¡°Ver la Tierra desde la nave te tiene que cambiar la vida¡±
Es uno de los candidatos del proyecto Mars One, que pretende crear una colonia en Marte
?Qui¨¦n no ha so?ado con subir a un cohete, ver la Tierra desde el espacio y, a poder ser, poner un pie en Marte? Este tambi¨¦n es el sue?o de ?ngel Jan¨¦ (Barcelona, 1975). La diferencia respecto a la mayor¨ªa de mortales es que ¨¦l tiene posibilidades de hacerlo. Es uno de los candidatos del proyecto Mars One, impulsado por una fundaci¨®n que lleva el mismo nombre, que tiene como objetivo ¨²ltimo crear una colonia en Marte. S¨ª, han le¨ªdo bien, Marte. Quieren empezar a enviar los primeros viajeros en 2024, a los que quieren a?adir nuevos tripulantes cada dos a?os. El proceso de selecci¨®n arranc¨® el a?o pasado; se apuntaron 200.000 personas. Despu¨¦s de la primera criba, quedaron 1.058, de los cuales 42 son espa?oles.
Jan¨¦ siempre hab¨ªa querido ser piloto e intent¨® hacer carrera en el Ej¨¦rcito del Aire. Su familia no le pudo pagar los estudios de aviaci¨®n y se hizo t¨¦cnico en energ¨ªas renovables, aunque la crisis del sector lo dej¨® en el paro hace cinco meses. ¡°?ramos un pa¨ªs l¨ªder y el Gobierno se ha cargado las renovables¡±. Convirti¨® su sue?o de aventurero en aficiones. ¡°Ahora hago ca¨ªda libre¡±. Y lista una interminable ristra: astronom¨ªa, artes marciales, carreras de motos, parapente, todo tipo de deportes, explorar nuevos lugares... Con este historial, no se lo pens¨® dos veces cuando sali¨® la convocatoria del Mars One. ¡°?Esto es para m¨ª. Debo estar ah¨ª!¡±, dijo entonces.
A la hora de hacer la fotograf¨ªa que acompa?a este art¨ªculo, Jan¨¦ demuestra su agilidad saltando ¡ªsin esconder lo que disfruta¡ª unas enormes rocas del parque del barrio de El Clot de Barcelona, donde reside. Asegura que de peque?o ya era un ni?o inquieto, que no paraba de estudiar e incluso inventar. Lleg¨® a crear un motor de agua para la moto. Esta ansia de aprendizaje la mantiene y la ha traspasado a su hija. La familia ¡ªsu pareja y el hijo de esta¡ª acostumbra a huir de la ciudad y se van al parque del Montseny a disfrutar de un cielo limpio de poluci¨®n. ¡°A los ni?os de ahora les importa m¨¢s tener un iPad que mirar el cielo. Pero en casa tenemos otra mentalidad y los ni?os no tienen ni iPad ni consola ni m¨®vil. Juegan con libros, palos y pi?as, y as¨ª se pueden pasar horas y estimulan la imaginaci¨®n¡±, explica mientras da un sorbo al cortado.
Jan¨¦ est¨¢ pendiente de superar la segunda de las cuatro fases de selecci¨®n, que terminar¨¢n en 2015. ¡°No buscan cient¨ªficos, buscan personas que puedan trabajar en equipo, resolutivas y fuertes psicol¨®gicamente. Hay mucha gente en la calle con altas capacidades, independientemente de su nivel de estudios¡±. Si logra embarcar, sabe que vivir¨¢ una experiencia ¨²nica. ¡°Ver la Tierra desde la nave te tiene que cambiar la vida y darte cuenta de que no somos nada¡±. Ha dado muchas vueltas a lo que dir¨ªa al llegar a Marte. ¡°Hay que dejar de discutir y pelearnos por temas como el f¨²tbol. Cuando nos unimos podemos hacer grandes cosas. Un ni?o no nace para odiar al del pa¨ªs vecino, pero nos hacen as¨ª. Debemos aprender que no somos m¨¢quinas de consumir y trabajar e intentar cambiar este mundo gobernado por la econom¨ªa y los bancos¡±.
El viaje a Marte es solo de ida. Algo que Jan¨¦ ve como un riesgo asumible en cualquier gran aventura. Eso s¨ª, desde que super¨® la primera fase vive ¡°cada d¨ªa como si fuera el ¨²ltimo¡±. Si se va, su hija tendr¨¢ 14 a?os. ¡°Me habr¨¦ despedido durante 10; ser¨¢n m¨¢s intensos que 30 a?os de otros padres¡±.
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