativa ha sido promovida por el Movimiento a Favor de la Tradici¨®n Acad¨¦mica. Aseguran, en un manifiesto, que estas pr¨¢cticas ¡°no pueden ser objeto de persecuci¨®n por culpa de una mala conducta¡±. Y a?aden: ¡°Son un conjunto de usos y costumbres universitarias merecedoras de respeto¡±.
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