Uruguay consolida la escuela digital
Llevar la tecnolog¨ªa a los m¨¢s pobres y dar ordenadores a los alumnos no han mejorado por ahora los resultados acad¨¦micos
Los ni?os del Colegio 180 de Montevideo llegan corriendo a clase, vestidos con la bata blanca y la corbata azul reglamentaria, cargados con sus mochilas de colores y un ordenador de pl¨¢stico blanco y verde con asa, un port¨¢til que recibe gratis cada alumno de los centros de ense?anza p¨²blicos de Uruguay desde 2007. Se llama XO y est¨¢ dotado de un sistema operativo adaptado a los ni?os con propuestas did¨¢cticas como concursos de matem¨¢ticas, una biblioteca, c¨¢mara de fotos y juegos.
El Estado uruguayo?invierte 50 millones de d¨®lares anuales?en el?denominado Plan Ceibal, con el que se han entregado 1.200.000 ordenadores y se ha sufragado la instalaci¨®n de conexi¨®n a Internet y fibra ¨®ptica en todos los centros escolares del pa¨ªs y en muchas plazas p¨²blicas. De hecho, Uruguay es el pa¨ªs con mayor conectividad de Am¨¦rica Latina, seg¨²n el ¨ªndice de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones, dependiente de la ONU. Sin embargo, en estos nueve a?os de aplicaci¨®n los resultados acad¨¦micos de los colegios e institutos de secundaria uruguayos se han estancado o han retrocedido. Los port¨¢tiles han llegado a los pobres, pero no han mejorado la calidad de la educaci¨®n. Una triste realidad que admiten tambi¨¦n las autoridades.
El Colegio 180, con sus locales vetustos y sus pasillos g¨¦lidos, sin calefacci¨®n en pleno invierno, ofrece un ins¨®lito contraste entre precariedad y futurismo de pantalla. Aqu¨ª estudi¨® primaria el cantante Jorge Drexler, en un barrio de clase media. Pero hace ya a?os que los hogares privilegiados de Montevideo han desertado de los colegios p¨²blicos, y la escuela igualitaria que vio Drexler no ha resistido a los sucesivos recortes presupuestarios, los salarios de miseria de los profesores y el anquilosamiento de la educaci¨®n que fue el orgullo del pa¨ªs hasta los setenta.
La directora del centro, Mar¨ªa del Carmen Vonella, asegura que la distribuci¨®n de ordenadores "es un avance que globaliza la cultura, que tambi¨¦n est¨¢ en las manos de nuestros ni?os de todas las clases sociales". En Uruguay no existe la brecha digital en la escuela. Tanto en las ciudades como en las zonas rurales m¨¢s remotas, todos los ni?os y adolescentes pueden acceder a la inform¨¢tica y, de haber una discriminaci¨®n, ser¨ªa, parad¨®jicamente, la de los alumnos del sector privado, que no tienen acceso a los ordenadores gratuitos. Pero esta generalizaci¨®n de la tecnolog¨ªa conlleva sus dificultades, como explica Vonella: "Todo depende del gusto del profesor por la inform¨¢tica y de c¨®mo logra dosificarla e integrarla a la educaci¨®n tradicional", asegura. La mayor¨ªa de los docentes tiene problemas para sacarle partido a los ordenadores y muchas veces rechazan usarlos en clase.
La mayor¨ªa de los institutos de secundaria de este pa¨ªs no tienen psic¨®loga ni asistente social, se caen a pedazos Lu¨ªs Mart¨ªnez, profesor de Historia
Miguel Brechner est¨¢ al frente de la instituci¨®n que concibe e implementa el Plan Ceibal. Ahora el desaf¨ªo es construir plataformas para atraer a los profesores y que la tecnolog¨ªa se convierta en un "acelerador de la mejora pedag¨®gica", explica. Para Brechner, ingeniero formado en Uruguay, Reino Unido y Estados Unidos, la falta de resultados de la inversi¨®n tecnol¨®gica en educaci¨®n es un problema mundial que requiere tiempo. "La tecnolog¨ªa fue orientada a vender, las empresas quisieron explicarnos que manejar un programa era pedagog¨ªa, pero eso no es pedagog¨ªa", afirma.
Uno de los proyectos estrella del programa es transformar las clases de inform¨¢tica en laboratorios tecnol¨®gicos como el del Instituto de Secundaria de El Cerro, un barrio pobre de la periferia de Montevideo donde reside el presidente uruguayo, Jos¨¦ Mujica.
El profesor Pablo Guill¨¦n dirige el laboratorio, donde hay una impresora 3D con la que los alumnos pueden dise?ar cualquier objeto y verlo en la realidad. Tambi¨¦n hay material audiovisual y varios robots de la marca Lego, que en el mercado uruguayo cuestan unos 800 d¨®lares y aqu¨ª son gratuitos. Seg¨²n Guill¨¦n, la propuesta ha cautivado a los alumnos, que "est¨¢n saturados por muchos est¨ªmulos externos que no les permiten concentrarse. Entonces la estrategia es usar esos est¨ªmulos para atraer a los j¨®venes. Lo m¨¢s dif¨ªcil es cambiar la forma tradicional de la educaci¨®n para adaptarse al siglo XXI", afirma.
Pero su postura est¨¢ lejos de ser un¨¢nime. El profesor de Historia del centro, Lu¨ªs Mart¨ªnez, considera el Plan Ceibal una estafa para los pobres: "Es bueno que se sepa que la mayor¨ªa de los institutos de secundaria de este pa¨ªs no tienen psic¨®loga ni asistente social, se caen a pedazos", asegura. "Todos los d¨ªas recibo alumnos que han comido o dormido mal, que no tienen ni cari?o ni l¨ªmites. Los ordenadores gratuitos no aportan nada".
Pero la mayor¨ªa de los uruguayos respaldan el Plan Ceibal, una de las pol¨ªticas mejor valoradas por los ciudadanos y que ning¨²n partido, de Gobierno u oposici¨®n, se atreve a cuestionar.
De la XO a lo Magallanes
Giovanni no se olvida del d¨ªa que fue a buscar a su hijo Agust¨ªn, por aquel entonces de nueve a?os, al colegio y se lo encontr¨® sentado en un pupitre llorando a mares. Ese d¨ªa entregaban la XO, el ordenador port¨¢til gratuito del Plan Ceibal, y muchos ni?os no hab¨ªan dormido de los nervios la noche anterior. Giovanni pens¨® que su hijo se hab¨ªa quedado sin ordenador pero en realidad s¨ª lo hab¨ªa recibido y las l¨¢grimas eran de emoci¨®n. Agust¨ªn so?aba con acceder a esa tecnolog¨ªa que le parec¨ªa un privilegio inaccesible, han pasado cinco a?os desde aquella escena y ya va al Instituto. Ahora tiene la sucesora de la XO, la Magallanes, un ordenador blanco, peque?o y con asa de pl¨¢stico dise?ado para los alumnos de secundaria. La Magallanes funciona con el sistema operativo gratuito UBUNTU, tiene tres puertos USB, 2 Gigas de memoria y permite conectarse a Skype, Firefox, Google o cualquier otro servidor. En caso de aver¨ªa la reparaci¨®n es totalmente gratuita y si la m¨¢quina no tiene arreglo el alumno recibe otra nueva. Agust¨ªn no podr¨ªa imaginarse la vida sin su ordenador personal pero admite que lo usa principalmente para conectarse a Facebook o acceder a los juegos. Le gustar¨ªa que los profesores de su Instituto, el n¨²mero 20 de Montevideo, la solicitaran m¨¢s en clase porque este a?o s¨®lo se la han pedido seis veces para hacer b¨²squedas y presentaciones de trabajos.
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