¡°Hay una generaci¨®n cada vez m¨¢s enferma por lo que come¡±
La investigadora advierte en su libro 'Mala leche' los riesgos de la comida ultraprocesada, compuesta b¨¢sicamente de ¡°harina, aceite y az¨²car camuflado con aditivos¡±
Cada a?o, para las fiestas, las mesas familiares se llenan de postres como turrones, pan dulce, polvorones, alfajores, bu?uelos y chocolates. Frente a ese exceso de az¨²car consciente, devorado a menudo con placer pero tambi¨¦n culpa, en el d¨ªa a d¨ªa lo consumimos en cantidades muy superiores a las que imaginamos debido a su omnipresencia en los productos ultraprocesados. Estos son tambi¨¦n ricos en grasas y sal, un c¨®ctel con graves consecuencias para la salud. "Lo que comemos nos est¨¢ enfermando, sobre todo a los chicos. Hay chicos con enfermedades de ancianos, como diabetes tipo 2, h¨ªgado graso, enfermedades metab¨®licas...", advierte la periodista argentina Soledad Barruti?(Buenos Aires, 1981) durante una entrevista con EL PA?S a ra¨ªz de la publicaci¨®n de Mala leche (Planeta). El libro ahonda el camino ya iniciado con Malcomidos, su anterior ensayo, en el que criticaba los m¨¦todos industriales de la producci¨®n alimentaria.
La investigaci¨®n para Mala leche comenz¨® en 2012, cuando Barruti empez¨® a revisar las etiquetas de lo que com¨ªa Benjam¨ªn, su hijo de diez a?os. Entre zumos, galletas, cereales, postres, yogures, comidas congeladas, snacks y algunas golosinas espor¨¢dicas tomaba unas 23 cucharadas de az¨²car agregado al d¨ªa. Unos 30 kilos al a?o. M¨¢s que su propio peso. Se dio cuenta tambi¨¦n de que la diversidad de alimentos que cre¨ªa dar a su hijo era irreal. "Con los ultraprocesados la gente se enfrenta a los mismos ingredientes: harina, aceite y az¨²car camuflado con aditivos que te hacen creer que tienen fruta y verdura", subraya.
Los ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles que estimulan el apetito de manera artificial. Entran en ese grupo tambi¨¦n las bebidas azucaradas, los precocinados, los cereales refinados, las pizzas, las barritas energ¨¦ticas y cientos de productos m¨¢s que han ido ganando terreno en la dieta diaria. "Consumir gaseosas (refrescos) en los ochenta no era algo que se pod¨ªa hacer habitualmente excepto las familias con mucho poder adquisitivo. En la media de la sociedad argentina la industria ingres¨® fuerte en los noventa y empez¨® a permear en todas las capas en los ¨²ltimos a?os. Es un fen¨®meno que se vive en toda la regi¨®n. Ingresan productos en la dieta y salen alimentos", afirma. Los ultraprocesados suponen a d¨ªa de hoy cerca del 80% de los comestibles que se venden en los supermercados.
"Hay chicos con enfermedades de ancianos, como diabetes tipo 2"
Pregunta. Desde ni?os se nos dice que tenemos que comer de todo. ?Eso excluye a todos estos productos industriales?
Respuesta. Ese discurso es letal porque no hay competencia posible entre las cosas que necesitamos para estar bien, como frutas y verduras, y una comida que est¨¢ hecha para encantar. Hay much¨ªsima inversi¨®n para derribar tu voluntad y que compres esos productos. Las industrias del sabor, de aroma, de colorantes, son gigantes armados para decorar el producto para que parezca algo que no es. Uno cree que los aditivos est¨¢n ah¨ª para un beneficio, pero la mayor¨ªa est¨¢n para un enga?o sensorial; para que vos, con los sentidos entrenados a base de aromas y colores determinados, despu¨¦s solamente puedas satisfacer tu deseo con ellos. Si yo le doy a mi beb¨¦, que tiene todos los sentidos abiertos, un yogur industrial, le estoy dando un artefacto creado para que todos sus sentidos se enciendan con un perfume de fruta delicioso. En realidad ese yogur no vio una fruta ni de lejos, pero provoca una pi?a (golpe) en el cerebro.
"Buenos Aires tiene anillos verdes, pero son usados para explotaci¨®n urban¨ªstica"
P. ?Qu¨¦ consecuencias tienen los ultraprocesados sobre la salud?
R. Nos est¨¢n enfermando. Hay una generaci¨®n cada vez m¨¢s enferma por lo que come y hay que hacer algo. Las personas est¨¢n mostrando en sus cuerpos los efectos. La obesidad es el m¨¢s visible. Hay barrios en los que el 60% de los chicos tienen sobrepeso, en otros donde el 90% y eso se ve m¨¢s en los sectores m¨¢s pobres porque es en aquellos en los que la comida de verdad se volvi¨® un lujo.
P. ?La alimentaci¨®n est¨¢ creando una nueva brecha entre ricos y pobres?
R. Dir¨ªa que entre gente informada y gente no informada. Entre pobres y ricos hay otras brechas: se hacen productos clase A y clase C en las mismas f¨¢bricas, pero con productos peores. Se ve con las leches. Hay leche y preparado l¨¢cteo hecho en base a suced¨¢neos de la leche, con cosas que antes se tiraban, como suero de queso, aditivos y espesantes. En muchos hogares se consume pensando que es leche.
P. Argentina es un pa¨ªs agr¨ªcola, produce alimentos para 400 millones de personas. ?C¨®mo es posible que las frutas y las verduras sean tan caras?
"Hay much¨ªsima inversi¨®n para derribar tu voluntad y que compres ultraprocesados"
R. Argentina es un pa¨ªs exportador. Los commodities que cotizan en bolsa y se exportan no son productos que benefician a nuestra alimentaci¨®n sino harinas, soja, ma¨ªz, que lo m¨¢ximo que llega a nuestra comida es en forma de aceite refinado o de az¨²car con el jarabe de ma¨ªz de alta fructosa. Por otro lado ten¨¦s a los productores que producen comida de verdad cobrando dos pesos por el kilo de tomate que despu¨¦s te venden car¨ªsimo. Por eso se necesita un plan pol¨ªtico. Las personas, con su consumo, s¨®lo muestran todo el desastre que hay detr¨¢s y ahora la ¨²ltima estocada son los efectos sobre la salud.
P. ?C¨®mo volver a una alimentaci¨®n saludable?
R. Una de las cosas m¨¢s importantes es no pensar solos sino comunitariamente. Cuando la gente me pregunta qu¨¦ hacer en el jard¨ªn de infantes -porque la comida para ni?os es la peor de todas, la que tiene m¨¢s colorantes, m¨¢s az¨²car y m¨¢s aditivos- les digo que no sea una familia la que va a quejarse, que sean muchas. Una soluci¨®n es reacercar la producci¨®n. Ciudades como Buenos Aires tienen anillos verdes incre¨ªbles, pero est¨¢n siendo usados para explotaci¨®n urban¨ªstica. Otra es que exista un sistema muy estricto de regulaci¨®n de las publicidades.
P. ?Hay pa¨ªses que avanzan en esa direcci¨®n?
R. Chile puso sellos negros en los productos. Las personas entran en el supermercado y saben que tienen alto en az¨²car, en grasas, en sal. No es perfecto, pero es algo. Y esos productos no se pueden publicitar, no pueden ingresar en las escuelas. Se empieza a generar un nuevo consenso social y hay alimentos que ya no tienen ese halo de inocencia. Si te met¨¦s un poquito en M¨¦xico, en Chile, en Brasil, la cantidad de alimentos que prob¨¢s es incre¨ªble. Tenemos que lograr esa sea la base de nuestra alimentaci¨®n y que no se siga desplazando.
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