Boda homosexual, destino Espa?a
M¨¢s de 1.800 parejas extranjeras del mismo sexo se han casado desde 2005 Para las lesbianas, las leyes nacionales de reproducci¨®n asistida son un aliciente
El reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo ha ido m¨¢s all¨¢ de la celebraci¨®n de bodas entre espa?oles o mixtas. Desde que el 3 de julio de 2005 entr¨® en vigor, m¨¢s de 3.700 extranjeros han pasado por juzgados espa?oles para formalizar su relaci¨®n con una pareja tambi¨¦n for¨¢nea.
Los m¨¢s numerosos son los matrimonios entre hombres. Los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) reflejan un total de 1.329 bodas masculinas y 522 femeninas. Son 1.850 enlaces, aunque probablemente las cifras actuales rebasen los 2.000 ya que los datos solo reflejan informaci¨®n hasta 2012. El a?o en el que se celebraron m¨¢s bodas de este tipo fue 2009 (306; 225 entre hombres y 81 entre mujeres extranjeras), ya que a partir de entonces se legaliz¨® este tipo de uniones en los dos pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos a Espa?a. Portugal lo hizo en mayo de 2010 y Francia en el mismo mes del a?o pasado, por lo que los ciudadanos de estos pa¨ªses ya no tienen la necesidad de desplazarse.
Al menos uno de los dos miembros de la pareja debe inscribirse como residente
Buena parte de ellos son hombres y mujeres que han acudido a Espa?a con el prop¨®sito expreso de casarse para conseguir el reconocimiento de unos derechos que su pa¨ªs ignora. Los registros del INE no distinguen ente parejas extranjeras ya residentes y aquellos que dejan su pa¨ªs para casarse en Espa?a, aunque hay indicios de que este ¨²ltimo grupo es ampliamente mayoritario. ¡°El 49% de las consultas que recibimos en 2012 [no hay datos m¨¢s recientes] relacionadas con el matrimonio eran de personas que se comunicaban con nosotros desde otro pa¨ªs o cuya pareja era extranjera¡±, apuntan desde la Federaci¨®n Estatal de Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (FELGTB). ¡°Son bastantes¡±, a?aden, ¡°y aunque el matrimonio no es v¨¢lido en su pa¨ªs, casarse les sirve para tener el reconocimiento, disfrutar de ese momento oficial en el que se formaliza la relaci¨®n y quiz¨¢s poder pelearlo [el matrimonio en su pa¨ªs de origen] en el futuro¡±, a?aden desde esta entidad.
En todo caso, contraer matrimonio en Espa?a para una pareja de extranjeros no es tan sencillo como reservar un billete de avi¨®n, y pedir d¨ªa y hora en los juzgados. ¡°No puede venir cualquiera y casarse¡±, advierte Javier Carrascosa, catedr¨¢tico de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Murcia. Al menos una de las dos personas de la pareja debe tener fijado su domicilio en Espa?a, lo que implica poder demostrar que ¡°el centro de su vida social, econ¨®mica y personal se encuentra aqu¨ª¡±, a?ade. ?C¨®mo probar la residencia habitual? Con la inscripci¨®n en el padr¨®n municipal, al menos, unos ocho o diez meses. ¡°En este caso, el juez puede presumir que la pareja tiene en Espa?a su residencia habitual¡±, comenta el profesor de Derecho.
Cuando los matrimonios son entre mujeres, adem¨¢s de poder sellar su relaci¨®n ante el juez, un alcalde o un concejal, Espa?a ofrece un aliciente a?adido a las parejas que desean formar una familia, ya que la ley de reproducci¨®n asistida es de las m¨¢s progresistas que existen en Europa. En Italia, por ejemplo, no es posible la donaci¨®n de semen si no es para fecundar el ¨®vulo de la propia pareja, es decir, no se puede recurrir libremente a bancos p¨²blicos de gametos. De hecho, est¨¢ prohibido a mujeres solas someterse a inseminaciones o procesos de fecundaci¨®n in vitro, al igual que sucede en Francia. En Alemania, Austria o Italia est¨¢ prohibida la donaci¨®n de ¨®vulos.
En Italia o Francia no se puede inseminar a mujeres solteras
En Espa?a no existen estas limitaciones. La ley de Reproducci¨®n Asistida de 2006 deja bien claro que las usuarias de las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida son las mayores de 18 a?os ¡°con independencia de su estado civil y orientaci¨®n sexual¡±, lo que de forma expl¨ªcita incluye a las solteras y a las lesbianas. En contra de lo que sucede en otros pa¨ªses europeos, en Espa?a existen programas de donaci¨®n de gametos tanto masculinos (espermatozoides) como femeninos (¨®vulos). Ello abre las puertas a la posibilidad de acceder a un tratamiento de inseminaci¨®n de un banco de esperma o, si fallara esta t¨¦cnica, a un procedimiento de fecundaci¨®n in vitro sin ning¨²n obst¨¢culo legal.
Es cierto que el Gobierno pretende limitar el acceso a lesbianas a los centros de reproducci¨®n asistida p¨²blicos, lo que ser¨ªa aplicable tanto a nacionales como extranjeras con cobertura sanitaria en la red asistencial (aseguradas, seg¨²n la jerga introducida por el Ministerio que dirige Ana Mato tras la exclusi¨®n sanitaria). En cualquier caso, siempre podr¨ªan acudir a un centro privado, ya que la ley ampara los tratamientos a mujeres solteras o a lesbianas. Que, de hecho, es lo que ya sucede en la inmensa mayor¨ªa de los casos.
Hay una ventaja m¨¢s: la calidad y los competitivos precios de las cl¨ªnicas de reproducci¨®n asistida nacionales. ¡°Lo que te cuesta aqu¨ª la privada no tiene nada que ver con lo que pasa en otros pa¨ªses, donde es mucho m¨¢s caro. En la mayor¨ªa de las cl¨ªnicas te atienden en distintos idiomas¡±, apunta Gloria Fortun, de la Asociaci¨®n de Familias Homoparentales LGTB Galehi.
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