El Supremo fren¨® la pol¨¦mica del velo integral en Espa?a

El gran debate pol¨ªtico sobre el uso del burka y el niqab, cuya prohibici¨®n en Francia acaba de avalar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, se concentr¨® en Espa?a en 2010. Ese a?o, Lleida se convirti¨® en la primera ciudad del pa¨ªs en imponer el veto a ambas prendas en edificios y equipamientos municipales. Localidades de Lleida y de Tarragona se sumaron a la iniciativa. Incluso el Ayuntamiento de Barcelona elabor¨® un decreto para limitar el paso a sedes p¨²blicas con cualquier prenda que tape la cara, sea un velo o un pasamonta?as. Otros dos municipios -Galapagar, en Madrid, y Co¨ªn, en M¨¢laga- tambi¨¦n se sumaron a la ola prohibicionista.

Distintos expertos y el colectivo musulm¨¢n acusaron entonces a los partidos pol¨ªticos de crear una falsa pol¨¦mica para ganar votos, se?alando que las mujeres que muestran alguna de estas dos prendas por las calles de Espa?a se pod¨ªan contar con los dedos de la mano.

El veto de Lleida tuvo tambi¨¦n un recorrido judicial que lleg¨® hasta el Tribunal Supremo tras la denuncia de una asociaci¨®n. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a? aval¨® el veto al entender que "en la cultura occidental" el velo integral puede "perturbar la tranquilidad" del resto de ciudadanos porque "oculta el rostro". La asociaci¨®n Watani, que denunci¨® la prohibici¨®n por vulneraci¨®n de derechos fundamentales, recurri¨®? al Tribunal Supremo. Y el Alto Tribunal tumb¨® el veto. La l¨ªnea argumental fue que los Ayuntamientos carecen de competencias para limitar un derecho fundamental como? la libertad religiosa, algo que solo se puede hacer mediante una ley,? reservada al Parlamento.

El debate salt¨® al Senado de la mano de la presidenta del PP en Catalu?a, Alicia S¨¢nchez- Camacho. El PP logr¨® que la C¨¢mara Alta aprobara una propuesta para prohibirlo en todos los espacios p¨²blicos, incluida la calle, aunque la iniciativa tuvo un recorrido muy corto. La moci¨®n instaba al Ejecutivo (entonces en manos del PSOE) a "realizar las reformas legales y reglamentarias necesarias para prohibir el uso en espacios o acontecimientos p¨²blicos que no tengan una finalidad estrictamente religiosa de vestimentas o accesorios en el atuendo que no provoquen que el rostro quede completamente cubierto".

?La moci¨®n lo consideraba una discriminaci¨®n contra la dignidad de las personas y una lesi¨®n a la igualdad. El entonces ministro de Justicia, Francisco Caama?o (PSOE), anunci¨® que esa prohibici¨®n quedar¨ªa recogida en la ley de Libertad Religiosa, que no ha visto la luz. Cuatro a?os despu¨¦s, y con un Ejecutivo ahora en manos del PP, el grupo popular en el Congreso de los Diputados no ha tramitado ninguna iniciativa referida a este asunto.