La Tierra, a vista de radar

El primer sat¨¦lite de la constelaci¨®n europea que va a vigilar el medio ambiente global, los cambios en el territorio, los oc¨¦anos, los hielos y los desastres naturales, est¨¢ listo para salir al espacio con su radar avanzado a bordo. Es el Sentinel 1A del sistema europeo Cop¨¦rnico, y su lanzamiento est¨¢ previsto para la pr¨®xima semana. De dia, de noche, sin importar la capa nubosa e incluso en la oscuridad invernal del ?rtico, el radar sigue viendo la superficie del planeta y enviando informaci¨®n para poder identificar cualquier cambio que se produzca. El plan es poner en marcha, con estos nuevos sat¨¦lites, m¨¢s la informaci¨®n aportada por sistemas colaboradores, un sistema de cobertura global, suministro r¨¢pido de datos en bruto y acceso gratuito a los mismos. Ser¨¢ algo as¨ª como el sistema de posicionamiento por sat¨¦lite GPS, pero dedicado a la observaci¨®n de la Tierra. De hecho, tras el Galileo (el GPS europeo que se est¨¢ desplegando) Cop¨¦rnico es el segundo buque insignia de los programas espaciales de la Uni¨®n Europea que se responsabilizar¨¢ de su operaci¨®n, mientras que del dise?o, construcci¨®n y puesta en ¨®rbita de los equipos se encarga la Agencia Europea del Espacio (ESA).

Las tres misiones Sentinel aprobadas, cada una formada por dos sat¨¦lites gemelos, combinan las tecnolog¨ªas de radar (como el Sentinel 1A y Sentinel 1B, que se lanzar¨¢ el a?o que viene) y las de imagen. En Cop¨¦rnico la ESA ha invertido 1.600 millones de euros desde 2005 y la UE, 600 millones, mientras que el coste de operaci¨®n de 2014 a 2020, a cargo de la UE, asciende a 3.800 millones. Un programa muy rentable si se cumplen los planes de la Comisi¨®n Europea generando a la larga 30.000 millones de euros de beneficios econ¨®micos de la mano de empresas que pongan en marcha desarrollos e iniciativas de explotaci¨®n de la ingente cantidad de datos que generar¨¢ Cop¨¦rnico.

Sus promotores recalcan que se beneficiar¨¢ la agricultura, que conocer¨¢ en todo momento la humedad de las tierras y las cosechas esperables; la vigilancia de vientos y olas en el oc¨¦ano permitir¨¢ trazar predicciones que hagan m¨¢s segura y eficaz la navegaci¨®n; el control de vertidos contaminantes, la evoluci¨®n del uso del suelo y la vigilancia de bosques repercutir¨¢ en un mayor control medioambiental y mejor planificaci¨®n del territorio; la situaci¨®n y evoluci¨®n de los hielos en el mar facilitar¨¢ en tr¨¢nsito por el ?rtico. Adem¨¢s, todos estos datos son fundamentales para un mejor conocimiento del cambio clim¨¢tico y para la puesta en marcha de pol¨ªticas acordes con las situaciones y las necesidades futuras.

¡°Una vez que el sistema est¨¦ desplegado en ¨®rbita tendremos una amplia variedad de sat¨¦lites e instrumentos para medir numerosos par¨¢metros, realmente todo lo que puedes medir desde el espacio, desde datos terrestres relacionados con las inundaciones, los incendios forestales, las erupciones volc¨¢nicas, los datos provocados por terremotos, pero tambi¨¦n vertidos de petr¨®leo, cubierta de hielo, etc¨¦tera¡±, avanza Josef Aschbacher, director de Cop¨¦rnico en la sede de la ESA para observaci¨®n de la Tierra, Esrin, cerca de Roma.

La constelaci¨®n Cop¨¦rnico ofrecer¨¢ datos en bruto gratuitos

El Sentinel 1A, que se pondr¨¢ en ¨®rbita a casi 700 kil¨®metros de altura pasando sobre los polos, partir¨¢ en un cohete ruso Soyuz, comercializado por el consorcio europeo Arianespace, desde la base de Kourou, en la Guayana Francesa, el pr¨®ximo d¨ªa 3 de marzo. Es un artefacto de 2.300 kilos que desplegar¨¢ en el espacio dos paneles solares de 10 metros de largo cada uno y una gran antena del radar de 12 metros. El sat¨¦lite ha sido construido por un consorcio de empresas lideradas por Thales Alenia Space (Italia), y del radar se ha encargado Airbus Defense and Space (Alemania).

Cuando est¨¦ en ¨®rbita su gemelo Sentinel 1B, ambos sat¨¦lites trabajar¨¢n en una configuraci¨®n, separados 180 grados en ¨®rbita, de manera que se optimizar¨¢ la cobertura para garantizar el sobrevuelo de cada zona del planeta como m¨ªnimo, aunque en el ?rtico la revisita se reduce a menos de un d¨ªa. Europa, Canad¨¢ y las principales rutas mar¨ªtimas se cubrir¨¢n cada tres d¨ªas. La resoluci¨®n del radar variar¨¢ entre 20 por 40 kil¨®metros y 5 por 100 metros, dependiendo del modo en que se utilice, incluida la combinaci¨®n de datos de dos o m¨¢s im¨¢genes radar para detectar cambios acaecidos entre una y otra. Con esta t¨¦cnica se podr¨¢n distinguir desplazamientos del suelo de pocos mil¨ªmetros en extensas ¨¢reas, informa la ESA, algo muy ¨²til para vigilar el terreno con ocasi¨®n de terremotos, deslizamiento de tierras y erupciones volc¨¢nicas.

La siguiente misi¨®n, Sentinel 2, tambi¨¦n formada por un par de sat¨¦lites, llevar¨¢ c¨¢maras ¨®pticas de alta resoluci¨®n, en lugar de radares, especialmente indicadas para lograr informaci¨®n, por ejemplo, de vegetaci¨®n, v¨ªas fluviales, distribuci¨®n de suelo y agua y zonas costeras. La Sentinel 3, ser¨¢ una misi¨®n multiinstrumento para medir topograf¨ªa de la superficie terrestre, las temperaturas de mar y de tierra, as¨ª como coloraci¨®n del oc¨¦ano y el suelo. Los datos ser¨¢n especialmente importantes para los estudios de clima.

La estaci¨®n de Maspalomas, en Canarias, ser¨¢ uno de los receptores

Sentinel 4 y Sentinel 5 ser¨¢n instrumentos embarcados en sat¨¦lites operados por Eumetsat, el primero, en un Meteosat y el segundo en un Metop, y volar¨¢n al espacio en 2017 y 2020, respectivamente. Pero adem¨¢s, habr¨¢ otro sat¨¦lite de Cop¨¦rnico, el Sentinel 5 Precursor, dise?ado para dar evitar la discontinuidad de datos, sobre todo de atm¨®sfera, entre los anteriores sat¨¦lites de observaci¨®n de la tierra (sobre todo los dos ERS y Envisat) y los de Cop¨¦rnico.

Dado que el sistema va m¨¢s all¨¢ del uso cient¨ªfico de la informaci¨®n que se obtenga y est¨¢ dise?ado para poner los datos a disposici¨®n de m¨²ltiples usuarios diferentes, el dise?o de recepci¨®n y distribuci¨®n de datos de Cop¨¦rnico ha sido dise?ado para lograr una m¨¢xima eficacia y rapidez. Los sat¨¦lites enviar¨¢n los registros de radar a cuatro centros receptores distintos, situados en Noruega y Espa?a (a la estaci¨®n de Maspalomas, en Gran Canaria).