Qui¨¦n hace caja con el cambio clim¨¢tico
Empresas y fondos apuestan por industrias que se beneficiar¨¢n del aumento de las temperaturas. Entre sus apuestas: el agua, el gas natural licuado y las l¨¢mparas 'led'
![Vista del pantano de la Vi?uela, en M¨¢laga, con un bajo nivel de agua debido a la sequia, en 2008.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L3UYTGAYYWLHMAIQ4RKIZEPF7A.jpg?auth=09f91c47b2f226865ebd88642c775e4ade7ed6786471c966068a4354730c6d2f&width=414)
El a?o pasado un sat¨¦lite de la Nasa registr¨® en la Ant¨¢rtida 92,9? bajo cero. La segunda temperatura m¨¢s baja de la historia. Incluso en los veranos marcianos, en sus polos, la climatolog¨ªa resulta m¨¢s benigna. A la vez, el periodo que va de 1983 a 2012 el m¨¢s c¨¢lido en 1.400 a?os, seg¨²n las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico. En este mundo extremo, en el que la nieve cae como estalactitas y en el que la OCDE advierte de que casi la mitad de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ en 2030 en condiciones graves de estr¨¦s h¨ªdrico, algunos se preparan para hacer (mucho) dinero.
El calentamiento global aumenta la posibilidad de padecer alergias, incrementa los d¨¦ficits nutricionales, multiplica la exposici¨®n de la poblaci¨®n a cat¨¢strofes ambientales y enfrenta a millones de seres humanos al desabastecimiento de agua y alimentos. Frente a esta situaci¨®n, la industria act¨²a de dos formas: adapt¨¢ndose o innovando. Y ambas pueden ser muy lucrativas. Por eso ante esta ¡°nueva normalidad¡± algunos emprendedores han lanzado dise?os innovadores como barreras contra tormentas marinas, islas y pen¨ªnsulas artificiales o plantas desalinizadoras. El negocio lo abarca casi todo. Desde energ¨ªas renovables (solar, e¨®lica, marina) hasta sistemas para manipular el clima (geoingenier¨ªa).
El negocio abarca desde energ¨ªas renovables
Pero al lado de quienes crean viven quienes, sencillamente, aprovechan las nuevas oportunidades. La previsible carest¨ªa de agua est¨¢ provocando que cada vez m¨¢s pa¨ªses e inversores acaparen tierras en ?frica y Latinoam¨¦rica para asegurarse reservas acu¨ªferas. La plataforma Land Matrix ya contabiliza 35,64 millones de hect¨¢reas de tierras (casi cuatro veces el tama?o de Portugal) acaparadas en el mundo. Adem¨¢s, como se?ala el periodista McKenzie Funk, quien acaba de publicar Windfall (The Booming Business of Global Warming), ¡°el deshielo en el ?rtico abre paso a la explotaci¨®n de las petroleras¡± y a nuevas rutas de navegaci¨®n y comercio, lo cual, a la vez, podr¨ªa avivar la tensi¨®n geopol¨ªtica entre los pa¨ªses de la zona.
Los expertos alertan adem¨¢s sobre los efectos de este fen¨®meno en la producci¨®n global de alimentos. ¡°El cambio clim¨¢tico minar¨¢ la producci¨®n mundial de alimentos, la convertir¨¢ en m¨¢s imprevisible y veremos con mayor frecuencia periodos de escasez. La crisis alimenticia de 2008 es un buen ejemplo. Compa?¨ªas como Cargil, que controla el negocio del grano, Monsanto [tambi¨¦n habr¨ªa que sumar a Bayer y Basf], primer fabricante de semillas gen¨¦ticamente modificadas, o Yara, que domina el mercado de los fertilizantes, obtienen ya beneficios r¨¦cord¡±, avisa Devlin Kuyek, experto de la ONG Grain. Y advierte: ¡°El control de las multinacionales resulta cada vez m¨¢s extremo¡±. Para lo discutible y para lo encomiable. En el sector del autom¨®vil, los coches h¨ªbridos impulsados por General Motors, Honda, Ford y, sobre todo, Toyota sit¨²an a estos fabricantes como otros de los ganadores del calentamiento global.
La quiniela de vencedores incluye tambi¨¦n a otras industrias. Giles Money, de la gestora Schroders, espera que ¡°la industria de la iluminaci¨®n por led [consume mucho menos que las luminarias tradicionales] crezca significativamente este a?o¡±. Habla, incluso, de un 30% para los pr¨®ximos ejercicios y cita tambi¨¦n al sector de la construcci¨®n, sobre todo en los mercados desarrollados, y al comercio electr¨®nico, cuya baja huella de carbono, seg¨²n Money, permite a los distribuidores mejores precios. Por su parte, Luciano Diana, gestor del fondo Pictet Clean Energy, abre la conversaci¨®n con un recuerdo. ¡°El mundo gasta de media el 8% de su riqueza en energ¨ªa, pero dos terceras partes se pierden antes de llegar al usuario¡±, sostiene. Bajo estas condiciones, el gran beneficiado del cambio clim¨¢tico ser¨¢ la eficiencia energ¨¦tica. Y ah¨ª estar¨¢n las compa?¨ªas de gas natural comprimido y licuado, que es m¨¢s barato y limpio que el petr¨®leo o las empresas relacionadas con el ahorro de energ¨ªa en la industria (Fanuc, Rockwell Automation o Delta Electronics).
Ante la previsible carest¨ªa de agua muchos inversores acaparan tierras en ?frica y Latinoam¨¦rica para asegurarse reservas acu¨ªferas
Son nombres que forman frases, que construyen p¨¢rrafos que crean p¨¢ginas que escriben la novela del negocio del cambio clim¨¢tico. Y en ella, los seguros y las empresas que manejan informaci¨®n meteorol¨®gica har¨¢n caja. Por eso, Monsanto adquiri¨® el a?o pasado la firma Climate Corporation, que suscribe seguros meteorol¨®gicos para granjeros. La idea es vender informaci¨®n a los agricultores que emplean sus semillas modificadas gen¨¦ticamente. Quien conozca el tiempo (una buena oportunidad de negocio, por cierto, para el operador espa?ol de sat¨¦lites Hispasat) ganar¨¢ millones. A esa carta tambi¨¦n juegan los grandes del seguro como AON, AIG, Zurich, Swiss Re o Lloyd¡¯s. Esta ¨²ltima ve la cuenta de resultados fuera. ¡°El cambio clim¨¢tico tendr¨¢ m¨¢s impacto en otras partes del mundo antes que en el Reino Unido. Al ser Lloyd¡¯s una aseguradora global tenemos la responsabilidad de analizar estos impactos y asegurarnos de que todo, incluyendo precios y p¨®lizas, va en consonancia con estos cambios¡±, indica Trevor Maynard, alto ejecutivo de Lloyd¡¯s.
Ahora bien, una de las habilidades del capitalismo es su destreza para transformar un problema en un activo financiero con el que ganar dinero. Ya sea tangible, como el agua, o inasible como el di¨®xido de carbono. Aun as¨ª, para los inversores en el cambio clim¨¢tico la clave habita en el agua. Las emisiones de carbono son invisibles. Pero los glaciares que se derriten, el agua que se evapora o las lluvias que caen torrenciales son el aut¨¦ntico rostro del cambio clim¨¢tico.
A partir de 2006, despu¨¦s de que Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos con Bill Clinton, presentara el documental Una verdad inc¨®moda y que el deshielo en el ¨¢rtico alcanzara en aquellos d¨ªas su nivel r¨¦cord, la industria financiera ¡°reaccion¨®¡± a su manera. En solo dos a?os se lanzaron 15 fondos que invert¨ªan en agua y sus aleda?os. En un suspiro reunieron 13.000 millones de d¨®lares (9.492 millones de euros) y los grandes de la industria Goldman Sachs, UBS o Credit Suisse ficharon a analistas h¨ªdricos. Algo ins¨®lito. El agua iba a ser el petr¨®leo de la nueva centuria, dijeron. En verdad, ¡°una puerta abierta al hidrocolonialismo¡±, ironiza Gustavo Duch, coordinador de la revista Soberan¨ªa Alimentaria. De hecho, Goldman Sachs escribi¨® en 2008: ¡°A riesgo de ser alarmistas, vemos paralelismo con la econom¨ªa maltusiana [Esa apocal¨ªptica teor¨ªa que advierte de que no hay recursos para todos]. Globalmente, cada 20 a?os el consumo de agua se duplica¡±.
Con el paso del tiempo, los fondos han suavizado esa posici¨®n tan dram¨¢tica. Y durante la crisis financiera algunos productos especializados en energ¨ªas renovables y cambio clim¨¢tico sufrieron salida de capitales. DWS ¡ªgestora del Deutsche Bank¡ª transform¨® su DWS Climate Change Fund por un m¨¢s gen¨¦rico DWS Invest Clean Tech, que gestiona algo m¨¢s de nueve millones de euros.
Aun as¨ª, los analistas del banco privado Julius Baer estiman que solo en Suiza hay bajo gesti¨®n 50.000 millones de francos (40.900 millones de euros) en fondos asociados al calentamiento global. ¡°Y han crecido¡± ¡ªafirma la entidad helv¨¦tica¡ª ¡°m¨¢s de un 30% anual durante los ¨²ltimos cinco a?os¡±. Es m¨¢s, el fondo que gestiona las pensiones danesas acaba de anunciar que invertir¨¢ 188 millones de euros en proyectos que luchen contra el cambio clim¨¢tico.
En Suiza hay 50.000 millones de francos invertidos en fondos asociados al calentamiento global
Al fin y al cabo, los estrategas financieros del mundo piensan de forma m¨¢s sencilla de lo que creemos. Casi nada es compleja econometr¨ªa, sino pura l¨®gica. ¡°No existe ning¨²n sustituto del agua a ning¨²n precio. Y no se puede fabricar¡±, narra, en el libro Windfall, John Dickerson, un antiguo analista de la CIA y fundador del fondo especializado en agua Summit Global Management. Bajo este escenario, el agua se siente hu¨¦rfana ¡ªcarece de una legislaci¨®n que la proteja internacionalmente¡ª y los inversores han puesto el ojo en ella. Uno de los resultados es un boyante negocio que mueve m¨¢s de 300.000 millones de d¨®lares (219.000 millones de euros) y cuyos beneficios se reflejan en los principales ¨ªndices de Wall Street. En los ¨²ltimos diez a?os ¡ªdescribe la gestora Fidelity¡ª el S&P Global Water ha dado m¨¢s dinero a los inversores que el petr¨®leo, el gas o las materias primas. Incluso ha superado en rentabilidad al S&P 500, que agrupa a la cr¨¨me de la cr¨¨me de las grandes corporaciones estadounidenses.
A estas alturas del problema pocos dudan del potencial econ¨®mico de la uni¨®n del hidr¨®geno y el ox¨ªgeno. ¡°En algunos pa¨ªses existe un mercado para los derechos del agua, pero vemos poco valor ah¨ª. Sin embargo, hay mucho por invertir en compa?¨ªas activas en el ciclo del agua. Infraestructuras (dise?o de plantas de tratamiento, v¨¢lvulas, tuber¨ªas), reciclaje as¨ª como tecnolog¨ªas relacionadas con este elemento (filtraci¨®n, desinfecci¨®n, control de la calidad)¡±, desgrana Jens Peers, jefe de Inversiones de la gestora Mirova. Aqu¨ª encajar¨ªan, por ejemplo, las espa?olas Abengoa o Gamesa. ¡°Todo lo relacionado con el desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas bajas en carbono tiene potencial¡±, resume Peter Sweatman, director ejecutivo de la consultora Climate Strategy.
En los ¨²ltimos 10 a?os el ¨ªndice S&P Global Water ha dado a los inversores que el petr¨®leo o el gas
Lejos de Espa?a, en las g¨¦lidas tierras de Islandia, cuando sus habitantes miran a su alrededor, saben que son due?os de un tesoro. Tienen 25.000 veces m¨¢s agua per c¨¢pita que los Emiratos ?rabes. Y el brillo de sus glaciares ha atra¨ªdo a inversores daneses, kuwait¨ªes, ingleses, chinos. Todos con una misma idea: usar viejos buques petroleros para transportar el agua. El cambio clim¨¢tico les permite acceder a m¨¢s l¨ªquido y a la vez el deshielo abre caminos antes bloqueados.
Este fen¨®meno suena como una sinfon¨ªa a o¨ªdos de las grandes petroleras. ¡°Repsol est¨¢ presente en el ?rtico en l¨ªnea con su estrategia de diversificaci¨®n geogr¨¢fica¡±, cuenta a trav¨¦s del correo electr¨®nico la compa?¨ªa. La topograf¨ªa de su presencia se ¡°limita¡± a Alaska. En este santuario natural cuenta con 93 bloques en el mar de Chukchi, 67 en Beaufort y 231 en la zona de North Slope. En total, 391. Aunque todav¨ªa ninguno se encuentre en producci¨®n, el a?o pasado la empresa a?adi¨® 46 nuevos bloques en North Slope. Una evidencia del potencial que avizoran. ¡°Lo que hace Repsol all¨ª, con su presencia, es garantizarse un lugar a la espera de que el cambio clim¨¢tico haga el negocio todav¨ªa m¨¢s accesible¡±, se?ala Sara del R¨ªo, de Greenpeace.
Este es el porvenir, el presente transita algo m¨¢s tranquilo. ¡°No se han identificado riesgos f¨ªsicos relacionados con el cambio clim¨¢tico tan potentes como para provocar una modificaci¨®n sustancial de nuestras operaciones¡±. As¨ª lo sostiene la firma de transportes UPS, uno de los futuribles beneficiados, junto a sus competidores (TNT, DHL, FedEx), del deshielo ¨¢rtico al abrirse nuevas rutas.
Aunque quiz¨¢ lo m¨¢s preocupante sea que el calentamiento global no solo deja vencedores y vencidos en la econom¨ªa sino tambi¨¦n en la geopol¨ªtica. ¡°En todos los an¨¢lisis Rusia es un ganador del cambio clim¨¢tico. Su tundra ser¨¢ cultivable, el deshielo permitir¨¢ acceder con mayor facilidad a los recursos naturales y facilitar¨¢ las l¨ªneas de transporte¡±, enumera Gonzalo Escribano, director del Programa de Energ¨ªa y Cambio Clim¨¢tico del Real Instituto Elcano. ¡°Por el contrario Espa?a ser¨¢ uno de los perdedores. Habr¨¢ m¨¢s presi¨®n desde el S¨¢hel por las hambrunas, y la subida del mar provocar¨¢ que el litoral mediterr¨¢neo espa?ol se transforme en marismas y aumente el riesgo de malaria¡±.
La nueva ¡®hipoteca basura¡¯
"Si no se corrige el desequilibrio entre las inversiones en altos y bajos contenidos de carbono, los riesgos relacionados con el cambio clim¨¢tico podr¨ªan herir al sistema financiero mundial como lo hizo en 2008 la crisis de las hipotecas subprime". Esta es la predicci¨®n de Julian Poulter, director del Asset Owners Disclosure Project, una organizaci¨®n que protege los fondos de pensiones de sus miembros de las consecuencias del calentamiento global. Esa declaraci¨®n, hecha al peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian, es un aviso a las grandes gestoras de fondos, y a su, hasta ahora, mirar hacia otro lado. Porque en la traslaci¨®n entre cambio clim¨¢tico y finanzas queda demasiado por hacer. B¨¢sicamente porque el mercado de emisiones (donde se fija el precio de referencia del carbono) no termina de funcionar y no ayuda a que el sector productivo cumpla sus objetivos clim¨¢ticos. Emitir una tonelada de di¨®xido de carbono cuesta unos seis euros. Menos que un men¨² en una casa de comidas. Cuando en teor¨ªa el sistema estaba dise?ado para que los derechos de emisi¨®n oscilaran entre 25 y 30 euros. El par¨®n econ¨®mico en Europa ha provocado que las empresas tengan un exceso de oferta (la Administraci¨®n les asigna un n¨²mero determinado de derechos) e invertir en ahorro no compensa, porque la tonelada se vende muy barata. "La situaci¨®n que vive el mercado del carbono [en 2013 cay¨® un 38% a nivel mundial] no permite tampoco crear productos de inversi¨®n atractivos. Y esto es un gran h¨¢ndicap", advierte Jos¨¦ Luis Blasco, responsable de Cambio Clim¨¢tico y Sostenibilidad de KPMG. "Porque si pienso que el precio del CO2 va a subir puedo crear un swap o un futuro [productos financieros de alto riesgo y elevada rentabilidad] y que la gente invierta".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Miguel ?ngel Garc¨ªa Vega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbf6acdc4-b9bc-4483-9498-1fbb5980608d.png?auth=abb9d00bcfb20dcbf298889d374bda7753529b3005c89bef52af5ca7fae60a7e&width=100&height=100&smart=true)