Apoyo para abortar en el extranjero
Voluntarias espa?olas de media docena de ciudades europeas ofrecer¨¢n alojamiento y asesor¨ªa
Las impulsoras de la Red Federica Montseny preferir¨ªan no haber tenido que crear la plataforma que est¨¢ a punto de nacer. ¡°Lo hemos pensado como una necesidad. Es la respuesta obligada a la agresi¨®n que supone?la ley del aborto anunciada por el Partido Popular¡±, explica Candela Gir¨®n, una de las integrantes del grupo de Feminismos vinculado al Movimiento 15-M de Berl¨ªn. La idea es sencilla: si el Gobierno pone demasiadas trabas a las mujeres que quieran abortar, estas se ver¨¢n obligadas a hacerlo en otro pa¨ªs. Y aqu¨ª es donde intervienen Gir¨®n y sus compa?eras.
Una p¨¢gina web que el equipo de voluntarios est¨¢ ultimando, y que presentar¨¢n la pr¨®xima semana, ofrecer¨¢ a las interesadas informaci¨®n sobre la interrupci¨®n del embarazo en los pa¨ªses donde haya gente dispuesta a colaborar. Por ahora, la red cubre Berl¨ªn, Bruselas, Lisboa, Londres y Viena. Par¨ªs, Burdeos y Stuttgart han mostrado su inter¨¦s en sumarse al proyecto. Y los grupos del 15-M de M¨¦xico, Buenos Aires y Montevideo tambi¨¦n han expresado un apoyo que en principio ser¨¢ solo simb¨®lico, ya que parece poco probable que una espa?ola vaya a cruzar el Atl¨¢ntico para abortar.
Esta plataforma nace como reacci¨®n a la reforma que el Gobierno est¨¢ a punto de presentar y que amenaza con convertirse en la m¨¢s restrictiva de la democracia. Todav¨ªa no est¨¢n claros los detalles, pero s¨ª es seguro que la iniciativa del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, acabar¨¢ con la ley de plazos aprobada por los socialistas en la anterior legislatura. El punto m¨¢s caliente del proyecto, y que ha despertado las cr¨ªticas en el propio PP, es la inclusi¨®n o no de la malformaci¨®n del feto como motivo para abortar. Las ¨²ltimas informaciones sugieren que las mujeres podr¨ªan interrumpir su embarazo en este caso, aunque con m¨¢s dificultades que con la ley aprobada en 1985.
Las militantes feministas quieren dar un apoyo integral a las mujeres que se vean obligadas a abortar lejos de casa. ¡°Estaremos all¨ª para lo que necesiten. Les ofreceremos alojamiento en casa de un voluntario, les ayudaremos con los tr¨¢mites o haremos de traductores si lo necesitan. No queremos solo ofrecer informaci¨®n sobre las leyes del aborto en cada pa¨ªs. Tambi¨¦n acompa?arlas si, por ejemplo, necesitan tomar una coca-cola y hablar con alguien¡±, explica Sara Jim¨¦nez rodeada de sus compa?eros en una terraza berlinesa.
Todos ellos son j¨®venes que abandonaron Espa?a forzados por la situaci¨®n econ¨®mica y la falta de perspectivas laborales. En Berl¨ªn, la red est¨¢ formada por un n¨²cleo de unas 25 personas, a las que se podr¨¢n sumar voluntarios que quieren ofrecer, por ejemplo, su casa o su tiempo para acompa?ar a las mujeres. En el resto de ciudades europeas el grupo es menos numeroso, pero las impulsoras conf¨ªan en que vaya creciendo si se encuentran con muchas peticiones.
¡°Nuestra iniciativa tiene un doble objetivo. Por un lado, ayudar a las mujeres que lo necesiten por no tener recursos econ¨®micos o informaci¨®n para abortar en el extranjero. Pero adem¨¢s es una forma de intervenir en el debate pol¨ªtico espa?ol. Nos hemos ido de nuestro pa¨ªs porque nos han forzado, pero eso no quiere decir que nos mantengamos al margen de lo que ocurre¡±, dice Jim¨¦nez. La red est¨¢ formada por j¨®venes espa?oles, pero para su puesta en marcha han recibido el apoyo de colectivos feministas de otros pa¨ªses. Las alemanas, por ejemplo, les asesoraron en el aspecto legal. ¡°Aqu¨ª est¨¢ castigado hasta con dos a?os de c¨¢rcel incitar al aborto si se hace con ¨¢nimo de lucro. Pero nosotros ni ganamos dinero con esto ni incitamos a nadie a abortar. Solo queremos ayudar a aquellas que hayan decidido libremente dar ese paso¡±, contin¨²a la activista.
Los motivos que pueden llevar a una mujer a decidirse por una ciudad u otra son muy variados. ¡°En Berl¨ªn, el viaje ser¨ªa m¨¢s complicado que, por ejemplo, a Lisboa. Pero la intervenci¨®n no es cara. Oscila entre los 200 y los 400 euros. En cada caso intervendr¨¢n factores que no podemos prever¡±, explica Joan Ardiaca, de 26 a?os. La red sirve adem¨¢s como homenaje a Federica Montseny, una de las primeras mujeres europeas que alcanzaron el cargo de ministra. Esta dirigente anarquista redact¨® en 1936, cuando estaba al frente del Ministerio de Sanidad, el primer proyecto de ley para despenalizar el aborto en Espa?a. La iniciativa nunca entr¨® en vigor. Su r¨¢pida salida del Gobierno y la guerra civil y posterior dictadura lo impidieron. Pero ese es el esp¨ªritu que hoy, casi 80 a?os despu¨¦s, quieren recoger las activistas espa?olas en Berl¨ªn y otras ciudades europeas.
La ¡®ley Gallard¨®n¡¯, una excepci¨®n en la derecha europea
Ninguno de los grandes partidos conservadores de Alemania, Francia o Reino Unido se plantea adoptar una medida semejante a la que est¨¢ punto de adoptar el Gobierno espa?ol. Las leyes del aborto en esos pa¨ªses ¨Ccomo la impulsada en Francia en 1975 por la ministra Simone Veil en un Ejecutivo de derechas- han quedado fuera del debate pol¨ªtico entre las fuerzas mayoritarias.
¡°No tenemos ninguna intenci¨®n de modificar la normativa existente¡±, asegura a este peri¨®dico el portavoz para asuntos de Familia y Mujer de los democristianos alemanes de la CDU, Marcus Weinberg. Las alemanas disponen de un plazo de 12 semanas para abortar de forma legal. En este periodo, la mujer deber¨¢ ir a un centro en el que, de forma gratuita, se le explican las consecuencias de la intervenci¨®n y las alternativas.
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