¡°Vi mucha m¨¢s verdad en el teatro que en Derecho¡±

Los j¨®venes imberbes que le piden consejo ignoran que la mujer que tienen enfrente rod¨® con Saura, Camus o Almod¨®var, y que hasta apareci¨® en la m¨ªtica Falcon Crest. Tambi¨¦n, seguramente, que integra el selecto club de la Academia de Hollywood (es una de los cinco actores espa?oles que son miembros). Pero ah¨ª est¨¢ aconsej¨¢ndoles Assumpta Serna (Barcelona, 1957), en el modesto estand que su fundaci¨®n, First Team, tiene en Aula, la feria de educaci¨®n que se ha celebrado estos d¨ªas en Madrid, donde ha promocionado el primer m¨¢ster universitario en interpretaci¨®n cinematogr¨¢fica. ¡°Aqu¨ª estoy, como decimos los catalanes, arremangada¡±, sonr¨ªe. Y vuelve a los imberbes que sue?an con actuar.

Hay un impulso que mueve a esta actriz con m¨¢s de un centenar de papeles a sus espaldas en 20 pa¨ªses y que se aprecia en c¨®mo habla de lo que hace. Desprende un compromiso profundo con su profesi¨®n, que se ha propuesto prestigiar. Tiene que ver, desliza, con que sus padres insistieran en que estudiara Derecho porque aquello de subirse a un escenario no era serio. ¡°Pero vi mucha m¨¢s verdad en el teatro¡±, defiende. Esa verdad ¡°tiene que revalorizarse¡±, insiste. Y ah¨ª anda poniendo todo su empe?o: los actores, cree, deben ser universitarios. Con el posgrado que ha puesto en marcha con la Universidad Rey Juan Carlos ¡ªque comienza este pr¨®ximo mes de marzo¡ª trata de superar, adem¨¢s, un d¨¦ficit en la formaci¨®n de los actores sobre la que se escribi¨® en El trabajo del actor de cine: ¡°Que no se les ense?a a actuar para la peque?a ventana del cine, sino solo para la grande del teatro¡±. Y hay mucha diferencia. ¡°La palabra es la unidad m¨¢s peque?a en teatro, mientras que en el cine es el pensamiento¡±, explica antes de meter mano, tambi¨¦n arremangada, a la hamburguesa de pinta regular que ha pedido en la cafeter¨ªa de la feria.

?Y de actuar, c¨®mo anda? Desde que termin¨® de rodar la coproducci¨®n francoalemana de Los Borgia ¡ª¡°de las mejores cosas que he hecho ¨²ltimamente¡±, dice¡ª est¨¢ esperando un papel. Hace tiempo que no le ofrecen nada en Espa?a. ?Pasa factura saltar el charco? ¡°Me lo pregunto mucho... Quiz¨¢s hay demasiado respeto, doy miedo. Alguien que a lo mejor puede discutir cosas¡­¡±, reflexiona, y encuentra otro motivo: ¡°Mario Camus me dijo una vez: ¡®?Cuando escribas un libro nunca m¨¢s te van a llamar!¡±.

Eso le pesa, pero tambi¨¦n la falta de apoyo que ha notado cuando ha salido fuera. Lo recuerda y entonces se le humedecen los ojos: ¡°En 1988 hice una retrospectiva de cine espa?ol en Nueva York, y luego fui con los franceses... Aquello no ten¨ªa nada que ver, ellos s¨ª que saben vender su cine¡±. Y a?ade con resignaci¨®n: ¡°El pa¨ªs no te respalda¡±.

En la conversaci¨®n ha hablado muchas veces en plural ¡ª¡°pensamos¡± esto, ¡°creemos¡± lo otro¡ª porque comparte con su marido, el tambi¨¦n actor Scott Cleverdon, la vida y la direcci¨®n de la fundaci¨®n. ?l escoc¨¦s y ella catalana, no queda otra que preguntarles c¨®mo van en casa de soberanismo: ¡°?l dice que no podemos opinar, porque llevamos mucho tiempo fuera¡±. Al final, se arranca: ¡°Me da miedo que una naci¨®n, al hacerse peque?a, se empeque?ezca¡±.