Cada vez m¨¢s j¨®venes europeos est¨¢n a favor de legalizar la marihuana
En los 15 y los 24 a?os, el 45 % pide su regulaci¨®n, en 2011 solo lo hac¨ªan el 34 %
Atr¨¢s quedan los a?os en los que la sociedad ¡ªj¨®venes incluidos¡ª rechazaba pr¨¢cticamente en bloque la legalizaci¨®n de la marihuana. As¨ª se desprende del ¨²ltimo Eurobar¨®metro sobre la relaci¨®n entre juventud y drogas, que revela que, aunque siguen siendo mayor¨ªa los europeos de entre 15 y 24 a?os que se oponen a legalizar el cannabis, el porcentaje que pide su regulaci¨®n ha pasado del 34% al 45% en los tres ¨²ltimos a?os. En Espa?a, la variaci¨®n es incluso superior: del 35% de 2011 al 47% actual. De seguir esta tendencia, en la encuesta de 2017 ser¨¢n mayor¨ªa los j¨®venes espa?oles y europeos que pidan la legalizaci¨®n, tal y como ya sucede en Rep¨²blica Checa, Eslovenia, Italia, Irlanda, Polonia, Eslovaquia, Austria y Pa¨ªses Bajos ¡ªel ¨²nico Estado miembro en el que es legal¡ª.
?Qu¨¦ ha ocurrido para que se produzca este cambio de actitud? Martin Jelsma, coordinador del programa de Drogas y Democracia del Transnational Institute y una eminencia internacional en la materia, apunta a la ¡°discusi¨®n abierta¡± en la sociedad europea y espa?ola y valora la contribuci¨®n de los clubes cann¨¢bicos que han proliferado en varios pa¨ªses y, muy especialmente, en Espa?a, en la ¡°normalizaci¨®n¡± del debate sobre la viabilidad de una distribuci¨®n legal.
El experto matiza que aunque estas asociaciones no representan una legalizaci¨®n propiamente dicha, las cifras evidencian que los clubes cann¨¢bicos no han incrementado el consumo entre los j¨®venes. ¡°No tiene ning¨²n sentido reprimir a los clubes pensando que es un fen¨®meno que a¨²n puede desparecer. M¨¢s bien al contrario, es urgente aprobar normas jur¨ªdicas y de conducta claras para su funcionamiento y abrir el debate sobre una legalizaci¨®n del cannabis desde la siembra hasta la venta¡±, subraya. ¡°No hay vuelta atr¨¢s¡±.
El bar¨®metro encargado por la Comisi¨®n Europea muestra dos detalles interesantes para el debate: el rechazo persistente de los j¨®venes (por encima del 90%) a la legalizaci¨®n de drogas como la hero¨ªna, la coca¨ªna o el ¨¦xtasis y la disociaci¨®n entre consumo y conveniencia de legalizaci¨®n del cannabis en la UE (solo el 22% de los j¨®venes espa?oles y el 17% de los europeos afirman haber consumido esta sustancia en el ¨²ltimo a?o). ¡°El acceso a esta sustancia no ha aumentado, lo que ha crecido es el debate sobre su legalizaci¨®n¡±, opina Jelsma.
Clubes para comprar
Los clubes cann¨¢bicos ¡ªcentros en los que, a cambio de una cuota anual que suele rondar los 20 euros, sus socios tienen derecho a retirar, previo pago, una cantidad estipulada para consumo propio¡ª han ganado adeptos en los ¨²ltimos a?os. Est¨¢n registrados como asociaciones y tienen sus propios estatutos, pero solo algunos Ayuntamientos como San Sebasti¨¢n o Girona han ensayado regulaciones pioneras.
¡°Es importante diferenciar entre las asociaciones de consumo y los coffeeshops¡±, se?ala ?scar Par¨¦s, del centro de estudios del cannabis ICEERS,en referencia a los populares establecimientos holandeses en los que, adem¨¢s de tomar caf¨¦, los clientes pueden comprar marihuana. ¡°Los clubes no permiten la entrada a cualquiera, solo a sus asociados y, por tanto, no fomentan el consumo¡±, explica.
Desde el punto de vista legal, los clubes se encuentran en un limbo ¡ªo ¡°zona gris¡±, como prefiere este experto¡ª. ¡°No est¨¢n legalizados, pero el consumo es completamente legal en Espa?a¡±, destaca. Hasta ahora se han abierto cerca de 50 causas contra administradores de estos espacios y ¡°ninguno ha acabado en la c¨¢rcel¡±.
La primera de estas asociaciones naci¨® en Tarragona hace dos d¨¦cadas. Desde entonces, el fen¨®meno ha ido desarroll¨¢ndose hasta el punto de que, seg¨²n sus datos, hoy hay cerca de 1.000, casi todos en Catalu?a (unos 400) y Pa¨ªs Vasco (150).
Para ?scar Par¨¦s, subdirector del centro de estudios del cannabis y de pol¨ªticas sobre drogas ICEERS, gran parte de la normalizaci¨®n de la marihuana tiene que ver con la eliminaci¨®n paulatina del estigma de la hero¨ªna tras el dram¨¢tico ascenso en su consumo en los a?os ochenta. ¡°En los ¨²ltimos a?os ha cambiado mucho. Los j¨®venes perciben netamente las diferencias entre el consumo de cannabis y el de drogas m¨¢s duras¡±. Par¨¦s remarca que el consumo responsable de marihuana es mayoritario ¡ª ¡°el 80% de los casos¡±¡ª y admite que en caso de una potencial legalizaci¨®n, la demanda podr¨ªa aumentar en un ¡°primer momento¡± pero, a cambio, no aumentar¨ªa el consumo problem¨¢tico de esta droga. ¡°Si la venta fuese legal, se podr¨ªa dar mejor atenci¨®n a los consumidores con problemas y se tendr¨ªa mayor control de estos casos por parte de las autoridades sanitarias¡±, alega.
Pese al cambio de tendencia en los ¨²ltimos a?os, la sociedad europea no est¨¢ entre las m¨¢s favorables a la legalizaci¨®n de la marihuana. En 2013, seg¨²n una encuesta de Gallup, los estadounidenses a favor de la regulaci¨®n de esta sustancia (el 58%) ya superaban con creces a aquellos que optaba por que su consumo permaneciera en la ilegalidad (39%). ¡°Es un proceso gradual¡±, a?ade Jelsma en referencia a la legalizaci¨®n de cannabis para uso recreativo en los Estados de Washington y Colorado a finales de 2012.
A principios de a?o, Uruguay abri¨® una espita en Am¨¦rica Latina al aprobar la venta de esta sustancia en farmacias. ¡°Estos ejemplos demuestran que el problema del cannabis no es la propia droga sino la ausencia de regulaci¨®n. Es una cuesti¨®n puramente pol¨ªtica¡±, concluye.?
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