Los tribunales belgas permitir¨¢n a un preso acogerse al suicidio asistido

La justicia belga ha dado este lunes su visto bueno para que, por primera vez, un preso pueda acogerse a la eutanasia. Tras tres d¨¦cadas en prisi¨®n por la violaci¨®n de varias j¨®venes y el asesinato de una de ellas, Frank Van den Bleeken, de 51 a?os y condenado a cadena perpetua, recurri¨® a los tribunales para poner fin a la "angustia" y al sufrimiento psicol¨®gico "insoportable" al que dice estar sometido. El reo aduc¨ªa que no ten¨ªa expectativas de recuperaci¨®n y que, pese a los tratamientos a los que se ha sometido, no ha logrado superar los impulsos de violencia sexual.

"En los ¨²ltimos a?os mi cliente ha pasado por la consulta de varios m¨¦dicos y psic¨®logos. Y la conclusi¨®n de todos ellos es que el sufrimiento que est¨¢ viviendo es insoportable y que nada se puede hacer para aliviarlo", ha subrayado el abogado de Van den Bleeken en declaraciones a la televisi¨®n p¨²blica flamenca VRT. El violador solicit¨® el suicidio asistido en 2011, pero la comisi¨®n federal encargada que determina en qu¨¦ casos puede aplicarse la eutanasia no permiti¨® su aplicaci¨®n hasta agotar todas las v¨ªas terap¨¦uticas. Ante la negativa, Van den Bleeken recurri¨® la decisi¨®n en los tribunales y ofreci¨® la posibilidad de someterse al suicidio asistido en una c¨¢rcel holandesa, cuya legislaci¨®n tambi¨¦n permite este extremo. Sin embargo, no har¨¢ falta su traslado al pa¨ªs vecino. Tras un acuerdo con el Ministerio de Justicia y el visto bueno definitivo de la Corte de Apelaci¨®n de Bruselas, el preso podr¨¢ salir de la c¨¢rcel de Brujas en la que cumple condena, despedirse de su familia en un hospital durante dos d¨ªas y someterse al tratamiento de f¨¢rmacos que acabar¨¢ con su vida.

El caso de Van den Bleeken salt¨® a los medios de comunicaci¨®n en 2001, cuando el violador apareci¨® en un documental televisivo para pedir un cambio en las leyes. "Si una persona comete un crimen sexual, el Estado debe ayudarle a sobrellevarlo; encerrarle no ayuda a nadie: ni a la persona, ni a la sociedad y ni a las v¨ªctimas", se?alaba. "Con raz¨®n, nunca ser¨¦ libre. Fuera de estas paredes [de la c¨¢rcel], habr¨ªa un gran peligro de que volviera a cometer graves errores de nuevo". En octubre pasado, cuando su caso ya era seguido al detalle por la prensa de Flandes, el letrado que le defiende apel¨® a "razones humanitarias" para justificar que se aplicase la eutanasia. "Ni mucho menos pide la liberaci¨®n.?Quiere quedarse en prisi¨®n hasta el fin de su vida, pero no en condiciones inhumanas". Once meses despu¨¦s, los tribunales le dan por fin la raz¨®n.

B¨¦lgica es uno de los pa¨ªses m¨¢s avanzados en materia de derechos civiles. En 2003, se convirti¨® en el segundo Estado de la UE, tras Pa¨ªses Bajos, en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo; un a?o antes hab¨ªa incluido en su legislaci¨®n el suicidio asistido y hace siete meses legaliz¨® la eutanasia infantil. Seg¨²n las cifras oficiales, 1.807 belgas optaron por el suicidio asistido el a?o pasado, un tercio m¨¢s que en 2012.