La v¨ªctima al obispo: ¡°?D¨®nde queda la tolerancia cero?¡±
Conversaciones del proceso abierto por los abusos en el Seminario Menor de La Ba?eza
Javier escribi¨® al papa Francisco en noviembre de 2014 explicando los abusos sexuales que sufri¨® 26 a?os antes. Los delitos hab¨ªan prescrito, pero los recuerdos continuaban taladrando su mente. En el Seminario Menor de La Ba?eza (Le¨®n) ¡°las noches se convirtieron en miedo¡± cada vez que el sacerdote Jos¨¦ Manuel Ramos Gord¨®n le visitaba. Pese a que pidi¨® ayuda al entonces rector del seminario, Gregorio Rodr¨ªguez (fallecido) y al profesor Francisco Javier Redondo su queja no tuvo resultado. Los abusos siguieron.
La denuncia al Papa permiti¨® abrir un proceso eclesi¨¢stico contra el abusador, aunque se mantuvo en secreto. La di¨®cesis de Astorga juzg¨® el caso y decidi¨® en febrero de 2016 una sanci¨®n m¨ªnima, ratificada por la Congregaci¨®n para la doctrina de la Fe: ¡°Privaci¨®n del oficio de p¨¢rroco durante un periodo no inferior a un a?o. Realizar¨¢ ejercicios espirituales de mes y desarrollar¨¢ labores asistenciales en favor de sacerdotes ancianos e impedidos, as¨ª como otras tareas caritativas¡±. La v¨ªctima, insatisfecha con la pena impuesta al sacerdote, se entrevist¨® en dos ocasiones con el obispo de Astorga (Juan Antonio M¨¦ndez) y con el entonces vicario judicial (Julio Alonso). Lo que sigue es una transcripci¨®n de parte de esas conversaciones donde tambi¨¦n particip¨® la mujer de Javier.
Esposa de la v¨ªctima: (...) No estamos muy conformes. Lo ¨²nico que llegamos a entender con su carta es el peque?o castigo que ser¨¢ impuesto.
Obispo: Hemos acordado que sea a partir del 1 de julio. Iniciar¨¢ los ejercicios y despu¨¦s vendr¨¢ a la casa sacerdotal para estar el a?o que se le ha impuesto de no estar en parroquia ni tener contacto con ni?os.
Esposa de la v¨ªctima: Me parece un poco rid¨ªculo el castigo. Parecen unas vacaciones, no una sentencia. ?Y qu¨¦ pasa con ¨¦l [Javier]? ?Hay voluntad de la iglesia de una indemnizaci¨®n?
Obispo: La sentencia no dice nada. En las actas del abogado defensor no ha hecho [menci¨®n] al tema del resarcimiento...
Javier (v¨ªctima): Nunca he tenido abogado. Yo, los pocos datos que tengo de su declaraci¨®n son que lo hac¨ªa por el alcohol, los fines de semana. Eso no es cierto. Ese se?or no solo me toc¨® lo que pongo ah¨ª [en la carta al Papa], fue mucho m¨¢s y durante m¨¢s tiempo. Fue un encubrimiento por parte de todos, porque lo dijimos y mi padre lo denunci¨® [a varios sacerdotes] y le fueron tapando la boca. A m¨ª me dijo Julio que lleg¨® a o¨ªdos del obispo y me dijo Julio que en la di¨®cesis hay una rese?a que hablaba sobre el tema. Y el otro d¨ªa por tel¨¦fono me lo negaba...
Esposa de la v¨ªctima: Nos han aconsejado que les propongamos un plazo para una propuesta de reparaci¨®n en la cual no se racanee.
Obispo: ?En qu¨¦ consiste esa reparaci¨®n?
Mujer: Sin pa?os calientes, 300.000.
Obispo: ?300.000 euros?
Esposa de la v¨ªctima: S¨ª. Es desagradable decirlo, pero en su d¨ªa no le dejaron dar una cantidad [en una reuni¨®n anterior el vicario le dijo a Javier: "?A lo mejor si te ofrezco 50.000 euros te sientes ofendido?]. Y es esta.
Javier: Solo quiero que otra persona durante tres segundos se ponga en mi piel. ?C¨®mo va a seguir afectando esto a mi vida? ?A usted le parece mucho dinero para resarcirme?
Obispo: Lo que se ha hecho no hay dinero para pagar esto. Tendr¨¦ que consultarlo a la Santa Sede si puedo hacer esto o no.
Javier: ?Pero a usted le parece razonable o desorbitado?
Obispo: Me parece un poco demasiado, ?no?
Javier: He intentado ser razonable. Esto a m¨ª no me lo paga ni un mill¨®n, ni dos ni tres ni 200. O a lo mejor se me quiere apa?ar con unos miles de euros ?De verdad?
Obispo: En el proceso deber¨ªas haber dicho que se podr¨ªa resarcir de esta manera, ?no? Pero como no se ha dicho... ellos no lo tuvieron en cuenta. Tuvieron en cuenta lo que es el derecho can¨®nico como tal. Y tambi¨¦n los atenuantes: que ha prescrito, porque son 20 a?os...
Javier: La tolerancia cero no s¨¦ d¨®nde queda.
Obispado: En estos momentos... Yo no estaba all¨ª.
Javier: El otro obispo de entonces fue conocedor y lo tuvo all¨ª [a Ramos] un a?o m¨¢s. Son a?os de prescripci¨®n, pero tambi¨¦n de impunidad.
Segundo encuentro:
Obispo: Con respecto a la petici¨®n que me hab¨¦is hecho el otro d¨ªa, he consultado a la Santa Sede, a la Conferencia Episcopal y tambi¨¦n con el abogado civil que tenemos aqu¨ª en la di¨®cesis. Me dicen que no puedo acceder a la petici¨®n dado que no existe una sentencia civil o can¨®nica que respalde mi actuaci¨®n. Si acepto, estar¨ªa realizando un acto ilegal. En Espa?a no hay constancia, a d¨ªa de hoy, de que se haya dictado una sentencia civil o can¨®nica que exija indemnizaci¨®n a las di¨®cesis como responsables subsidiarios. [El Supremo conden¨® en 2007 al Arzobispado de Madrid como responsable civil subsidiario en el caso del cura pederasta del barrio madrile?o de Aluche a pagar a la v¨ªctima una indemnizaci¨®n de 30.000 euros]
Javier: Bueno, yo considero que esto es un crimen. Yo y todo el mundo. Voy a preguntar a la opini¨®n p¨²blica a ver qu¨¦ opina. Si empezaba esto lo hac¨ªa hasta las ¨²ltimas consecuencias. Busco justicia. Lo siento.
Obispo: Lo ¨²nico que puedo hacer es imponerle la jubilaci¨®n o aceptarle la jubilaci¨®n a este se?or y dejarle en stand by.
Javier: Impunidad
Obispo: ?Qu¨¦?
Javier: Impunidad. A lo mejor los que tienen que acabar esto son las v¨ªctimas. Poner las cosas encima de la mesa. Destruyeron mi infancia. Llevo a?o y medio que no vivo. Destrozado, no duermo. ?Esto he sacado? Pues no lo entiendo...
Julio (vicario): La justicia can¨®nica lo que ha intentado hacer es lo que puede hacer...
Javier: Pues para m¨ª no es justicia.
Julio: ?Qu¨¦ tenemos que hacer? ?Colgarle en la plaza p¨²blica para escarmiento de todo el mundo? Ni lo podemos hacer, ni se podr¨ªa hacer en ning¨²n sistema civil...
Javier: Entonces, en lo de la carta de ¡°por la voluntad de la Santa Sede de reparar el da?o¡±. Eso, ?qu¨¦ significa?
Julio: Hemos llegado hasta donde podemos llegar. Que es privar de su oficio al sacerdote, traerle a una residencia de ancianos y que no pueda ejercer ?Qu¨¦ m¨¢s podemos hacer? ?Ponerle en el medio de la plaza de Astorga? ?Colocar all¨ª a todos los ni?os a tirarle piedras? ?Tenemos que lapidarle?
Javier: No, ya lo har¨¢ la sociedad. La opini¨®n p¨²blica lo puede hacer. Inmediatamente. Y los nombres de encubridores que est¨¢n en la carta tambi¨¦n. Creo que no cometo ning¨²n delito. Y si hago una reivindicaci¨®n p¨²blica en persona en una plaza tampoco cometo un delito. As¨ª que... ya est¨¢. Esas son mis medidas. Yo respeto las suyas y ustedes respetan las m¨ªas.
Julio: Nosotros, legalmente, no podemos ir m¨¢s all¨¢.
Javier: Que yo sepa, hay v¨ªctimas que han sido reparadas y no est¨¢n conformes, quieren que salgan unos expedientes, salgan a la luz p¨²blica. Siguen pidiendo, yo no estoy pidiendo esas cosas. Lo justo ser¨ªa que fuera reparado, que ese se?or fuera a la c¨¢rcel, que el expediente saliera a la opini¨®n p¨²blica... eso ser¨ªa todo lo justo. Es lo que piden las asociaciones de v¨ªctimas. Todo eso. Si soy v¨ªctima y encima esto, encima, apaleado, pues no. No lo voy a permitir. Ten¨ªa 13 a?os y no me pude defender, pero ahora tengo 42. Y ahora me voy a defender.
El vicario: ¡°Si denuncias aqu¨ª, a lo mejor se habr¨ªa tapado¡±
En una de las primeras reuniones que Javier tuvo con el vicario judicial de la di¨®cesis, Julio Alonso, se puede escuchar al sacerdote afirmar que ¡°el m¨¦todo¡± que hab¨ªa utilizado Javier para denunciar su caso ¡ªescribir al Papa¡ª no es ¡°el normal¡±, aunque s¨ª le reconoce que ha sido eficaz. ¡°Si la hubieras presentado aqu¨ª por primera vez no hubi¨¦ramos llegado a donde hemos llegado. A lo mejor el obispo la habr¨ªa tapado, aconsejado por quien fuera, y no habr¨ªa hecho m¨¢s caso¡±, explica Alonso.
En dicha conversaci¨®n tambi¨¦n interviene el padre de Javier, donde asegura que en su d¨ªa ¡ªcuatro a?os despu¨¦s de haberse cometido los abusos sexuales a su hijo¡ª acudi¨® a varios sacerdotes para contarles lo sucedido. "Me dieron palabras de consuelo", recuerda el padre, pero tambi¨¦n recibi¨® algunas amenazas: ¡°Hay que olvidarlo ?qu¨¦ se le va a hacer?¡±, ¡°ten cuidado con lo que dices¡±, ¡°ya sabemos todo¡±.
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