Juby Bustamante, emblema del periodismo y de la cultura
Trabaj¨® en el MinisterIo de Cultura con Solana y Sempr¨²n
Juby Bustamante, periodista, fallecida ayer a los 76 a?os, dorm¨ªa a sus hijos con poemas, no con cuentos; en estos ¨²ltimos tiempos, en que el dolor de su larga enfermedad ya fue una herida a la que fatalmente se fue acostumbrando, fue su hija Andrea (periodista; el otro hijo, Miguel, es editor) la que aliviaba sus ¨²ltimos d¨ªas ley¨¦ndole algunos de aquellos poemas, el de la infancia de Machado, por ejemplo; ella los continuaba, como si a¨²n estuviera fresca la infancia de los chicos, con una memoria que tanto le sirvi¨® para convertirse en una de las mejores periodistas de su generaci¨®n.
Lo contaba ayer tarde un hombre desconsolado, su marido Miguel ?ngel Aguilar, periodista, en el tanatorio de Tres Cantos (Madrid). El lugar se llen¨® en seguida de compa?eros de Juby Bustamante, acaso la periodista m¨¢s conocida, y entre las m¨¢s queridas, del tiempo en que el periodismo espa?ol se debat¨ªa entre el cinismo de la dictadura y la esperanza de un porvenir que depend¨ªa de la muerte de Franco. Esos ¨²ltimos a?os, as¨ª como los a?os de la transici¨®n, tuvieron en Juby un emblema; la pareja Juby-Miguel ?ngel era entonces un s¨ªmbolo del periodismo de la ¨¦poca; el cuadro lo completaban escritores y artistas de todo g¨¦nero, que compart¨ªan la vida y la noche con un extraordinario periodista, tambi¨¦n desaparecido, Cuco Cerecedo.
Su trabajo mayor como periodista fue en la revista Cambio16, y despu¨¦s en Diario16, del que fue fundadora. Una vez enterrada la dictadura, y ya con el socialismo de Felipe Gonz¨¢lez en el poder, Javier Solana la convoc¨® al Ministerio de Cultura, como jefa de prensa y Jorge Sempr¨²n reincidi¨® en el encargo. Conoci¨®, pues, la vida del periodista desde el otro lado, y consider¨® que en esas premisas pod¨ªa desarrollar una vocaci¨®n que marc¨® tambi¨¦n su trabajo previo como periodista. Ella hab¨ªa sido una extraordinaria periodista cultural, perspicaz y bien humorada, capaz de un sentido com¨²n implacable y de una pluma que no se casaba con nadie. Su manera de ser era tambi¨¦n su manera de trabajar; y tanto en ese tiempo en que se convirti¨® en una ciudadana dedicada al servicio p¨²blico como antes, ejerciendo el periodismo, tuvo m¨¢s presente su pasi¨®n por la noticia que la servidumbre del poder. Fue una buena compa?era, discreta y leal, pero se re¨ªa de ti con un afecto y una gracia inolvidable.
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