¡°Si quieres una compensaci¨®n econ¨®mica, p¨ªdela y veremos¡±
EL PA?S accede a unas grabaciones al obispo de Salamanca, que ilustran las tretas de la Iglesia para acallar a las v¨ªctimas y dilatar las denuncias
La Iglesia cat¨®lica presenta el proceso can¨®nico como un arma id¨®nea y estricta para actuar contra los abusos sexuales sobre menores, pero la experiencia de algunas v¨ªctimas que han pasado por ello es muy distinta. Adem¨¢s de que el m¨¢ximo castigo es la expulsi¨®n del estado clerical, lo describen como un procedimiento opaco, distinto en cada caso y que cada obispo lleva como le parece, del que llegan a saber muy poco y en el que al final tambi¨¦n se sienten enga?ados. Cuanto termina no tienen ni un papel, aunque tendr¨ªan derecho a ello. El sacerdote acusado puede recurrir la decisi¨®n, pero a la v¨ªctima se le ponen trabas. Y lo normal es que no reciban una compensaci¨®n econ¨®mica. Es m¨¢s, el dinero se puede convertir en un arma de presi¨®n. Primero, para que las v¨ªctimas guarden silencio y, despu¨¦s, para echarles en cara que solo buscaban un beneficio econ¨®mico.
El caso de Javier Paz es un buen ejemplo. En marzo de 2011 denunci¨® en el Obispado de Salamanca abusos de un cura, Isidro L¨®pez Santos, cuando era p¨¢rroco de la iglesia de San Juli¨¢n, entre 1982 y 1992, desde que ten¨ªa 10 a?os a los 20. En las dependencias de la parroquia y en el campamento que organizaba en verano. Como primera reacci¨®n el obispo, Carlos L¨®pez, jubil¨® poco despu¨¦s al acusado, aunque se le hizo un homenaje de despedida. A la v¨ªctima le dijeron que se abr¨ªa una investigaci¨®n y un proceso can¨®nico, pero pasaban los meses sin que ocurriera nada y la desconfianza le llev¨® a grabar las conversaciones. Adem¨¢s, entretanto el cura acusado, tras ser apartado, prestaba ayuda en otra parroquia de la ciudad, San Mateo-La Anunciaci¨®n, seg¨²n le reconocieron.
En esas grabaciones, a las que ha tenido acceso EL PA?S, el obispo, Carlos L¨®pez, que sigue en el cargo, reconoce el derecho de la v¨ªctima a una compensaci¨®n econ¨®mica, que debe ser decidida en el proceso. Alimenta en varias charlas la esperanza de que es factible. Aunque al mismo tiempo le hace ver que solo es posible si el asunto se mantiene secreto: ¡°Si presentas una petici¨®n de compensaci¨®n de da?os el tribunal lo estudiar¨¢ (¡) Si t¨² quieres ir por otra v¨ªa tienes la v¨ªa expedita, pero me temo que no vas a conseguir nada. Civilmente no vas a conseguir nada. S¨ª, que la sociedad se entere, vale¡±.
Una de las exigencias de Javier Paz desde el principio, relata, era una condena p¨²blica del sacerdote, para que salieran otros posibles casos a la luz y evitar hipot¨¦ticos da?os futuros. De hecho, insisti¨® en que de todos modos ¨¦l iba a hacer p¨²blico el caso. Finalmente, el obispo le plante¨® que la ¨²nica forma de acceder a una indemnizaci¨®n era solicitarla por escrito: ¡°Si t¨² quieres compensaci¨®n econ¨®mica pres¨¦ntala por escrito. Tiene que constar todo por escrito. Pres¨¦ntalo, lo pides y ya veremos¡±. Hay un di¨¢logo m¨¢s tenso en el que la v¨ªctima muestra su escepticismo:
-Un castigo y una pena exigen una reparaci¨®n tambi¨¦n de los da?os, y ustedes no me van a pagar en la vida, y eso usted lo sabe.
-La reparaci¨®n de los da?os es un principio que est¨¢ en el derecho penal y en el derecho penal can¨®nico. Por tanto, se puede considerar, claro, lo que pasa es que son siempre reparaciones simb¨®licas, porque ?c¨®mo se cuantifica eso? En el derecho penal y civil hay una serie de tasaciones, el derecho can¨®nico no es un c¨®digo que est¨¦ tan desarrollado.
Seg¨²n el relato de Javier Paz, al final acept¨® firmar un escrito que le prepararon en el Obispado y del que no le dieron copia. "Me tendieron una trampa, no era una oferta, lo disfrazaron para que pareciera una petici¨®n m¨ªa", asegura. Era una solicitud en la que ped¨ªa una compensaci¨®n, una cifra que pactaron en 300.000 euros, m¨¢s el pago mensual de una especie de pensi¨®n de 1.500 euros de por vida. Pero hab¨ªa m¨¢s, afirma Paz: una cl¨¢usula de silencio en la que se compromet¨ªa a mantener en secreto el acuerdo y a no emprender acciones legales contra el acusado ni contra el Obispado. Pero luego nunca volvi¨® a saber nada.
Al cabo de unos meses llam¨® para tener noticias del proceso can¨®nico y entonces el tono de sus interlocutores cambi¨® radicalmente. ¡°El obispo me dijo que, en base a mi solicitud, hab¨ªan desestimado mi caso, porque entend¨ªan que lo hab¨ªa hecho todo por dinero desde el principio, y que con ese papel estaba claro, as¨ª que anulaban todo lo que hab¨ªan hecho¡±, recuerda. Fue la ¨²ltima vez que hablaron. Javier Paz ha reclamado sin ¨¦xito la documentaci¨®n de su caso o al menos la sentencia. Afirma que entreg¨® las grabaciones en el Obispado para que tuvieran constancia de las conversaciones que hab¨ªan mantenido.
Hab¨ªan pasado dos a?os desde su denuncia, sin ning¨²n resultado, y Javier Paz decidi¨® divulgar el caso en la prensa. Asegura que hay m¨¢s casos como el suyo, v¨ªctimas del mismo sacerdote de Salamanca, que a¨²n no han salido a la luz. Tambi¨¦n present¨® una denuncia en los tribunales, aunque estaba prescrito, como gesto simb¨®lico. Fue en abril de 2014. Solo entonces, a los tres meses, la di¨®cesis anunci¨® que la Congregaci¨®n de la Doctrina de la Fe, tras un proceso penal can¨®nico, condenaba al cura con la prohibici¨®n de ejercer su ministerio. ¡°Estoy convencido de que en realidad durante dos a?os me enga?aron diciendo que hab¨ªa un proceso abierto pero era mentira, y no hay manera de saberlo porque no me dan ninguna documentaci¨®n¡±, afirma Paz.
Contactado por este peri¨®dico, el vicario de la di¨®cesis, Florentino Guti¨¦rrez, no ha querido dar su versi¨®n sobre los detalles del caso ni hacer declaraciones y se ha limitado a decir que "ya est¨¢ resuelto¡±. "Que este se?or diga lo que quiera", replic¨®. Preguntado sobre si han recibido denuncias de otros casos, respondi¨®: "No lo s¨¦, y si lo supiera no lo dir¨ªa, ser¨ªa en el juzgado". Eludi¨® comentar la observaci¨®n de que ning¨²n juez le va a llamar por casos que est¨¦n prescritos. Concluy¨® con una queja: ¡°Ya est¨¢ bien, dejadnos en paz, con este asunto la prensa tiene una obsesi¨®n sexual¡±.
El caso de dos v¨ªctimas de Le¨®n
Hay otras dos v¨ªctimas que cuentan experiencias similares, cada una con sus matices. A Javier, que denunci¨® en 2014 los abusos que hab¨ªa sufrido en el seminario menor de La Ba?eza (Le¨®n) en una carta escrita al Papa, el vicario judicial le ofreci¨® durante un encuentro 50.000 euros, pero nunca le informaron de que pod¨ªa solicitar una compensaci¨®n econ¨®mica. De modo que, tras la sentencia, y ante sus quejas por la ausencia de indemnizaci¨®n, el obispo de Astorga, Juan Antonio Men¨¦ndez, aleg¨® que ten¨ªa que haberlo pedido por escrito durante el proceso y que ya no se pod¨ªa hacer nada. ?l tambi¨¦n decidi¨® grabar las conversaciones, ante la actitud que percib¨ªa en el obispado, y EL PA?S ha tenido acceso a ellas. Javier tambi¨¦n muestra su perplejidad por c¨®mo transcurr¨ªan las reuniones con el vicario judicial y el obispo. Empezaban como charlas informales y nunca sab¨ªa cu¨¢ndo estaba declarando o cuando era una conversaci¨®n privada. ¡°En la primera reuni¨®n el vicario me dijo que se llevar¨ªan a cabo tres procesos: el castigo al sacerdote, el castigo a los encubridores y la reparaci¨®n. Han hecho lo que han querido y como han querido¡±, explica la v¨ªctima.
Su declaraci¨®n escrita en el juicio, seg¨²n cuenta, la hicieron los notarios del obispado y en algunas partes redactaron lo que les pareci¨®, especialmente en el apartado de la reparaci¨®n. Por otro lado, nunca supo lo que manifest¨® el sacerdote en sus declaraciones, por lo que no sabe si en su relato de los hechos minti¨® o dijo la verdad. Hace dos semanas solicit¨® a la di¨®cesis los documentos de su proceso y el obispado aleg¨® que no pod¨ªa hacerlo y que esa competencia la ten¨ªa la Congregaci¨®n de la Doctrina de Fe en Roma.
Emiliano ?lvarez, que sufri¨® abusos en 1976 en La Ba?eza por otro sacerdote y tambi¨¦n lo denunci¨® en 2017 en la di¨®cesis de Astorga, s¨ª firm¨® un papel. Pero tampoco le dieron copia. El obispo y el vicario fueron los mismos, Juan Antonio Men¨¦ndez y Julio Alonso. Asegura que dijeron que deb¨ªa mantenerlo en secreto, pues de lo contrario se paralizar¨ªa el proceso eclesi¨¢stico. Su caso a¨²n sigue abierto y a la espera de una resoluci¨®n. ¡°Me grabaron en v¨ªdeo mis declaraciones y me obligaron a apagar el m¨®vil para que no pudiera grabar nada. Desde entonces, no he vuelto a hablar con ellos¡±, dice ?lvarez.
Juan Antonio Men¨¦ndez es el obispo que la Conferencia Episcopal acaba de poner al frente de una nueva comisi¨®n reservada para combatir la pederastia en la Iglesia cat¨®lica espa?ola. La semana pasada, en una entrevista en la Cope, acus¨® a Javier, de La Ba?eza, de airear su caso por no ceder a sus pretensiones: ¡°La v¨ªctima quiso entrevistarse conmigo y me pidi¨® 300.000 euros fuera del proceso como resarcimiento. Yo le dije que eso no pod¨ªa hacerlo fuera del procedimiento. Y entonces anunci¨® que har¨ªa p¨²blico el caso¡±. "En vez de atendernos nos atacan. Esta entrevista es el ejemplo. Me remito a los hechos, no las palabras", replica Javier.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es