?xitos falsos
Tras dos a?os de recortes, las supuestas victorias se han conseguido a costa de los m¨¢s vulnerables
Si recordamos qu¨¦ ha pasado en la sanidad espa?ola en los ¨²ltimos a?os, lo primero que nos viene a la mente es que hemos ido a peor. La verdad es que es f¨¢cil poner encima de la mesa los temas que ha puesto en marcha el actual Gobierno, algunos con ¡°¨¦xito¡±,?dada la gran preocupaci¨®n generada.
Seg¨²n el informe de la OCDE sobre evoluci¨®n del gasto en salud en los pa¨ªses miembros publicado en febrero de 2014, los recortes sanitarios en Espa?a se han producido en los productos farmac¨¦uticos, en la prevenci¨®n y en salud p¨²blica y en los costes de los servicios de salud a trav¨¦s de la disminuci¨®n de los salarios y puestos de trabajo.
Aunque tenemos ya la sanidad p¨²blica m¨¢s barata de nuestro entorno ¡ªeso s¨ª, con un nivel de prestaciones y accesibilidad que ha sido hasta ahora el referente para muchos de los pa¨ªses europeos y americanos¡ª parece que el camino trazado para ella es el de lanzarla cuesta abajo. Somos uno de los pa¨ªses que, seg¨²n el ¨²ltimo an¨¢lisis del Gasto General de los Gobiernos?recogido en el informe Eurostat ¡ªla oficina estad¨ªstica europea¡ª, ha destinado a gastar en salud, protecci¨®n social (incluido el desempleo), educaci¨®n o vivienda un porcentaje menor que la media europea. Sin embargo, el gobierno espa?ol presupuesta por encima de esa media en Orden P¨²blico y Seguridad o para Asuntos Econ¨®micos (un 7,7% del PIB frente al 4,1% general). Es decir, es la voluntad pol¨ªtica de quien gobierna la que decide cu¨¢les son las prioridades y c¨®mo se gestionan. Como plantea Martin Mckee, experto en salud p¨²blica y colaborador de la OMS, ¡°no se deber¨ªa hacer recortes en temas esenciales¡±. ¡°La austeridad es una decisi¨®n pol¨ªtica, no una necesidad¡±, concluye.
Una cosa es el turismo sanitario y otra bien distinta son los inmigrantes sin papeles
Pero la realidad es que se nos han presentado como ¡°¨¦xitos¡± los recortes en derechos y oportunidades en salud, as¨ª como ciertas iniciativas para romper el Sistema Nacional de Salud (SNS). El Ministerio de Sanidad ha conseguido crear un sistema menos equitativo y m¨¢s insolidario, alej¨¢ndonos m¨¢s de ese principio de Universalidad del que tan orgulloso se sent¨ªa este pa¨ªs. El Gobierno espa?ol ha recortado, a trav¨¦s de la aplicaci¨®n del Real Decreto 16/2012, el derecho a la atenci¨®n sanitaria p¨²blica a los emigrantes (denunciado, entre otros, por el informe M¨¦dicos del Mundo o, a t¨ªtulo personal, por el cardi¨®logo salmantino M¨¢ximo Diego), a espa?oles en paro en el extranjero y a espa?oles que contribuyen con sus impuestos. Situaci¨®n general que el Consejo de Europa critica duramente a trav¨¦s de un informe de su comisario de Derechos Humanos, Nils Muiznieks, y del informe de Desigualdades en Salud de los pa¨ªses de la UE, realizado por Michael Marmot. Los recortes presupuestarios, se dice en esos informes, ¡°han repercutido en la disponibilidad, el acceso y la calidad de los servicios sanitarios¡±, mientras sus responsables llaman la atenci¨®n sobre ¡°un deshacer lo andado hasta ahora en la sanidad espa?ola¡±. Bajo el argumento de los altos costes que genera el ¡°turismo sanitario¡±, se esconde la exclusi¨®n mayoritaria de la asistencia sanitaria p¨²blica a los inmigrantes indocumentados, replica la ministra Ana Mato al primero de los citados informes. Y lo hace recurriendo a algo tan extra?o como lo de ser ¡°equitativos y solidarios¡±, cuando los hechos son tan diferentes. Porque una cosa es el turismo sanitario y otra bien distinta son los inmigrantes sin papeles.
Junto a lo anterior, la intenci¨®n del Gobierno de disminuir los gastos ¡°insostenibles¡± del SNS mediante la aplicaci¨®n de distintos copagos, puede que s¨ª haya tenido alg¨²n ¨¦xito, pero ha sido a costa de sablear a los jubilados y a los que menos tienen, sobre todo.
Del total de los 5.500 millones de euros que pregona el Ministerio haber conseguido ahorrar hasta ahora, cerca de un 37% se debe a la reducci¨®n del gasto en farmacia. Gracias a la estrategia positiva del SNS se ha logrado reducir la prescripci¨®n de medicamentos por los profesionales en un 14.7% interanual; y, como ya queda dicho, otro buen pellizco de ese ahorro se ha conseguido gracias al dinero pagado por los pensionistas y ciudadanos de menores ingresos, aumentando con ello el gasto privado de la Sanidad y la menor contribuci¨®n p¨²blica.
Mas no se crea que estas medidas de ahorro se han realizado de acuerdo a criterios de necesidad del paciente, econ¨®mica o sanitaria, o para reducir el gasto p¨²blico de verdad, no. M¨¢s bien, las medidas han respondido a estrategias pensadas para atacar all¨ª donde hubiese una menor resistencia, aunque el resultado haya sido insostenible para la salud de muchos pacientes (?eso es responsabilidad de ellos!). Los que puedan pagarse las medicinas de su bolsillos que se las paguen, independiente de que paguen sus impuestos o sean jubilados. Y el que no¡. ?A la beneficencia, si la hay! Otros copagos (farmacia hospitalaria, transporte sanitario, etc¨¦tera) siguen pendientes del calendario electoral. ?Y ahora no es el momento de insistir en ellos!
Las medidas han respondido a estrategias pensadas para atacar all¨ª donde hubiese una menor resistencia
La otra parte importante del ahorro se debe a una reducci¨®n dr¨¢stica de personal en el SNS (42% del ahorro publicado). Este segundo ¨¦xito del Gobierno ha tenido que ver m¨¢s con la capacidad persuasiva del Ministerio de Hacienda que con la influencia estrat¨¦gica de la ministra de Sanidad. Las consecuencias son claras: disminuci¨®n de la capacidad resolutiva del SNS, aumento notable de listas de espera, y enrevesamiento de una pol¨ªtica de recursos humanos, cada vez m¨¢s diferenciada y absurda, entre los distintos servicios de salud del Estado. La guinda a tal ¨¦xito la pone el propio pa¨ªs, Espa?a, al pasar a ser el primero de la OCDE que m¨¢s profesionales forma y exporta a los pa¨ªses de su entorno.
Este principio de romper la equidad sanitaria entre los espa?oles gracias a los grandes capitales, que ven en ella un buen negocio, y sus representantes pol¨ªticos, pone bien a las claras el argumento de considerar la Salud, y por tanto la Sanidad, como un bien de consumo y no como un derecho del ciudadano. Si la salud es un bien de consumo, su uso depende de la capacidad adquisitiva del individuo y de las reglas del mercado que se generen. La salud se convierte de este modo en negocio a cambio de finiquitar el sistema universal y gratuito.
Un ejemplo claro y expl¨ªcito de esta estrategia ha sido el intento del Gobierno regional de Madrid de privatizar 6 hospitales y 27 centros de salud para los pr¨®ximos 30 a?os. Hipotecar, pol¨ªtica y econ¨®micamente, el futuro de esos centros sanitarios no tiene m¨¢s argumento que el de la aceptaci¨®n de las reglas que dicta el mercado; ese neoliberalismo (salvaje, lo llaman algunos) que ahora gobierna la econom¨ªa y la pol¨ªtica. Afortunadamente, gracias al empuje de una ¡°marea blanca¡± y a la confluencia de la mayor¨ªa de la gente en un objetivo, el Gobierno madrile?o no se ha salido con la suya. Y lo mismo le ocurri¨® al gobierno de Castilla-La Mancha, que tuvo que dar marcha atr¨¢s en su intento de suprimir parcialmente las urgencias rurales.
Sin duda el SNS tiene aspectos que mejorar. En algunas comunidades aut¨®nomas en las que no gobierna el PP estas mejoras est¨¢n siendo evidentes, o al menos se est¨¢n paliando los estragos de la crisis. En todo caso, lo que ha de estar claro es que las limitaciones presupuestarias marcadas por Madrid no justifican determinadas pol¨ªticas. Por supuesto que con los recursos disponibles se puede avanzar; todo depende hacia d¨®nde se canalice el dinero. Se puede avanzar, por ejemplo, en mejorar la organizaci¨®n sanitaria y la gesti¨®n de los servicios o incorporando las mejores pr¨¢cticas cl¨ªnicas. Se puede avanzar en trasparencia y en hacer m¨¢s eficiente el sistema. Y todo esto lo saben de sobra los profesionales del sector y los ciudadanos que participan en su sistema sanitario.
Los Gobiernos de aquellas comunidades que no gestionan los populares deber¨ªan asumir, en primer lugar, el compromiso de garantizar que el Sistema Sanitario P¨²blico ser¨¢ capaz de avanzar y de resolver esas incertidumbres que tiene ahora mismo el ciudadano espa?ol. La tarea de todos es garantizar la eficiencia y la sostenibilidad del sistema sanitario p¨²blico como principio de ¨¦tica y equidad social.
Joaqu¨ªn Carmona D¨ªaz-Velarde es m¨¦dico y exdirector General de Asistencia Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud
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