21 j¨®venes sientan en el banquillo a EE UU por el cambio clim¨¢tico
Un grupo de adolescentes lleva a juicio a la Administraci¨®n de Trump en una vista in¨¦dita por el calentamiento global
Sus padres se conocieron en una protesta por la tala de ¨¢rboles en los bosques de Oreg¨®n. Asisti¨® a su primera manifestaci¨®n con solo dos meses de edad. A los 10 a?os se empez¨® a implicar ¡°m¨¢s en serio¡± en el activismo medioambiental. A los 15, demand¨® a su Estado. Y hoy, a los 22, su nombre ha pasado a la historia, enfrentado al de la gran potencia mundial, bautizando la m¨¢s importante batalla legal hasta la fecha en la lucha contra el cambio clim¨¢tico: ¡°Juliana contra los Estados Unidos de Am¨¦rica¡±.
¡°Mi apellido es como un nombre de pila, pero yo me llamo Kelsey. Es gracioso. Si viera all¨ª mi nombre, Kelsey, supongo que ser¨ªa diferente. Pero lo importante es que esto es una acci¨®n colectiva¡±, advierte Kelsey Juliana. Ella es una de los 21 j¨®venes que en 2015, cuando ten¨ªan entre nueve y 18 a?os, demandaron al Gobierno de Estados Unidos por considerar que con sus acciones, al provocar el cambio clim¨¢tico deliberadamente, ha puesto en peligro sus derechos constitucionales a la vida, a la libertad y a la propiedad, y ha incumplido su deber de proteger recursos p¨²blicos esenciales. Hasta el 20 de enero de 2017, al frente de la principal instituci¨®n demandada estaba Barack Obama. Hoy est¨¢ Donald Trump, un presidente que ha calificado el cambio clim¨¢tico de ¡°farsa¡±.
Un coche hacia el precipicio
La profesora Mary Wood recurre a un ejemplo gr¨¢fico para explicar el caso: ¡°Es como si est¨¢s en el asiento trasero de un coche con tus hijos. Todos nosotros, y las generaciones futuras, estamos en ese asiento trasero. Y hay un solo conductor que se llama Donald Trump. ?l sabe que est¨¢ dirigiendo el coche hacia el precipicio clim¨¢tico, y no solo no est¨¢ frenando, sino que est¨¢ pisando el acelerador con m¨¢s fuerza. La pregunta es: ?quieres que un agente de polic¨ªa detenga el coche antes de caer por el precipicio?¡±.
En la sala, la juez escuchar¨¢ las exposiciones de las partes y, al final, redactar¨¢ una resoluci¨®n. ¡°En ella, tendr¨¢ que determinar qu¨¦ derechos tienen los demandantes¡±, explica Wood. ¡°Tendr¨¢ que decir si esos derechos han sido violados. Y por ¨²ltimo, en caso de que considere que s¨ª han sido violados, hablar¨¢ de los par¨¢metros del remedio. Estructurar¨¢ probablemente un proceso en el que los demandantes se reunir¨¢n con los abogados del Gobierno con regularidad. Estos ir¨¢n a esas reuniones con un plan y ese plan ser¨¢ exigible¡±.
Fideicomiso p¨²blico
¡°?Has llevado a juicio a Donald Trump!¡±, les sueltan, admirados, sus compa?eros de clase. Y Juliana admite que, a veces, a ella misma le cuesta creerlo. ¡°Los 21 compartimos una carga colectiva, porque este caso es enorme¡±, explica por tel¨¦fono esta alumna de Estudios Medioambientales en la Universidad de Oreg¨®n. ¡°Y ese peso que sentimos, cuando estamos todos juntos se transforma en una liberaci¨®n, una celebraci¨®n, nos convierte en una familia¡±, asegura Juliana.
Mientras sus amigos est¨¢n inmersos en un arranque de curso como otro cualquiera, estos 21 j¨®venes repartidos por todo el pa¨ªs, representados por la organizaci¨®n Our Children¡¯s Trust, se preparan para la vista que arranca el pr¨®ximo lunes en la Corte de Distrito de Eugene, Oreg¨®n, la primera instancia de la Justicia federal. Un hito in¨¦dito en un fascinante proceso judicial, tambi¨¦n conocido como La Juventud contra el Gobierno (#youthvgov), que marca un antes y un despu¨¦s en la lucha legal contra el cambio clim¨¢tico.
La base jur¨ªdica m¨¢s novedosa del caso reside en el concepto de fideicomiso p¨²blico. ¡°Es un concepto sencillo¡±, explica por tel¨¦fono Mary Wood, profesora de la Universidad de Oreg¨®n y reputada experta en derecho medioambiental, cuya literatura acad¨¦mica se encuentra en el origen de esta demanda. ¡°El p¨²blico es propietario de los recursos naturales. No es propiedad privada, pero s¨ª propiedad p¨²blica. Y el Gobierno, porque es la instituci¨®n que perdura, debe gestionar esos recursos como fideicomisario para los ciudadanos presentes y las generaciones futuras. Si se prueba que el Gobierno con sus acciones ha alterado sustancialmente la atm¨®sfera y el sistema clim¨¢tico, habr¨ªa violado ese fideicomiso p¨²blico que debe a los ciudadanos¡±, explica.
Todo empez¨® en 2010, en una conferencia de Wood en la universidad. ¡°Yo hab¨ªa escrito durante 20 a?os sobre derecho medioambiental, y lo que ve¨ªa era un fracaso sistem¨¢tico¡±, recuerda la profesora de la Universidad de Oreg¨®n. ¡°Desarroll¨¦ una estrategia nueva. Hab¨ªa que plantear casos en nombre de ni?os por todo el pa¨ªs y por todo el mundo, basados en la doctrina del fideicomiso p¨²blico, que es la que da en el clavo. Resulta que entre el p¨²blico de la conferencia estaba Julia Olson, una veterana litigante con una maravillosa reputaci¨®n en su pa¨ªs. Al final de la charla vino a verme y me dijo que quer¨ªa sacar eso adelante¡±.
Olson se puso manos a la obra. Cre¨® la organizaci¨®n Our Children¡¯s Trust y se asoci¨® con un mont¨®n de j¨®venes que ya estaban implicados en el activismo medioambiental. Juntos emprendieron una acci¨®n ¡°sin precedentes en la historia del derecho¡±, seg¨²n Wood, que consisti¨® en presentar demandas en paralelo en cada uno de los Estados del pa¨ªs.
El proceso fue ganando peso y, ya en el a?o 2016, se puso en marcha el caso federal, para el que se a?adi¨® al del fideicomiso p¨²blico una nueva serie de alegaciones constitucionales. ¡°Se podr¨ªa resumir en la idea de que el Gobierno est¨¢ infringiendo los derechos constitucionales a la vida, la libertad y la propiedad de los j¨®venes demandantes al crear un sistema clim¨¢tico que ser¨¢ inhabitable¡±, explica Mary Wood. ¡°Lo que alegan los demandantes, y espero que prueben, es que el Gobierno toma decisiones que empujan el sistema clim¨¢tico a la cat¨¢strofe¡±.
La gran virtud del litigio, explica Wood, es que ¡°por primera vez saca al derecho medioambiental de los profundos precipicios legales donde ha languidecido durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, y lo vincula a los derechos constitucionales¡±. En julio el Tribunal Supremo dictamin¨® en favor de los demandantes, y hasta la fecha ha sorteado diversos envites procesales de los demandados. Pero el momento de la verdad llegar¨¢ el pr¨®ximo lunes. ¡°Ser¨¢ una gran fiesta¡±, prev¨¦ Juliana. ¡°Habr¨¢ una exhibici¨®n de apoyo enorme y los ojos del mundo estar¨¢n all¨ª¡±.
Casos como este, a nivel federal y que implican derechos civiles, pueden demorarse durante a?os, incluso d¨¦cadas. Pero al margen del desenlace, para los demandantes el proceso en s¨ª mismo es crucial. ¡°Necesitamos ganar este caso y tengo confianza en que lo haremos¡±, asegura Juliana. ¡°Pero es importante el propio proceso, y que lo siga gente de todo el mundo. ?Incluida Espa?a! Este caso cuenta la historia de c¨®mo el da?o clim¨¢tico afecta a la gente, sobre todo a los j¨®venes. No en el futuro, sino ahora mismo. Pero tambi¨¦n es una historia de corrupci¨®n, de un Gobierno que ha desatendido a las personas en favor de los intereses corporativos. El Gobierno de EE UU es un enorme poder global y estamos llevando a ese poder a los tribunales. Es muy emocionante¡±, concluye.
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