¡°Me veo francesa hasta en el f¨ªsico¡±
La ministra de Innovaci¨®n de Hollande valora el micromecenazgo
Cuando Fleur Pellerin fue nombrada, en mayo de 2012, ministra francesa delegada para las Pymes, la Innovaci¨®n y la Econom¨ªa Digital tuvo que organizar una rueda de prensa para los medios de comunicaci¨®n surcoreanos. ¡°Eran tantas las solicitudes de entrevistas que decidimos meterlos a todos en una habitaci¨®n¡±, recuerda incr¨¦dula. El mismo revuelo caus¨® su visita oficial al pa¨ªs asi¨¢tico en marzo del a?o pasado: ¡°Nadie me reconoce en Francia cuando voy por la calle, pero all¨ª, hasta me hac¨ªan regalos en los mercados¡±. Era su primer viaje a Se¨²l, pero no la primera vez que estaba en la ciudad.
Hace 40 a?os, Pellerin a¨²n estaba registrada como Kim Jong-Suk, un beb¨¦ abandonado en una calle de la capital surcoreana a los pocos d¨ªas de nacer. Hoy, es la mujer cien por cien francesa a la que, pese a su inexperiencia pol¨ªtica, Fran?ois Hollande no dud¨® en confiar una cartera que mueve millones de euros y que tiene la dura misi¨®n de renovar los modelos de negocio que la revoluci¨®n digital ha puesto a prueba.
¡°Me veo a m¨ª misma como francesa, incluso en el f¨ªsico¡±, responde con naturalidad cuando le preguntan si se considera ex¨®tica, como dicen muchos. Pellerin fue adoptada por una familia francesa a los seis meses, por lo que no lleg¨® a conocer ni el idioma ni la cultura coreanos. Nunca sinti¨® la necesidad de ir en busca de sus or¨ªgenes. En cambio, se dedic¨® a prepararse en instituciones tan prestigiosas como Sciences Po para ser una alta funcionaria.
¡°Lo que m¨¢s me marc¨® cuando era joven fue cu¨¢nto confiamos en el sistema educativo para ascender dentro de la sociedad. Pero este criterio resulta demasiado injusto porque quienes provienen de ambientes adinerados est¨¢n mejor informados y, por tanto, pueden tomar mejores decisiones [de carrera o escuelas] que quienes hayan salido de la clase obrera. Por eso eleg¨ª ser funcionaria, para intentar solucionarlo, aunque sea a peque?a escala¡±, explica con un hablar pausado. Asegura que la misma motivaci¨®n la empuj¨® a unirse al Club Siglo XXI, una red que lucha contra la discriminaci¨®n y promueve la diversidad, de la que fue presidenta durante dos a?os. ¡°No tengo dos culturas. Pero entiendo que, desde fuera, la comunidad asi¨¢tica se identifique conmigo y se alegre de mi nombramiento porque soy la primera persona nacida en Asia que forma parte del Gobierno franc¨¦s¡±.
La ministra se declara una creyente del crowdfunding, el micromecenazgo popular, una pr¨¢ctica a la que ha decidido dotar de un marco jur¨ªdico. Su proyecto m¨¢s ambicioso es la implantaci¨®n de banda ancha en toda Francia, para el que dispone de 20.000 millones de euros. Tambi¨¦n particip¨® en el trato con Google para que destine 60 millones de euros en los pr¨®ximos tres a?os a un fondo para la modernizaci¨®n de la prensa a cambio de no cobrarle ninguna tasa por mostrar fragmentos de noticias en su servicio Google News, algo que el Ejecutivo espa?ol piensa aplicar.
Pellerin no se inmuta ante el alboroto causado por los miles de asistentes que transitan por el Mobile World Congress, en Barcelona. Cuenta divertida que, al pasar por el puesto de la firma surcoreana Samsung muchos le han tomado fotos. Ha viajado para promocionar French Tech, un programa que busca acelerar el crecimiento de las peque?as empresas tecnol¨®gicas y que cuenta con un presupuesto de 200 millones de euros. ¡°En Europa tenemos muchas startups, pero lo son toda su vida. Nunca se convierten en un Google o un Facebook¡±. Ese es su reto: que la pr¨®xima gran compa?¨ªa tecnol¨®gica sea francesa. Como ella.
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