?Es machista el abuso del aire acondicionado?
La actriz Cynthia Nixon, que aspira a convertirse en la nueva gobernadora de Nueva York, es la ¨²ltima voz en sumarse a la denuncia: muchas mujeres tienen fr¨ªo en sus centros de trabajo.
Hay dos tipos de personas en la oficina: las que pasan calor y las que pasan fr¨ªo. Una mera ojeada a su alrededor (m¨¦todo nada cient¨ªfico, es cierto) permite distinguir que las congeladas suelen ser ellas y los sudorosos ellos. Se sube un poco la potencia del aire y listo: en concreto (y aqu¨ª s¨ª hay evidencia), seg¨²n un estudio publicado en Nature Climate Change en 2015, se tiende a marcar la m¨¢s adecuada para el confort de un hombre de 40 a?os y 70 kilos (por supuesto, con traje y corbata). Las diferencias metab¨®licas entre sexos, concluyeron los investigadores, est¨¢n siendo ignoradas en la gran mayor¨ªa de los centros de trabajo: el organismo de la mujer precisa de una temperatura 3 ¡ãC superior. ?Es el termostato otra herramienta (m¨¢s) de dominaci¨®n patriarcal?
La discusi¨®n ha traspasado los l¨ªmites de la bibliograf¨ªa cient¨ªfica y los corrillos de oficina para asomarse a la campa?a por la gobernabilidad de Nueva York. El equipo de Cynthia Nixon, que aspira a arrebatar el puesto a su colega dem¨®crata Andrew M. Cuomo, plante¨® a la cadena de televisi¨®n CBS, donde el mi¨¦rcoles se celebr¨® un debate entre ambos, una petici¨®n pol¨¦mica: fijar la temperatura de plat¨® en 24,4 ¡ãC (76 en la escala Farenheit). ¡°La refrigeraci¨®n de los espacios cerrados es notoriamente sexista¡±, escribi¨® una de sus responsables de estrategia a la cadena en un correo electr¨®nico. No en vano, Cuomo es famoso por celebrar sus m¨ªtines en recintos casi helados. ¡°Le gusta que el ambiente se caliente por la presencia de los cuerpos¡±, ha declarado uno de sus colaboradores. Nixon no quer¨ªa tener fr¨ªo.
El organismo de la mujer precisa de una temperatura 3 ¡ãC superior a la de los hombres, seg¨²n los expertos
Con este gesto para frenar el KO por congelaci¨®n, la actriz de Sexo en Nueva York ha generado una riada de mensajes de apoyo de ciudadanas hartas de la pashmina en agosto a las cuatro de la tarde. Es el caso de la ensayista estadounidense Kerry Howley: ¡°Nunca me he sentido m¨¢s involucrada en un debate pol¨ªtico. El 49% de los americanos est¨¢ controlando el 100% de los termostatos de oficina¡±, ha manifestado en su cuenta de Twitter. Seg¨²n un estudio publicado en Journal of Environmental Health Science & Engineering, los trabajadores disconformes con la temperatura pueden ver mermada su productividad hasta en un 38%, m¨¢s incluso que aquellos que se exponen a malas condiciones de luz. Isabel Urrutia, coordinadora de medio ambiente de la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (SEPAR), a?ade m¨¢s consecuencias a la lista: irritaci¨®n y dolor de garganta, procesos catarrales, tos y flema.
Hay quienes, sin embargo, tachan la exigencia de la candidata de exagerada. ¡°?Son razonables los 24,4 ?C si no eres un abuelo de Florida?¡±, brome¨® alguno en redes sociales. Pues casi. Habla Urrutia: ¡°Est¨¢ estudiado que la temperatura m¨¢s amable con el organismo humano, desde el punto de vista de la salud, es la que oscila entre los 22 y los 24 ?C¡±. El posible sesgo sexista de estas ¨²ltimas investigaciones est¨¢ a¨²n por dilucidar...
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