La salud de nuestros hijos exige m¨¢s que un calendario vacunal de m¨ªnimos
La recomendaci¨®n del Ministerio de Sanidad se ha convertido en una p¨¦rdida de oportunidad
Hace 20 a?os, en mayo de 1994, la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP) constitu¨ªa el Comit¨¦ Asesor de Vacunas (CAV), que a finales del mismo a?o public¨® su primer calendario vacunal. Desde entonces, y junto al resto de sociedades cient¨ªficas m¨¢s involucradas en el mundo de las vacunas, la AEP ha exigido la consecuci¨®n de un calendario de vacunaci¨®n unificado.
En ese sentido, se podr¨ªa decir que el Comit¨¦ Asesor de Vacunas de la AEP ha sido testigo de c¨®mo se ha cumplido su objetivo inicial: el 1 de enero de 2014 entr¨® en vigor el ¡°calendario de vacunaci¨®n infantil com¨²n¡±, recomendado por el Ministerio de Sanidad a trav¨¦s del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Pero lo que podr¨ªa considerarse un ¨¦xito, se ha convertido en realidad en la p¨¦rdida de una oportunidad hist¨®rica. El objetivo, en efecto, era dise?ar un calendario igualitario, ¨®ptimo y actualizado para la realidad social y epidemiol¨®gica actual del pa¨ªs, y que estuviera a favor de la salud de los m¨¢s peque?os. En cambio, nos hemos encontrado con una propuesta de m¨ªnimos, con un calendario muy b¨¢sico, e incluso retr¨®grado en algunos casos, que nos hace retroceder varios a?os en lo que a prevenci¨®n se refiere, y que nos deja a la cola de Europa en materia de vacunas.
Las consecuencias no se han hecho esperar: la sensaci¨®n general que reina entre los profesionales sanitarios y la poblaci¨®n general es de impotencia y frustraci¨®n, ya que este pa¨ªs, con unas coberturas vacunales excelentes, l¨ªderes a nivel mundial, no merec¨ªa esto. Es l¨®gico pensar que la base de la mayor¨ªa de las decisiones que ha tomado el Ministerio de Sanidad para gestar este calendario es fundamentalmente econ¨®mica, ahorrando costes en vacunas por la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil, pero con grandes consecuencias sobre los m¨¢s indefensos: los ni?os. Sin embargo, nunca se deber¨ªa recortar en un arma sanitaria tan poderosa como es la vacunaci¨®n, sobre todo en la infancia. Adem¨¢s, las vacunas representan una partida econ¨®mica muy discreta dentro del presupuesto sanitario nacional. Se trata, por tanto, de una medida eficaz y de poca carga econ¨®mica que, en cambio, garantiza un retorno de la inversi¨®n en forma de una mayor salud de las nuevas generaciones. El ahorro que, a la larga, produce el empleo de vacunas, queda patente no s¨®lo en la mejor salud de nuestros peque?os, sino en menores tasas de enfermedades que cada vez son menos frecuentes y, por ende, ocasionan un menor n¨²mero de consultas, de tratamientos farmacol¨®gicos y de estancias hospitalarias. Adem¨¢s, se sabe que los adultos, sobre todo aquellos en contacto con ni?os, tambi¨¦n se benefician de las buenas coberturas vacunales, ya que disminuyen los contagios de estas infecciones prevenidas en los ni?os, lo que redunda tambi¨¦n en un mayor ahorro de costes. Por tanto, salud y econom¨ªa se benefician por igual de la vacunaci¨®n.
Ante este calendario vacunal com¨²n del Ministerio de Sanidad, se encuentra el que proponemos cada a?o desde el Comit¨¦ Asesor de Vacunas de la AEP, un calendario de vacunaci¨®n com¨²n ¨®ptimo, en concordancia con la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos occidentales y que da respuesta a las necesidades sociales y epidemiol¨®gicas de nuestro pa¨ªs.
Son muchos los puntos discordantes entre ambos calendarios, pero dos de ellos destacan por encima de todos: la vacunaci¨®n frente al neumococo y a la varicela, en cuyos casos la propuesta ministerial se puede calificar de un paso atr¨¢s. Y es que el calendario del Ministerio solicita a algunas comunidades aut¨®nomas que retiren vacunas que ten¨ªan incluidas en sus calendarios de vacunaci¨®n y que est¨¢n funcionando de forma inequ¨ªvoca hasta el d¨ªa de hoy, seg¨²n la evidencia cient¨ªfica, que es en lo que, al fin y al cabo, se basa nuestra propuesta de calendario.
La propuesta del Ministerio de Sanidad no incluye la vacunaci¨®n sistem¨¢tica frente al neumococo para todos los ni?os del pa¨ªs. Espa?a y Portugal son los ¨²nicos pa¨ªses de Europa occidental que no tienen incluida en su calendario esta vacunaci¨®n universal, propuesta por la AEP desde 2003 y recomendada por la propia Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones del Ministerio. Sin embargo, Portugal ya ha anunciado que la va a incluir pr¨®ximamente en su calendario, lo que nos dejar¨ªa solos en esta postura.
En el caso de la vacuna de la varicela, desde el CAV-AEP proponemos la vacunaci¨®n a los 12 meses de edad y una segunda dosis a los 2-3 a?os, frente al calendario del Ministerio de Sanidad, que incluye la vacunaci¨®n a los 12 a?os, edad a la que el 90% de los ni?os ya han pasado la enfermedad, lo que hace de esta propuesta una medida escasamente preventiva. Los pediatras queremos ni?os sanos y que no tengan que pasar esta enfermedad, que hasta en un 15 por ciento de los casos puede complicarse, a veces, de forma grave. Si la diferencia en el calendario ya era suficientemente importante, se agrava a¨²n m¨¢s con la decisi¨®n de la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) de bloquear la libre comercializaci¨®n de la vacuna de uso extrahospitalario en las farmacias, sin que haya mediado ning¨²n cambio en la ficha t¨¦cnica del producto, ni problemas de seguridad o calidad de la vacuna. Esta injustificada decisi¨®n, que nos convierte en el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que no se puede acceder libremente a esta vacuna si alguien lo desea, impide que se eviten 125 000 casos de varicela al a?o, y aumentar¨¢ la circulaci¨®n del virus entre la poblaci¨®n adulta no inmunizada. De hecho, ya se est¨¢ apreciando un aumento de casos de varicela en diferentes regiones, as¨ª como de ingresos hospitalarios provocados por la misma, en este a?o 2014.
El desabastecimiento de la vacuna en las farmacias espa?olas -con la excepci¨®n de Navarra, Ceuta y Melilla- ha provocado una escena que no es propia de la era en la que vivimos, con muchos padres desplaz¨¢ndose a los pa¨ªses de nuestro alrededor en busca de la vacuna, o incluso compr¨¢ndola a trav¨¦s de Internet (totalmente desaconsejado por la AEP), con el problema de seguridad que esto supone, ya que las propiedades de la vacuna s¨®lo perduran si ¨¦sta se traslada en unas condiciones de conservaci¨®n estrictas.
Otro desencuentro se produce con la vacuna frente al meningococo B, fijada por la AEMPS como vacuna de uso ¨²nicamente hospitalario. De esta manera, la vacuna no solo no va a estar en el calendario vacunal, sino que adem¨¢s, igual que est¨¢ sucediendo ya con la vacuna de la varicela, aquellas personas que, seg¨²n la recomendaci¨®n de su m¨¦dico, deseen comprar la vacuna en las farmacias, no lo podr¨¢n hacer. Se bloquea as¨ª el ¨²nico recurso posible actualmente existente para prevenir la enfermedad meningoc¨®cica por el serogrupo B, el m¨¢s frecuente, que lleva a la muerte en el 10 % de los casos, y que deja secuelas permanentes en el 30 % de los supervivientes.
Asimismo, la propuesta del Ministerio de Sanidad con la vacuna del papilomavirus humano a los 14 a?os, en vez de a los 11-13, como hacen, con muy buen criterio, algunas regiones espa?olas y todos los pa¨ªses occidentales, tambi¨¦n debe ser tomada como un retroceso, ya que la cobertura y la efectividad ser¨ªan potencialmente ¨®ptimas si se iniciara la vacunaci¨®n a los 11-12 a?os, antes de que el 100 % de las ni?as hayan iniciado relaciones sexuales.
Por ¨²ltimo, el Ministerio de Sanidad no contempla la vacunaci¨®n sistem¨¢tica de los adolescentes frente a la tosferina, como tampoco la de las embarazadas en el tercer trimestre, algo que, acertadamente, s¨ª hacen Catalu?a desde inicios de este a?o y Asturias desde este mismo mes de junio, motivadas por el hecho de que la vacuna asegura la inmunizaci¨®n en los convivientes del ni?o que va a nacer (estrategia del nido). La medida cobra especial sentido si se tiene en cuenta la reemergencia que se est¨¢ produciendo con la tosferina, con casos graves en lactantes.
Por todas estas desavenencias en materia de vacunas, instamos a las Administraciones a reconsiderar la situaci¨®n an¨®mala del calendario de m¨ªnimos y de la ausencia de las farmacias comunitarias espa?olas de vacunas como las de la varicela o el meningococo B. Porque lo que al final cuenta es la salud de los ni?os, y ¨¦sta exige mucho m¨¢s que un calendario vacunal de m¨ªnimos.
David Moreno es coordinador del Comit¨¦ Asesor de Vacunas de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.