La factura de las recetas subir¨¢ en Andaluc¨ªa

El 23 de marzo de 2012, dos d¨ªas antes de unas elecciones auton¨®micas andaluzas que, seg¨²n todas las encuestas, iba a ganar el PP de Javier Arenas con mayor¨ªa absoluta, la Consejer¨ªa de Salud cit¨® a los laboratorios a los que hab¨ªa adjudicado su primera subasta de f¨¢rmacos. La licitaci¨®n p¨²blica de f¨¢rmacos hab¨ªa sido una de las principales medidas de ahorro puestas en marcha por la Junta para paliar los efectos de la crisis econ¨®mica, pero desde el principio cont¨® con la oposici¨®n frontal del PP, que desde el Gobierno central la recurri¨® al Tribunal Constitucional al considerar que invad¨ªa competencias estatales.

Salud hab¨ªa citado a 11 empresas para firmar el acuerdo, pero solo acudieron cuatro, las m¨¢s peque?as. Los grandes laboratorios, entre ellos Bayer, Sanofi y Abbott, siempre remisos ante un mecanismo que les obligaba a rebajar sus precios, no se presentaron a la cita. Alguno lleg¨® a viajar a Sevilla para firmar el convenio, pero se dio la vuelta. Las que s¨ª asistieron contaron que altos cargos del Ministerio de Sanidad, dirigido por Ana Mato, les hab¨ªan llamado para exigirles que abandonaran, con la advertencia de que el PP iba a presidir la Junta unas semanas despu¨¦s y entre sus primeras medidas estar¨ªa la derogaci¨®n de la subasta de medicamentos. El PP no pudo cumplir entonces con su compromiso ante los grandes laboratorios porque el PSOE sigui¨® al frente de la Junta. Pero ahora, siete a?os despu¨¦s, los populares est¨¢n a un paso de lograr la presidencia de Andaluc¨ªa y una de las primeras medidas acordadas con Ciudadanos es poner fin a la licitaci¨®n p¨²blica de f¨¢rmacos, un mecanismo que report¨® a la Junta 177 millones en 2017.

?Qu¨¦ tiene la subasta de f¨¢rmacos para situarse entre las prioridades de un pacto de Gobierno? Estos concursos son habituales en Espa?a para la compra por parte de la Administraci¨®n de los medicamentos de uso hospitalario, pero es la primera vez que se usa para la venta en farmacias. En esencia consiste en que la Junta licita la venta en farmacias de determinados grupos de f¨¢rmacos sujetos a financiaci¨®n p¨²blica. Con esta f¨®rmula, cuando un paciente acude a una farmacia con una receta por principio activo (por ejemplo, paracetamol), el boticario no le entrega cualquier gen¨¦rico, sino el del laboratorio que haya resultado adjudicatario en la subasta.

Esos f¨¢rmacos tienen un precio fijado por el ministerio, pero hasta entonces las farmacias negociaban a menudo con los laboratorios para que, a cambio de comprarle su presentaci¨®n, le concedieran mejoras econ¨®micas en otros productos. Con la subasta, esas mejoras no se las llevan los farmac¨¦uticos sino la Junta, y ahora los laboratorios ingresan mensualmente en una cuenta de la Consejer¨ªa de Hacienda el importe de la rebaja que ofrecieron para ganar el concurso.

El Gobierno central llev¨® la subasta al Constitucional en marzo de 2012 nada m¨¢s constatar que la Junta seguir¨ªa en manos del PSOE, pero el tribunal aval¨® la medida cuatro a?os despu¨¦s. Perdida esa batalla, los populares (a los que luego se sum¨® Ciudadanos) siguieron haciendo frente a la licitaci¨®n de medicamentos, a pesar de que en 2015 el Ejecutivo de Mariano Rajoy avanz¨® un sistema de selecci¨®n de precios de medicamentos inspirado en la subasta andaluza, que no lleg¨® a entrar en vigor, seg¨²n confirman hoy fuentes del ministerio. La subasta, que incluye 636 medicamentos, ha ido consiguiendo su objetivo, aunque a trompicones.

Sin embargo, ahora el ahorro parece tener los d¨ªas contados con el plan que PP y Ciudadanos se han fijado para acometer ¡ªsi forman Gobierno¡ª en los pr¨®ximos 100 d¨ªas. Entre las ¡°medidas de urgencia para la cohesi¨®n y la inclusi¨®n social¡±, el pacto incluye ¡°la reversi¨®n del actual modelo de la subasta de medicamentos¡±. El PP presenta su decisi¨®n de revertir el modelo apoy¨¢ndose en que ¡°farmac¨¦uticas, profesionales y pacientes han mostrado su oposici¨®n¡±, aunque admite que a¨²n debe solventar c¨®mo recuperar esos 177 millones anuales que la Junta restar¨¢ a sus cuentas.

Mientras, Ciudadanos considera que la subasta ¡°atenta contra la igualdad de acceso a prestaciones y f¨¢rmacos para los andaluces en comparaci¨®n con el resto de ciudadanos¡±, y les impide acceder a ¡°f¨¢rmacos novedosos¡± y limita sus ¡°opciones terap¨¦uticas¡±, precisa una portavoz. Ambas formaciones denuncian que la subasta causa desabastecimiento y que los andaluces toman f¨¢rmacos de peor calidad que el resto de espa?oles, porque entre los adjudicatarios de las subastas abundan las compa?¨ªas indias, a pesar de que todos cuentan con la autorizaci¨®n de la Agencia Europea del Medicamento.

La Junta defiende que la subasta es ¡°una medida de eficiencia y ahorro que no afecta a la calidad farmac¨¦utica y que permite revertir los beneficios del ahorro en el propio sistema sanitario p¨²blico¡±.

Para la formaci¨®n que preside Albert Rivera, ¡°es un sistema que limita la I+D+i al negar el acceso al mercado a principios activos de peque?os laboratorios que no pueden competir con las ofertas de los grandes laboratorios¡±.

Sin embargo, la realidad parece ser justo la inversa, ya que los grandes laboratorios han optado tradicionalmente por evitar la subasta para no rebajar sus precios en Andaluc¨ªa y as¨ª producir agravios comparativos en el resto de regiones, seg¨²n fuentes del sector.

A pie de calle, Javier Rodr¨ªguez, due?o de una c¨¦ntrica farmacia en Sevilla, est¨¢ molesto con la subasta pero entiende ¡°la parte econ¨®mica de la Junta¡± y lo explica de manera gr¨¢fica: ¡°El SAS [Servicio Andaluz de Salud] quer¨ªa su parte de la tarta que se llevaban farmacias y laboratorios¡±. Desde 2012, la porci¨®n de la Junta han sido 586 millones tras 14 convocatorias de subasta.

Rafael Durb¨¢n, director de Laboratorios Durb¨¢n, que suministra ocho f¨¢rmacos en Andaluc¨ªa, subraya: ¡°Los laboratorios grandes no se presentan porque si hacen ese descuento tambi¨¦n en el resto de Espa?a, perder¨ªan mucho¡±. Durb¨¢n afirma que se interponen en los juzgados ¡°cinco querellas¡± al mes contra la subasta para presionar y ¡°han conseguido que otras comunidades aut¨®nomas no hagan subastas porque le da miedo al pol¨ªtico de turno¡±. Mientras, la patronal Farmaindustria, tradicionalmente en contra de la subasta, opta por ¡°esperar para valorar la idea hasta que se concrete¡±, seg¨²n un portavoz.

Antonio Mingorance, presidente del Consejo Andaluz de Colegios Farmac¨¦uticos que aglutina a 3.900 boticarios, censura la ¡°inmensa burocracia¡± que les acarrea la medida. Mingorance matiza que el desabastecimiento solo lo sufren las farmacias, no los ciudadanos, y que es un problema europeo. Y aprovecha para acallar las voces cr¨ªticas sobre la calidad de los gen¨¦ricos producto de la subasta: ¡°Todos los medicamentos son seguros y eficaces¡±.