Afal desatendi¨® a sus tutelados y adquiri¨® deudas con los geri¨¢tricos
Familiares, directores de residencias y trabajadores sociales aseguran que la fundaci¨®n neg¨® ropa y productos b¨¢sicos a los incapacitados por alzh¨¦imer
Siete extrabajadores y varios familiares de personas incapacitadas ¡ªla mayor¨ªa por alzh¨¦imer¡ª han denunciado que la Fundaci¨®n Afal desatendi¨® a los estos enfermos, de quienes ten¨ªa la tutela, en las residencias y viviendas en los que los ten¨ªa alojados. Afal Futuro est¨¢ siendo investigada ahora por la fiscal¨ªa. Directores de residencias, tutores y trabajadores sociales, as¨ª como informes m¨¦dicos, corroboran esos supuestos abusos sobre personas que, adem¨¢s, ten¨ªan bienes que les hubiera permitido vivir con holgura, pero a las que la enfermedad impidi¨® denunciar su deficiente manutenci¨®n. La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n identific¨® indicios de delito tras estudiar el caso y ahora la Fiscal¨ªa de Madrid analiza la supuesta apropiaci¨®n indebida del patrimonio de estos enfermos por parte de Afal Futuro y de empresas vinculadas a su c¨²pula. La direcci¨®n eludi¨® ayer comentar el caso. La documentaci¨®n facilitada a las autoridades indica que la entidad ha incrementado su patrimonio de 30.000 euros a 12 millones en siete a?os.
¡°La desatenci¨®n era evidente. Hab¨ªa se?oras vestidas con batas y que pasaron de los bolsos de lujo a vestir con ropa de los muertos. De un d¨ªa para otro les vest¨ªan de pies a cabeza de C¨¢ritas¡±, asegura Ignacio Ma?as, director de la residencia Eulen Santo Domingo hasta el pasado oto?o. Tras denunciar por carta esta situaci¨®n an¨®mala ante la jefa m¨¦dica del grupo Eulen, Salom¨¦ Mart¨ªn, Ma?as fue despedido. Este directivo intent¨® cobrar una deuda de Afal con Eulen de m¨¢s de 300.000 euros, pero no tuvo ¨¦xito. El antecesor de Ma?as en la residencia, Jos¨¦ Salas, ratifica los supuestos abusos: ¡°La tutelada Consuelo Larrondo vino con una peluca y Afal se neg¨® a pagarle una nueva cuando se le estrope¨®. Ped¨ª a Afal zapatos ortop¨¦dicos para Teresa Orjales [otra tutelada] y recib¨ª unos zuecos con los dedos al aire, calzado de auxiliar de cl¨ªnica. Lamentable¡±.
Los informes m¨¦dicos y de trabajadores sociales de dicho centro sobre Larrondo, de 87 a?os y con grave deterioro cognitivo, exponen estas carencias: ¡°La enferma necesita ropa, calzado de invierno y ropa interior¡±, determina la trabajadora social Esther S¨¢ez el 25 de enero de 2010. Cuatro informes y mes y medio despu¨¦s, S¨¢ez insiste y vuelve a enumerar las mismas carencias el 8 de marzo; aunque precisa que la residencia le ha proporcionado ¡°ropa y un par de zapatos¡±. Larrondo pose¨ªa dos viviendas (al 75% y al 50%), adem¨¢s de acciones, productos financieros y diversas cuentas bancarias, tal y como refleja el inventario de bienes remitido por Afal Futuro al Juzgado de Primera Instancia 65 de Madrid en marzo de 2010.
Los informes de las residencias resaltan que los enfermos carec¨ªan de atenci¨®n
Los informes sociosanitarios que los centros residenciales emiten peri¨®dicamente y que analiza la fiscal¨ªa, indican otros muchos casos. La residencia donde vive la enferma Benita L¨®pez-L¨®pez requiere varias veces que la fundaci¨®n aporte cierta documentaci¨®n que necesitan: desde el DNI hasta la sentencia de incapacitaci¨®n. Un informe m¨¦dico sobre otra tutelada por Afal, Teresa Orjales, de 84 a?os y con deterioro cognitivo leve, subraya que necesita pasta para fijar su dentadura. ¡°Ella no tiene y se la coge a otros internos. [Tambi¨¦n necesita] gafas de cerca¡±, subraya su informe m¨¦dico de marzo de 2010.
Esta supuesta falta de atenci¨®n no solo se produjo en las residencias, tambi¨¦n en los domicilios privados a los que acud¨ªan tutores para cuidar a los enfermos. El trabajador social Luis Redondo ha aportado a EL PA?S la carta en la que una empresa de servicios renunci¨®, en 2009, a seguir prestando sus funciones de supervisi¨®n de los enfermos, ya que el cuidado de la entidad hacia ellos era negligente: ¡°Se modifican, sin criterio cl¨ªnico ni protocolo ninguno, las pautas de actividades de la vida diaria y rutinas de enfermos y auxiliares¡±. En la misiva, la compa?¨ªa (cuyo nombre sus responsables piden omitir) responsabiliza a la presidenta de la entidad, Blanca Clavijo, y a la abogada de Afal, Mercedes D¨ªaz, de ¡°barbaridades¡± como la eliminaci¨®n de servicios como fisioterapia, vitales para estos enfermos. Es el caso de ?ngela Maximina, que falleci¨® tras permanecer en cama sin recibir este tratamiento esencial para su salud.
Algunos pacientes sufr¨ªan necesidades, pese a contar con grandes fortunas
La tutora Pilar Palao, que trabaj¨® cuatro a?os para enfermos amparados por Afal, explica c¨®mo tras un a?o se quebr¨® el equipo multidisciplinar de coordinaci¨®n inicial compuesto por un terapeuta, un psic¨®logo, un asesor jur¨ªdico, un trabajador social y voluntarios. ¡°Hay un momento en que Clavijo [presidenta de la fundaci¨®n] prima la parte jur¨ªdica para poder hacer lo que quiere ocultando informaci¨®n al juzgado, por encima de la atenci¨®n al paciente¡±, censura. ¡°El equipo se desintegr¨® y empezaron los contratos por amiguismo. Mi despido, reconocido como improcedente, lo ejecut¨® Clavijo porque alc¨¦ la voz. Pero entonces no sab¨ªa la dimensi¨®n del fraude¡±, a?ade.
Hace unos meses, Francisco L¨®pez Arevalillo acudi¨® a casa de su madre, tutelada por Afal Futuro, a visitarla, pero no la encontr¨® all¨ª. "Me asust¨¦. No entend¨ªa lo que pasaba¡ estuve llamando a todos los telefonillos hasta que una vecina me termin¨® diciendo que se la hab¨ªan llevado a una residencia", dice. L¨®pez Arevalillo se fue directo a la Guardia Civil a poner una denuncia; m¨¢s tarde pudo aclarar que la fundaci¨®n hab¨ªa determinado que su madre, enferma de alzh¨¦imer de 84 a?os que viv¨ªa con una cuidadora interna desde hace tiempo, estar¨ªa mejor en un centro. Desde entonces, el hombre asegura que Afal Futuro no se ha ocupado de manera diligente de ella; tambi¨¦n que la entidad ha impedido que reciba informaci¨®n m¨¦dica de su madre.
Clavijo, rehus¨® ayer comentar la investigaci¨®n que ha emprendido la fiscal¨ªa. Tampoco valor¨® las cr¨ªticas y denuncias de los familiares hacia su gesti¨®n y el trato poco diligente hacia los incapacitados. Mientras, un portavoz del grupo Eulen rechaz¨® opinar sobre las denuncias internas que cayeron en saco roto.
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