China ensaya f¨®rmulas para mitigar la soledad de su envejecida poblaci¨®n
Uno de cada cuatro chinos sobrepasar¨¢ los 60 a?os en 2030 y a mitad de siglo, uno de cada tres


Trescientos yuanes, unos 40 euros, por una habitaci¨®n con ba?o es una ganga en muchos sitios, incluida Hangzhou. En esta ciudad en el este de China, sede del gigante del comercio electr¨®nico Alibaba y donde viven ocho millones de personas, alquilar un apartamento de un dormitorio en las afueras puede costar hasta diez veces m¨¢s. Por eso, cuando Shan Tingting, una t¨¦cnica de seguridad, vio el anuncio ni lo pens¨®. Aunque dicho alquiler signifique vivir en una residencia de ancianos y ella tenga 27 a?os.
Tingting es una de los ocho j¨®venes que participan en el programa de la residencia Rayo de Sol, un centro de propiedad p¨²blica y gesti¨®n privada con capacidad para 2.000 hu¨¦spedes en los montes que rodean Hangzhou. El programa ya se ha probado con ¨¦xito en otros pa¨ªses -la idea original naci¨® en Holanda- pero en China, donde las residencias de ancianos han empezado a cuajar hace poco, supone una llamativa innovaci¨®n: ceder habitaciones casi gratis a estudiantes o j¨®venes en su primer empleo, y que a cambio estos voluntarios se comprometan a dedicar al menos veinte horas semanales a acompa?ar a los mayores, seg¨²n explica el director del centro, Wang Kai. Es una m¨¢s de las ideas con las que este pa¨ªs intenta hacer frente a su bomba de relojer¨ªa demogr¨¢fica: China es la naci¨®n que m¨¢s r¨¢pidamente est¨¢ envejeciendo del mundo.
Shan Tingting, t¨¦cnica inform¨¢tica, est¨¢ empleada en una agencia de seguridad, nunca imagin¨® que vivir¨ªa a su edad en una residencia de ancianos, aunque s¨ª hab¨ªa participado en tareas de voluntariado. ¡°La experiencia est¨¢ mereciendo mucho la pena. Para empezar, me ha ayudado a apreciar m¨¢s a mi familia, a pensar m¨¢s en mis padres, que est¨¢n lejos, en Shandong (noreste de China). Y de estos mayores, muchos vivieron la revoluci¨®n cultural y hay mucho que aprender de ellos. Aunque hay algunos que no tienen inter¨¦s, otros s¨ª tienen ganas de sentir que viven en familia, y les ayuda tener gente joven alrededor que hable con ellos¡±, explica, tras impartir una clase de ingl¨¦s a un grupo de entusiastas. Como la residencia Rayo de Sol, China avanza a tientas para resolver su problema de envejecimiento. Un problema global, pero que en este pa¨ªs es especialmente apremiante: a una mayor esperanza de vida -76 a?os-, propiciada por el enorme salto en prosperidad, se le ha unido la ca¨ªda de la fecundidad impuesta por la pol¨ªtica del hijo ¨²nico. Si en 2010 apenas el 8% de la poblaci¨®n sobrepasaba los 60 a?os, para 2030 ser¨¢ uno de cada cuatro habitantes (25%). En 2050, uno de cada tres: casi 490 millones de personas, o m¨¢s que toda la Uni¨®n Europea tras el Brexit.
Y eso va a generar consecuencias dr¨¢sticas en el tejido social y econ¨®mico chino. La fuerza laboral ya ha empezado a disminuir; y con ella, la productividad de un modelo que hasta ahora se basaba en una mano de obra abundante y barata. Para el Gobierno chino, la puesta en marcha del plan China 2025, por el que aspira a convertir a este pa¨ªs en un l¨ªder tecnol¨®gico y basar la econom¨ªa en la producci¨®n de bienes de alto valor a?adido y en sectores de mano de obra poco intensiva es vital para la supervivencia.
La reforma de la Seguridad Social
El pa¨ªs tambi¨¦n tendr¨¢ que acometer una profunda reforma en su sistema de seguridad social, que desde 2014 ya no cubre con las contribuciones de los trabajadores las prestaciones de los veteranos.
En 2016, los gastos de las pensiones crecieron un 11,6% a 2,58 trillones de yuanes (330.000 millones de euros) y dejaron un d¨¦ficit de 429.100 millones de yuanes (54.800 millones de euros). Este a?o la diferencia entre ingresos y gastos crecer¨¢ a 76.628 millones de euros y a 113.665 millones en 2020 si no se producen reformas, seg¨²n los c¨¢lculos de Wang Dehua, investigador de la Academia Nacional de Estrategia Econ¨®mica en Pek¨ªn, citado por Bloomberg.
Se da por seguro que antes o despu¨¦s el Estado se ver¨¢ obligado a elevar la edad de jubilaci¨®n, que en la actualidad para los trabajadores manuales es de 60 a?os para los varones y de 55 para las mujeres.
Al ritmo del envejecimiento, aumentar¨¢ tambi¨¦n la proporci¨®n de dependientes por trabajador. Algo que conllevar¨¢ tambi¨¦n un cambio del tejido social. Tradicionalmente, ocuparse de los mayores era una tarea que reca¨ªa sobre las siguientes generaciones. La tradici¨®n confuciana lo dicta y la ley china incluso lo obliga: te¨®ricamente, si los hijos no atienden las ¡°necesidades f¨ªsicas y espirituales¡± de sus padres pueden acabar en la c¨¢rcel.
Pero con una generaci¨®n de parejas de hijos ¨²nicos que se ve al cargo de cuatro padres jubilados cuando todav¨ªa tiene hijos que mantener, conservar esa tradici¨®n es complicado. Solo la mitad de las unidades familiares que incluyen al menos a un anciano integran a miembros de diferentes generaciones; el resto son jubilados que viven solos o en pareja. Se calcula que en unos a?os esa proporci¨®n llegar¨¢ al 90%. Muchos de ellos, en el campo, son ¡°ancianos dejados atr¨¢s¡±, cuyos hijos han emigrado a la ciudad en busca de fortuna, y m¨¢s susceptibles a la soledad y la depresi¨®n. Algunos jubilados han tomado el toro por los cuernos y se han constituido en comunidades de asistencia mutua. Otros -siete millones- se han apuntado a las Universidades para mayores que el gobierno fomenta para mantenerse mentalmente activos y evitar la soledad.
Tang Weiyu es una antigua empleada de una planta el¨¦ctrica de 87 a?os. Menuda y ligeramente encorvada, conserva a¨²n mucha de la energ¨ªa que necesit¨® para salir adelante en su juventud. ¡°Tuve que dejar la escuela para cuidar a mis hermanos. Para poder estudiar me apunt¨¦ a clases nocturnas¡±, recuerda. Ahora est¨¢ aprendiendo ingl¨¦s, pero tambi¨¦n caligraf¨ªa y le interesa la medicina tradicional. Se mud¨® a Rayo de Sol tras la muerte de su hija, cuenta, para no estar sola. Y se muestra de acuerdo con Tingting, su profesora. ¡°La experiencia nos beneficia a todos. Los j¨®venes tienen hoy d¨ªa mucha presi¨®n, y un alquiler barato les ayuda mucho. Y para nosotros es como vivir en familia; nos mantenemos j¨®venes de esp¨ªritu¡±, cuenta. Cada domingo, ella y una decena de ancianos m¨¢s, entre los 67 y los 97 a?os, acuden a la sala de estudio con sus apuntes. ¡°Venga, lo est¨¢is haciendo muy bien. Otra vez: ¡®So nice to see you again!¡¯ (Qu¨¦ bien verte de nuevo!)¡±, jalea Tingting. La clase repite disciplinadamente la frase una vez y otra, y otra.El negocio de las residencias de mayores se ha disparado. En 2017, China contaba con 155.000 de estas instituciones, un aumento interanual del 10,6%, y 7,44 millones de camas, un 2% m¨¢s. Seg¨²n la Academia China de Ciencias Sociales, este sector alcanzar¨¢ un valor de 13 billones de yuanes (1,64 billones de euros) para 2030.
Pero los centros privados pueden representar un gasto imposible u ofrecer una calidad insuficiente, mientras que los centros p¨²blicos a¨²n son muy escasos, y reservados en su mayor parte a ancianos sin hijos o con discapacidades. Un plan quinquenal del Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, apunta, entre otros problemas, a la falta de personal cualificado.
Dadas estas carencias, el de los cuidados geri¨¢tricos es uno de los sectores en los que el Gobierno chino se muestra m¨¢s abierto a la inversi¨®n extranjera. Este mes, el Consejo de Estado anunci¨® una serie de medidas para facilitarla.
Rayo de Sol, con su modelo mixto p¨²blico/privado puede marcar una de las opciones de futuro. Su programa de voluntariado, tambi¨¦n, aunque a¨²n est¨¢ en periodo de pruebas, seg¨²n puntualiza el director. A Tingting el contrato de alquiler se le acaba en un par de meses, pero ¡°mi intenci¨®n es renovarlo por otros seis meses -declara-. No quiero dejar a mi grupo con el curso a medias¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
