Las tiran¨ªas del informe PISA
M¨¢s de 80 expertos critica en una carta que las famosas evaluaciones internacionales modifican los sistemas educativos solo para salir bien en la foto
![Elisa Sili¨®](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fedb22054-d097-4563-bc91-1474ed48343d.jpg?auth=1e93401b84a57ddf3a74ce7ad95d8d6a18786fb8bb55a9dbc4d77e8fec627cc0&width=100&height=100&smart=true)
![Los expertos no quieren que las multinacionales participen en la evaluación.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WFYQYCGEGWB5Q4Q2X66A5WMCJQ.jpg?auth=cfac4ae20bbe3d596c1e8d02c7f865492f541355d782f21561fe3b8b2e60b521&width=414)
?Est¨¢n modificando los ex¨¢menes de evaluaci¨®n de PISA las pol¨ªticas educativas de los pa¨ªses que los celebran? Un total de 83 grandes expertos internacionales ¡ªla mayor¨ªa estadounidenses y brit¨¢nicos¡ª est¨¢n convencidos de ello y lo critican en una carta que han hecho llegar al alem¨¢n Andreas Schleicher, director del programa de evaluaci¨®n al que se someten los alumnos de 15 a?os de 64 pa¨ªses de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE).
¡°Los Gobiernos, los ministros de educaci¨®n y los directores de peri¨®dicos esperan con ansiedad los resultados de PISA, que son citados como fuente autorizada en muchas declaraciones pol¨ªticas. Y estos han empezado a tener influencia en las pr¨¢cticas educativas de muchos pa¨ªses¡±, se lamentan en la misiva los expertos. ¡°Los Gobiernos est¨¢n reajustando sus sistemas educativos con la esperanza de mejorar en los ranking. En muchos pa¨ªses la falta de progreso en PISA se relaciona con la crisis y esto est¨¢ condicionando sus reformas, que se hacen de acuerdo con los preceptos de PISA¡±, contin¨²an.
Schleicher ha optado por contestarles desde la p¨¢gina de la OCDE en otra carta abierta en la que defiende lo contrario: ¡°PISA proporciona oportunidades para dise?ar una estrategia pol¨ªtica, porque muestra otras opciones, perspectivas, al compararse con otros pa¨ªses. Y permite a los pol¨ªticos, administraciones y organizaciones colaborar fuera de sus fronteras¡±.
El director del test opina que comparar pa¨ªses sirve para orientar las pol¨ªticas
Fuentes del Ministerio de Educaci¨®n reconocen que se tiene en cuenta el indicador de PISA porque hay detr¨¢s un ¨®rgano solvente como la OCDE. Pero aseguran que se analizan otros factores, como las caracter¨ªsticas educativas del pa¨ªs y las condiciones sociales. Pues consideran que ¡°ser¨ªa un error ense?ar para aprobar el examen, porque eso pervierte la finalidad de la Educaci¨®n¡±. Otros Gobiernos, como el noruego, tambi¨¦n niegan la dependencia de PISA, que en su opini¨®n tiene m¨¢s eco en los medios que consecuencias en la vida de los centros.
¡°Hay, naturalmente, diferentes ¨¦nfasis entre los cr¨ªticos de PISA. Pero uno de los grandes problemas es la apresurada interpretaci¨®n con puntos d¨¦biles que hacen los pol¨ªticos¡±, explica el primer firmante, Heinz-Dieter Meyer, de la Universidad de Nueva York, en Albany. ¡°Pero en mi opini¨®n, la problem¨¢tica es m¨¢s profunda y afecta a: 1) el estrecho alcance de lo que se ha medido; 2) el hecho de que la OCDE ¡ªcomo organizaci¨®n dedicada al desarrollo econ¨®mico¡ª tiene un sesgo en favor al papel econ¨®mico de la educaci¨®n, olvidando que, en democracia, hay muchos otros aspectos importantes de la educaci¨®n p¨²blica: la salud, el desarrollo moral, art¨ªstico y creativo; la participaci¨®n c¨ªvica y la felicidad¡±.
Ante la pol¨¦mica suscitada una de sus autoras, Elaine Wilson, de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad de Cambridge, precisa tambi¨¦n algo m¨¢s. ¡°No tengo problemas con PISA. De hecho, creo que los materiales de las pruebas son muy buenos y que es muy ¨²til tener indicadores internacionales. El asunto es que el fallo es malinterpretado por los pol¨ªticos, que no son capaces de entender la complejidad de los datos y que extrapolan con fallos parte para justificar la direcci¨®n de sus pol¨ªticas¡±.
En el mundo desde hace d¨¦cadas han existido test evaluadores ¡ªen Espa?a con menos predicamento¡ª, pero en opini¨®n de los firmantes de la carta a Schleicher, nunca han tenido tanto peso en las decisiones como ahora. Ponen el ejemplo de Estados Unidos, ¡°donde la prueba justifica el programa de ex¨¢menes Race to the Top (Carrera al top), que establece un ranking y etiqueta a los estudiantes, los profesores y los centros de acuerdo con los resultados de los tests, aunque se sabe bien que son imperfectos. Por ejemplo, no se ha explicado el descenso en el top de Finlandia¡±.
¡°Los Gobiernos extrapolan mal los resultados¡±, dice una profesora
Denuncian los 83 en su carta que los Gobiernos son cortoplacistas y toman medidas sin largo recorrido para sacar pecho en el siguiente examen (estos son cada tres a?os). Por ejemplo, la calidad de la ense?anza depende mucho del estatus y el prestigio de los docentes y en muchos lugares no se presta mucha atenci¨®n y no hay ¨¢nimo de mejorar esta situaci¨®n, porque el resultado se ver¨¢ a la larga en los test. En Espa?a el Gobierno aprob¨® en diciembre una reforma educativa que instaura tres ex¨¢menes tras el fin de los ciclos educativos ¡ªprimaria, secundaria y bachillerato, estos dos ¨²ltimos rev¨¢lidas para obtener el t¨ªtulo¡ª muy en la l¨ªnea de PISA y es ahora cuando afronta el Estatuto del Docente que aborda estos temas.
¡°Es indudable que muchas reformas tardan en dar sus frutos¡±, plantea Schleicher, ¡°pero algunos pa¨ªses han demostrado un r¨¢pido progreso en un tiempo corto, como Polonia o Alemania¡±.
¡°La cuesti¨®n no es si PISA debe existir o no. Sino su relevancia, su transparencia y sus objetivos¡±, explica desde Canad¨¢ Arlo Kempf, formador de docentes en la Universidad de Toronto. ¡°En el Estado de Ontario, por ejemplo, en seis meses cambi¨® la formaci¨®n de los profesores de Matem¨¢ticas tras los resultados de PISA¡±, ejemplifica el firmante
PISA eval¨²a tres competencias b¨¢sicas ¡ªmatem¨¢ticas, comprensi¨®n lectora y ciencias¡ª, pero no otras dif¨ªcilmente cuantificables y que, a juicio de estos expertos, son fundamentales para enfrentarse a los retos del siglo XXI: los objetivos psicol¨®gicos, morales, c¨ªvicos y de desarrollo art¨ªstico. En los nuevos planes de estudios de primaria y secundaria espa?oles la m¨²sica, la pl¨¢stica o la filosof¨ªa pierden terreno a favor del c¨¢lculo o la lectura, medidos en PISA. ¡°Los ni?os espa?oles van demasiadas horas a clase ¡ªm¨¢s que la media¡ª pero menos de las necesarias de Matem¨¢ticas. Se entiende que se aumenten¡±, sostiene Antonio Cabrales, catedr¨¢tico de la University College London. ¡°Pero deber¨ªa existir m¨¢s flexibilidad de horas en los centros. En Estados Unidos, Reino Unido u Holanda, dependiendo del itinerario, uno recibe m¨¢s o menos clases¡±.
Cabrales recuerda que PISA empez¨® evaluando dos competencias y luego sum¨® Ciencias. ¡°En cada edici¨®n algo nuevo. En la ¨²ltima se incluy¨® la resoluci¨®n de problemas y las finanzas, del que se conocer¨¢n los resultados a final de a?o. Es cuesti¨®n de dise?ar nuevas pruebas. Todos encantados¡±.
Rechazan tambi¨¦n los 83 que las pruebas las celebre la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos, pues la educaci¨®n a su juicio no tiene solo como objetivo garantizar el empleo del alumno, sino formar a un ciudadano capaz de participar en la vida democr¨¢tica de su pa¨ªs y en la toma de decisiones. Preferir¨ªan que fuese la Unesco o la ONU, ¨®rganos supranacionales que tienen entre sus objetivos la mejora de la educaci¨®n en el mundo, las encargadas de evaluar a los adolescentes.
Esta idea la defiende tambi¨¦n Carmen Rodr¨ªguez, del departamento de Did¨¢ctica de la Universidad de M¨¢laga. ¡°La pol¨ªtica de competencias de la OCDE es de 1995 y se basa en la l¨®gica de la econom¨ªa, el mercado y la competitividad de Europa. Se invierte en capital humano para reducirlo a rendimiento en el trabajo y a la competencia entre estudiantes, centros y pa¨ªses¡±. Rodr¨ªguez echa de menos una formaci¨®n integral. ¡°El mandato de la OCDE tiene mucho que ver con el de la Unesco y Unicef¡±, alega Schleicher. ¡°Y las decisiones de PISA son tomadas por representantes de todos los pa¨ªses miembros¡±.
Cabrales, en cambio, agradece mucho esta incitativa de la OCDE. ¡°Antes los economistas relacion¨¢bamos el desarrollo econ¨®mico de un pa¨ªs con la media del n¨²mero de a?os de escolarizaci¨®n y era un dato muy d¨¦bil. Sin embargo, PISA pone de manifiesto que lo que importa es la calidad de la ense?anza, no las horas que un alumno est¨¢ sentado en una clase. Eso antes no se sab¨ªa¡±.
A los expertos de la misiva a¨²n les gusta menos que la OCDE deje las pruebas en manos de ¡°compa?¨ªas multinacionales con ¨¢nimo de lucro quieren ganar dinero¡±. Y alertan de que estas empresas tienen colegios en Estados Unidos y planes de establecerse en ?frica, continente en el que la OCDE quiere introducir el programa PISA. ¡°Como Pearson que ganado millones con las pruebas y tiene el contrato de 2015¡±, remarca Kempf.
Y por ¨²ltimo sostienen que las pruebas recortan la autonom¨ªa de los profesores y los centros y provocan estr¨¦s al alumnado y los docentes. En el caso espa?ol, el ministro Jos¨¦ Ignacio Wert reconoce que con las rev¨¢lidas examina a los estudiantes y, de paso, a sus ense?antes. ¡°Cuando hablo con los profesores canadienses sienten p¨¢nico. No tienen tiempo para otras cosas que no sean preparar las pruebas. Y hace dos a?os estuve en Estados Unidos y algunos me dec¨ªan que no pod¨ªan ir al gimnasio con los alumnos o trabajar las inteligencias m¨²ltiples (espacial, musical, social o emocional)¡±, relata Kempf.
Los resultados de PISA se dividen en Espa?a por comunidades pero no por centros. Una pr¨¢ctica com¨²n en las pruebas externas de la Comunidad de Madrid, lo que ha abierto la v¨ªa a la competencia entre colegios por captar alumnos con sus n¨²meros como reclamo. Rodr¨ªguez es pesimista: ¡°Andaluc¨ªa ha sacado un decreto para que el fallo no se conozca p¨²blicamente, pero la LOMCE aboga por que exista competencia y la vamos a ver¡±.
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