Francia, el #MeToo revoluciona el pa¨ªs de la seducci¨®n
Las feministas defienden un punto de inflexi¨®n en este a?o de combates y debates
Francia es el pa¨ªs que no solo se subi¨® a la ola del #MeToo sino que tuvo su propio hashtag para denunciar abusos, #BalanceTonPorc (denuncia a tu cerdo), con casi medio mill¨®n de tuits de denuncias de abusos solo en su primer mes de vida. Y es el pa¨ªs, tambi¨¦n, que recibe el primer a?o de este movimiento feminista que ha atravesado buena parte del planeta con una flamante ley para multar los casos de acoso sexual en la calle y otra serie de iniciativas gubernamentales para alentar la denuncia de abusos machistas. Un antiguo ¨ªdolo de masas, el exl¨ªder de la banda Noir D¨¦sir Bertrand Cantat, tuvo que acortar su gira tras las m¨²ltiples protestas por su vuelta a los escenarios tras matar a golpes a su pareja, la actriz Marie Trintignant, en 2003.
Pero Francia es, tambi¨¦n, el pa¨ªs de donde lleg¨® una de las respuestas m¨¢s virulentas contra esta ola feminista, la tribuna de cien mujeres, entre ellas la actriz Catherine Deneuve o la escritora Catherine Millet, criticando el ¡°puritanismo¡± sexual del #MeToo y defendiendo ¡°la libertad de importunar¡± de los hombres. Desde entonces, Francia no ha cesado de debatir sobre el feminismo, sus metas y sus l¨ªmites. Algo que, para muchas feministas, es ya de por s¨ª un gran avance.
Despertar ciudadano
Como para Marl¨¨ne Schiappa. Hasta hace no tanto, la secretaria de Estado para la Igualdad Hombre-Mujer se quejaba de que, para ser tomada en serio en lugares como la Asamblea Nacional, ten¨ªa que recogerse el pelo en un mo?o. En los ¨²ltimos meses, ha vuelto a lucir su melena en cascada. No es casualidad. La responsable de las pol¨ªticas para la mujer del Gobierno de Emmanuel Macron lleva en el feminismo pr¨¢cticamente toda su vida y sus proyectos gubernamentales estaban en marcha antes de que estallara el esc¨¢ndalo del productor estadounidense Harvey Weinstein. Con todo, no dud¨® en aprovechar la ola desatada con el movimiento #MeToo para remover las aguas de una Francia todav¨ªa muy estancada en tema de mujeres.
Un a?o m¨¢s tarde, afirma, ¡°las cosas se han movido mucho¡±. Empezando por el sencillo hecho de que ¡°ahora estamos hablando del tema¡±, se?al¨® a este diario durante la Universidad de verano del feminismo, un evento nuevo en el calendario pol¨ªtico franc¨¦s y fruto en cierto modo, tambi¨¦n, de ese debate sobre la mujer y la violencia machista que se ha implantado en el pa¨ªs como nunca antes. ¡°Hace cinco a?os, cuando escrib¨ª O¨´ sont les violeurs? Essai sur la culture du viol (?D¨®nde est¨¢n los violadores, ensayo sobre la cultura de la violaci¨®n), no encontraba editor, porque todo el mundo me dec¨ªa que no le importaba a nadie. Unos a?os m¨¢s tarde, nadie osa decir que a la gente le da igual las historias de violaciones, de violencia sexual. Al contrario, hay una forma de despertar ciudadano. El #MeToo es un movimiento mundial, pero en algunos pa¨ªses no ha desembocado en nada. Francia ha cambiado".
Un sondeo de la la Fundaci¨®n de las Mujeres, el organismo que distribuye los fondos a las asociaciones femeninas, afirma que el #MeToo ha sido, para las francesas, un ¡°desencadenante muy importante y positivo¡± en sus vidas. En Francia, el 71% de las v¨ªctimas de violencias denunciaron los hechos tras la revelaci¨®n del caso Weinstein. Para casi todas ellas (95,7%), ¡°este movimiento tuvo un efecto beneficioso¡±, de acuerdo con sus datos. Sin embargo, otra encuesta de la emisora RTL hall¨® que, cuando se pregunta tanto a hombres como mujeres, el 70% de los franceses consideran que el movimiento #MeToo no ha cambiado nada en la lucha contra la violencia machista.
Primeros casos ante la justicia
Desde Nueva York, Sandra Muller se r¨ªe al tel¨¦fono al escuchar que algunos dudan de los efectos del #MeToo. ¡°Dicen eso porque en Francia hay una mentalidad un poco negativa¡±, considera la periodista francesa, creadora de la etiqueta #BalanceTonPorc (denuncia a tu cerdo). ¡°Es cierto que puede haber la impresi¨®n de que nada ha cambiado, que los mismos siguen en sus puestos¡ en Francia las cosas van m¨¢s lentas. Pero no es verdad que no hayan cambiado las cosas, ah¨ª est¨¢ Tariq Ramadan¡±, se?ala en referencia al controvertido islam¨®logo suizo, en detenci¨®n preventiva desde febrero, acusado por varias mujeres de violaci¨®n. Otras mujeres francesas han salido en los ¨²ltimos meses a dar la cara y denunciar a grandes figuras del pa¨ªs como el realizador Luc Besson o el actor G¨¦rard Depardieu, ambos bajo investigaci¨®n.
¡°Las cosas se mueven a nivel de v¨ªctimas porque han empezado a hablar, se mueven a nivel de instituciones porque han intentado dar una respuesta legal a este problema, se mueven, un poco, a nivel de empresas, donde empieza a haber una toma de conciencia, y se mueven tambi¨¦n en la justicia en Francia¡±, sostiene Muller.
Una impresi¨®n que comparte otra feminista hist¨®rica, Michelle Perrot, que subraya el hecho de que esto haya ocurrido en un pa¨ªs que, hist¨®ricamente, tiene poco de feminista (las francesas fueron casi las ¨²ltimas europeas en obtener el derecho al voto, en 1944, recuerda). ¡°El impacto del #MeToo en Francia ha sido considerable, mucho m¨¢s all¨¢ de los c¨ªrculos feministas¡±, se?ala en un correo electr¨®nico. La indignaci¨®n contra Bertrand Cantat o el impacto del #BalanceTonPorc son muestra de ello, dice la historiadora.
Adem¨¢s, avanza Perrot (Historia de las mujeres en Occidente), es un movimiento que tiene visos de haber llegado para quedarse. ¡°El #MeToo es un acontecimiento importante dentro de una evoluci¨®n que comenz¨® hace tiempo, especialmente desde las luchas de los a?os 70. La conquista de la contracepci¨®n y el derecho al aborto, esos son los verdaderos habeas corpus de las mujeres (¡) El rechazo al acoso sexual se inscribe en esta perspectiva de larga duraci¨®n¡±, analiza. Pero al contrario que otras luchas feministas, la amplitud ¡°social, profesional, geogr¨¢fica, generacional¡± que ha tenido el #MeToo hacen de este movimiento ¡°una toma de la palabra de una amplitud inaudita, con consecuencias pol¨ªticas inesperadas¡±. Y por todo ello, concluye, el #MeToo es un punto de inflexi¨®n cuyo desarrollo ¡°no ha hecho m¨¢s que comenzar¡±. En Francia y m¨¢s all¨¢.