La sonda de Rosetta descender¨¢ en un lugar de materia pr¨ªstina en el cometa
Los expertos eligen un sitio en la superficie de 67P/Churyumov¨CGerasimenko relativamente libre de obst¨¢culos
El pr¨®ximo 11 de noviembre, por primera vez, una sonda espacial se posar¨¢ en la superficie del n¨²cleo de un cometa, el 67P/Churyumov¨CGerasimenko. El Philae, que va enganchado a la nave espacial europea Rosetta, realizar¨¢ una maniobra muy arriesgada que durar¨¢ unas siete horas y que culminar¨¢ con el artefacto de 100 kilos clavado al suelo con arpones, para sujetarse en un cuerpo de tan baja gravedad. Los cient¨ªficos e ingenieros de la misi¨®n han elegido este fin de semana el mejor lugar, denominado J, para el descenso entre cinco opciones que ten¨ªan preseleccionadas, compaginando el inter¨¦s cient¨ªfico con los requisitos t¨¦cnicos y de seguridad de la sonda. ¡°El lugar nos ofrece la oportunidad de analizar material pr¨ªstino, caracterizar las propiedades del n¨²cleo [cometario] y estudiar los procesos de su actividad¡±, ha se?alado Jean Pierre Bibring, uno de los responsables de la misi¨®n.
El lugar J (la denominaci¨®n responde al orden de la primera lista que se hizo de posibles puntos de descenso) est¨¢ en lo que se ha denominado la cabeza del cometa, cuya forma con dos l¨®bulos, como un pato de goma, ha sorprendido a los cient¨ªficos cuando han podido verlo de cerca al llegar la nave Rosetta y enviar im¨¢genes de ese objeto celeste de cuatro kil¨®metros de di¨¢metro m¨¢ximo. Como lugar de reserva, los expertos han elegido el C, que est¨¢ en el l¨®bulo llamado cuerpo de 67P/Churyumov¨CGerasimenko.
¡°Por lo que hemos visto en recientes im¨¢genes de cerca, el cometa es un mundo bonito pero dram¨¢tico; es cient¨ªficamente emocionante, pero su forma hace que las operaciones all¨ª sean un aut¨¦ntico desaf¨ªo¡±, ha comentado Stephan Umalec, responsable del m¨®dulo Philae, en un comunicado de la Agencia Europea del Espacio (ESA). ¡°Ninguno de los lugares de descenso candidatos cumple todos los criterios operacionales al 100%, pero el J es, claramente, la mejor soluci¨®n¡±.
La mayor¨ªa de las pendientes en el lugar J no son excesivamente pronunciadas, lo que reduce el riesgo de que la sonda se vuelque al aterrizar, y recibe suficiente iluminaci¨®n del Sol para recargar las bater¨ªas. ¡°Nadie ha intentado antes aterrizar en un cometa, as¨ª que es un aut¨¦ntico reto¡±, dice Fred Jansen, responsable de esta misi¨®n de la ESA cuyo coste asciende a uno 1.300 millones de euros. ¡°La complicada estructura doble [de 67P/Churyumov¨CGerasimenko] ha tenido un impacto considerable en los riesgos generales del aterrizaje, pero son riesgos que merece la pena asumir¡±.
Los expertos, que se reunieron el pasado fin de semana en la agencia espacial francesa (CNES) para estudiar los cinco posibles lugares de descenso que eran los candidatos finales, han tenido que evaluar y sopesar, por un lado, el inter¨¦s cient¨ªfico de cada sitio y, por otro, la cantidad de obst¨¢culos visibles, adem¨¢s de la din¨¢mica orbital para llegar al suelo y las posiciones de la sonda de descenso y la nave. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta las horas de luz diurna y la posici¨®n adecuada para garantizar las comunicaciones fluidas del Philae con la? Rosetta, que estar¨¢ dando vueltas al cometa, y de ¨¦sta con la Tierra.
¡°Cualquier sitio de este cometa tiene un inter¨¦s muy grande para los cient¨ªficos¡±, ha declarado a EL PA?S, Laurence O?Rourke, uno de los coordinadores de operaciones cient¨ªficas de Rosetta. ¡°Pero el sitio J elegido es interesante, primero, porque los cient¨ªficos han visto que hay un poco de actividad en uno de los peque?os cr¨¢teres cercanos, lo que significa que, aunque es menos de lo que vemos en el cuello del cometa, si aterrizamos ah¨ª vamos a ver esa actividad de cerca, a m¨¢s o menos 500 metros de distancia¡±, explica. ¡°En segundo lugar, J es el mejor sitio para el instrumento de radar Consert, que tiene una parte en la nave Rosetta y otra en Philae¡±, contin¨²a. ¡°Tercero, y muy importante, es que la sonda de descenso Philae utilizar¨¢ la bater¨ªa principal para el aterrizaje y los primeros d¨ªas de actividad cient¨ªfica (el descenso durar¨¢ siete horas), pero la iluminaci¨®n del Sol en J significa que hay grandes posibilidades de continuar con el trabajo m¨¢s tiempo utilizando la bater¨ªa secundaria que recibe la carga de los paneles solares¡±, a?ade O?Rourke.
La selecci¨®n de sitios id¨®neos de descenso se ha hecho en pocas semanas, dado que hasta que la Rosetta no se fue acercando lo suficiente a 67P/Churyumov¨CGerasimenko para poder tomar buenas im¨¢genes y datos, no hab¨ªa informaci¨®n suficiente para determinar de antemano el lugar de aterrizaje. La selecci¨®n del punto J se confirmar¨¢ dentro de 10 d¨ªas, cuando se hayan realizado m¨¢s an¨¢lisis de trayectoria
La Rosetta, que parti¨® de la Tierra en marzo de 2004, ha ido haciendo unas complejas maniobras de acercamiento a la superficie de ese objeto celeste, desde que lleg¨® el pasado 6 de agosto, y est¨¢ ahora a unos 30 kil¨®metros. Al irse aproximando al Sol, el 67P/Churyumov¨CGerasimenko est¨¢ ganando actividad.
El pr¨®ximo 11 de noviembre, el Philae debe ejecutar la operaci¨®n de aterrizaje en un cometa jam¨¢s intentada antes. Con todas las ¨®rdenes enviadas desde el centro de control y almacenadas en su ordenador, realizar¨¢ un descenso pasivo, tomando im¨¢genes, desde que se desenganche de la Rosetta hasta la zona elegida, predeterminada como una elipse de unos pocos cientos de metros, explica la ESA. Al llegar utilizar¨¢ sus arpones para engancharse al suelo y evitar salir rebotada (dada la poca masa del cometa, su gravedad no la atrapa en el suelo).
Su primer cometido ser¨¢ tomar una imagen panor¨¢mica y enviarla a la Tierra para que los cient¨ªficos e ingenieros puedan determinar su ubicaci¨®n y orientaci¨®n. A continuaci¨®n, si todo sale bien, comenzar¨¢ la fase cient¨ªfica propiamente dicha del Philae, analizando el plasma y el entorno magn¨¦tico, midiendo las temperaturas y perforando en el suelo para tomar muestras que analizar¨¢ en el laboratorio de a bordo. ]Un experimento de emisi¨®n de ondas de radio hacia la nave Rosetta permitir¨¢ conocer la estructura interna del cometa.
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