Frenar una pubertad de pesadilla
El uso de inhibidores hormonales evita que los transexuales se desarrollen en la adolescencia La falta de una normativa nacional causa desigualdades entre las comunidades aut¨®nomas
Maisie estaba ba?ando a su hijo de cuatro a?os cuando este le dijo por primera vez que era una ni?a y quer¨ªa comportarse como tal. El psic¨®logo recomend¨® a sus padres que no se preocuparan y que dejaran que jugara y se vistiera como quisiese. Cuando creciera, ya ver¨ªan. En casa, era feliz. Se pon¨ªa la ropa de su madre y siempre hab¨ªa mu?ecas por reyes. Pero en la calle segu¨ªa actuando y vistiendo como un chico. "Por miedo", asegura ahora, con 15 a?os. "Miedo a no entender lo que me pasaba, miedo al rechazo¡ Pero fingiendo ser lo que no era me sent¨ªa mal, como si me disfrazara para salir a la calle".
A?os despu¨¦s, a trav¨¦s de una amiga, conoci¨® a gente a la que le hab¨ªa pasado algo similar. "Comprend¨ª que era transexual", recuerda. Ten¨ªa 11 a?os y mucho miedo. Pero decidi¨® empezar a ser Lola p¨²blicamente. Sus padres aceptaron su decisi¨®n; la hab¨ªan visto vestirse y comportarse como una chica durante siete a?os y hab¨ªan sido part¨ªcipes de todo el proceso. Su padre, adem¨¢s, es trabajador social, lo que facilit¨® las cosas. Para otras familias resulta m¨¢s dif¨ªcil aceptar la situaci¨®n y los menores tienen problemas de aceptaci¨®n tanto dentro como fuera de casa.
Lola asegura que lo vivi¨® como una "liberaci¨®n", aunque fue tambi¨¦n un camino dif¨ªcil. Las burlas de sus compa?eros no le hicieron la vida f¨¢cil en el instituto, y su autoestima cay¨®. "Sent¨ªa que nadie me iba a querer as¨ª", relata.
A la desaz¨®n de sentirse incomprendida se sum¨® la preocupaci¨®n por la adolescencia. Ansiedad, insomnio, p¨¦rdida del apetito... Pensar en la pubertad la agobiaba.No pod¨ªa imaginarse con barba o una nuez pronunciada. "Cuando me sal¨ªa algo de vello, iba corriendo a por la cera. Yo no quer¨ªa eso".
Su familia pidi¨® entonces ayuda m¨¦dica. No sab¨ªan c¨®mo enfrentarse a lo que le estaba pasando a Lola. Su pediatra, de un centro de salud p¨²blico, le recomend¨® que usara bloqueadores hormonales: un f¨¢rmaco que inhibe la orden que el cerebro manda al cuerpo para que produzca hormonas sexuales. La idea es que se paralice el desarrollo hasta que el menor tenga edad para decidir si quiere comenzar un tratamiento hormonal m¨¢s definitivo ¡ª16 o 18 a?os seg¨²n la comunidad aut¨®noma¡ª. Hace unos cinco a?os que los inhibidores empezaron a utilizarse en Espa?a con este fin. Su efecto es reversible. Si en alg¨²n momento Lola dejara de tomarlos, su cuerpo desarrollar¨ªa caracteres sexuales masculinos. "Cuando el tratamiento se retira, la naturaleza sigue su curso", afirma Javier Mart¨ªnez, su endocrin¨®logo.
Para empezar a ponerse estas inyecciones, la joven necesit¨® un informe psiqui¨¢trico que garantizase su transexualidad. Este es, para muchas familias, un aspecto esencial. ?C¨®mo saber si tu hijo o hija, que apenas est¨¢ empezando a vivir, es realmente transexual? Los psiquiatras explican los par¨¢metros que estudian en sus valoraciones: la aversi¨®n que estos ni?os suelen presentar hacia sus genitales; el malestar que les provoca que se refieran a ellos en el sexo contrario al que sienten; y, sobre todo, la persistencia en el tiempo de estos comportamientos.
Los menores pasan por un pediatra, un psiquiatra y un endocrino
En el caso de Lola, un psiquiatra de la sanidad p¨²blica acredit¨® la transexualidad. Antes, ya hab¨ªan redactado sus valoraciones un psic¨®logo y un pediatra. Tras un ¨²ltimo examen del endocrino, pudo comenzar a los 13 a?os el tratamiento con inhibidores hormonales, que ha pagado ¨ªntegramente la sanidad p¨²blica. Durante los dos ¨²ltimos a?os, Lola ha recogido las inyecciones en el hospital y su madre, enfermera, se las ha puesto en casa. En este tiempo, la adolescente ha continuado creciendo, pero sin desarrollarse sexualmente. Su vida ha cambiado a mejor, asegura. "Soy muy feliz, y, en gran medida, gracias a los inhibidores", relata.
Lola vive en Canarias, una comunidad aut¨®noma que permite y sufraga el uso de bloqueadores hormonales para adolescentes transexuales, que se dispensan solo si existe autorizaci¨®n de los padres. Pero la situaci¨®n es totalmente distinta en otras regiones. No existe en Espa?a una pol¨ªtica ni directriz com¨²n al respecto. La normativa estatal solo prev¨¦ este tratamiento para ni?os con pubertad precoz ¡ªque se desarrollan sexualmente demasiado pronto¡ª, pero no para adolescentes transexuales. El Ministerio de Sanidad afirma que es competencia de las autonom¨ªas y cada una de ellas lo ha organizado de una manera. Algunas lo autorizan y otras no. Y las condiciones son distintas en cada uno de los casos.
Canarias, Andaluc¨ªa, Asturias, Navarra, Castilla y Le¨®n y la Comunidad Valenciana permiten que estos j¨®venes puedan acceder al f¨¢rmaco en cuanto su cuerpo comienza a cambiar. En Extremadura solo se recetan a partir de los 14 a?os, y en Murcia, Cantabria y Baleares a partir de los 16. Los protocolos suelen ser parecidos. El pediatra hace de primer filtro. Si cree que el ni?o puede ser transexual, lo remite a un psic¨®logo y a un psiquiatra. Este ¨²ltimo es el que confirma la transexualidad del menor. Y, finalmente, un endocrino certifica que no hay ning¨²n motivo m¨¦dico por el que se desaconseje el bloqueador hormonal.
No existe ninguna norma ni protocolo com¨²n de ¨¢mbito estatal
Por otro lado hay autonom¨ªas en las que ni se regula ni se sufraga. Pa¨ªs Vasco y La Rioja no tienen un protocolo de actuaci¨®n. Afirman que nunca se les ha presentado un caso as¨ª. Galicia no autoriza su uso para adolescentes transexuales: exige que sean mayores de edad para poder tomarlos. Arag¨®n no tiene ninguna normativa. Deja el tema a criterio de cada m¨¦dico y los facultativos, por si acaso y, ante la falta de seguridad jur¨ªdica, no los recetan. Castilla-La Mancha y Catalu?a no han ofrecido datos.
Madrid est¨¢ preparando un protocolo con la Fiscal¨ªa de Menores de asistencia a estos j¨®venes. Incluir o no la dispensaci¨®n del f¨¢rmaco es uno de los temas que se est¨¢n estudiando. Por ahora, esta terapia no se aplica. El PP rechaz¨® el pasado mayo una proposici¨®n de ley que el PSM present¨® en la Asamblea de Madrid, y que apoyaron IU y UPyD, y que establec¨ªa, entre otras cosas, el tratamiento con bloqueadores y una documentaci¨®n administrativa donde figurase el nuevo nombre y el sexo sentido por el menor. Otra dificultad con la que se encuentran estos j¨®venes: Lola no quiere sacarse el bono del autob¨²s porque figurar¨ªa el nombre que le dieron al nacer y tendr¨ªa que dar explicaciones.
No hay un registro de menores transexuales en Espa?a. La asociaci¨®n de padres y madres de ni?os transexuales Chrysallis ayuda a m¨¢s de 150 familias y afirma que la cifra aumenta cada semana. Ana Bel¨¦n G¨®mez, psic¨®loga del Programa de Informaci¨®n y Atenci¨®n a Homosexuales y Transexuales (PIAHT) de la Comunidad de Madrid, opina que probablemente haya muchos m¨¢s casos de los que se conocen: "Hay ni?os que aprenden a esconder c¨®mo se sienten por temor al rechazo".
Estoy pagando por que mi hijo reciba un tratamiento que otros ni?os tienen gratis Natalia, la madre de Patrick
Patrick tiene 12 a?os y es de Benasque, un municipio de Huesca de unos 2.000 habitantes. Su madre, Natalia, cuenta que la primera vez que acudi¨® al sistema sanitario aragon¨¦s para pedir informaci¨®n sobre la transexualidad, no hab¨ªa especializaci¨®n: "Nosotros investig¨¢bamos a la par que ellos y nos inform¨¢bamos mutuamente".
Todos los que rodean a Patrick aseguran que, a pesar de tener genitales femeninos, es un chico. Una percepci¨®n familiar que le ha permitido vivir una infancia feliz. Pero cuando la pubertad llam¨® a su puerta, comenzaron los terrores nocturnos. A pesar de tener un informe que confirmaba la transexualidad de su hijo, Natalia no consigui¨® que ning¨²n endocrino, ni p¨²blico ni privado, le recetara bloqueadores en Arag¨®n, una de las autonom¨ªas sin protocolo de actuaci¨®n.
La familia se desplaz¨® hasta una cl¨ªnica privada de Barcelona para acceder al f¨¢rmaco. El joven recibi¨® su primera dosis en julio y los terrores nocturnos desaparecieron. "Estoy pagando por que mi hijo reciba un tratamiento que otros ni?os tienen gratis", critica Natalia, quien lleva gastados casi 2.500 euros entre gastos m¨¦dicos y viajes. Las familias piden igualdad de condiciones para todos y comprensi¨®n para estos menores. "Que les dejen crecer tranquilos, como a todos los ni?os", dice una de las madres.
Crecimiento y fertilidad
La relaci¨®n entre los bloqueadores hormonales y el crecimiento est¨¢ sujeta a debate. Los endocrinos tienen una vasta experiencia en el uso de estos tratamientos en ni?os con pubertad precoz y no han observado que afecte a la estatura final, seg¨²n Itxaso Rica, jefa de secci¨®n de Endocrinolog¨ªa Pedi¨¢trica en el Hospital de Cruces de Barakaldo (Bizkaia). Pero la situaci¨®n con adolescentes transexuales podr¨ªa ser diferente: la edad de los pacientes y la duraci¨®n del tratamiento son distintas y, al parar el desarrollo hormonal, el momento del estir¨®n podr¨ªa variar.
Rica opina que aunque no pueden estar seguros de si los bloqueadores influyen en la talla final, ella no lo considera un problema; "realizar revisiones al adolescente y tratar cada caso de manera individualizada es necesario para aplicar un medicamento que tiene mayores beneficios emocionales y psicol¨®gicos que posibles desventajas¡±, se?ala la endocrina.
Javier Mart¨ªnez, el endocrino de Lola, una chica transexual de Canarias, defiende sin embargo que al retrasar la pubertad se prolonga el crecimiento. De este modo, se sigue ganando altura hasta el posterior proceso de hormonaci¨®n y el estir¨®n.
Otro efecto secundario que se alega es que podr¨ªa causar esterilidad. Mart¨ªnez explica que esto no es completamente cierto: "Al frenar la producci¨®n de hormonas sexuales, causamos una infertilidad temporal, pero desaparece al retirar el f¨¢rmaco".
Pero es un tema pol¨¦mico porque muchos adolescentes pasar¨¢n directamente de los bloqueadores a tomar un tratamiento hormonal m¨¢s definitivo ¡ªque podr¨ªa provocar una esterilidad permanente¡ª en cuanto cumplan los 16 o los 18 a?os, dependiendo de la comunidad aut¨®noma.
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