China pelea por ser el l¨ªder mundial del coche el¨¦ctrico

China no ha ido a la vanguardia en la fabricaci¨®n de autom¨®viles de combusti¨®n, pero pisa fuerte para ser l¨ªder mundial en coches el¨¦ctricos. El pa¨ªs asi¨¢tico se consolida como el primer mercado mundial en producci¨®n y ventas de este tipo de veh¨ªculos, con tasas de crecimiento que hacen palidecer las que se registran en Europa o Estados Unidos. El empuje del sector es una prioridad absoluta para Pek¨ªn, que a partir de este a?o pone en marcha un ambicioso sistema de cuotas ¨²nico en el mundo que obliga a todos los fabricantes a dedicar una parte sustancial de su producci¨®n a los veh¨ªculos el¨¦ctricos o h¨ªbridos enchufables.

En los primeros nueve meses de 2018 se vendieron en China 721.500 veh¨ªculos el¨¦ctricos, un 81% m¨¢s que el mismo periodo del a?o anterior. En 2015, hace solamente tres a?os, la cifra era de 331.000, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n China del Autom¨®vil. En n¨²meros absolutos, China se sit¨²a por ventas en el primer lugar mundial, pero en t¨¦rminos relativos esta cifra supone apenas un 3% del total de veh¨ªculos vendidos en el pa¨ªs.

Las autoridades chinas han favorecido la explosi¨®n del sector gracias a abundantes subsidios a los consumidores. Pek¨ªn ha visto en el coche el¨¦ctrico una v¨ªa para reducir la contaminaci¨®n de sus ciudades (aunque la principal fuente de generaci¨®n de electricidad sigue siendo la combusti¨®n del carb¨®n, que a su vez emite gases contaminantes), cumplir con los compromisos establecidos en el Acuerdo del Clima de Par¨ªs (se est¨¢ apostando por sustituir el carb¨®n por el gas natural) y reducir su dependencia del petr¨®leo. Pero sobre todo se ve como una oportunidad ¨²nica y estrat¨¦gica para situar a sus fabricantes en la primera l¨ªnea de una transici¨®n crucial.

China quiere estar preparada para ese momento y ha tomado medidas dr¨¢sticas al respecto. Desde el 1 de enero, cualquier fabricante ¡ªlocal o extranjero¡ª que produzca o importe en China m¨¢s de 30.000 veh¨ªculos debe obtener un ¡°cr¨¦dito verde¡± superior al 10%, lo que dependiendo de la eficiencia de cada modelo puede llegar a suponer que un 10% de su producci¨®n total tenga que ser el¨¦ctrica. Esta cifra ascender¨¢ al 12% en 2020 y est¨¢ previsto que siga subiendo en los a?os posteriores.

Los fabricantes que no est¨¦n en condiciones de cumplir con estas cuotas deber¨¢n comprar cr¨¦ditos a aquellos que las sobrepasen (de forma similar al funcionamiento del mercado de emisiones de carbono), pagar multas y, en los casos m¨¢s graves, incluso estar¨ªan obligados a abandonar el mercado chino.

Los intentos de Pek¨ªn de establecer una potente industria automovil¨ªstica han sido infructuosos. Los fabricantes dom¨¦sticos son potentes porque el mercado interno es inmenso y porque los extranjeros han sido obligados a operar junto a un socio local. Pero ninguna marca china ha logrado tener un ¨¦xito significativo fuera de sus fronteras. Si la apuesta por el veh¨ªculo el¨¦ctrico en casa tiene ¨¦xito, las autoridades conf¨ªan en que sus fabricantes adquieran la suficiente experiencia y reputaci¨®n para ser competitivos despu¨¦s en otros pa¨ªses.

¡°El mensaje es claro: China quiere tener el liderazgo de los veh¨ªculos el¨¦ctricos en el mundo y todos los actores deben actuar r¨¢pido. El plan aumentar¨¢ significativamente el volumen de veh¨ªculos el¨¦ctricos ya que los fabricantes se ver¨¢n obligados a producirlos. Y definitivamente veremos m¨¢s modelos en el mercado y las empresas se apresurar¨¢n a lanzarlos cada vez m¨¢s r¨¢pido y a mejorar sus prestaciones por la dura competencia¡±, explica Xing Lei, editor del portal especializado China Automobile Review.

Sin embargo, para Scott Kennedy, director adjunto del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales, el m¨¦todo usado por las autoridades chinas para desarrollar el sector tiene varias debilidades. ¡°Esta industria no existir¨ªa si no fuera por el apoyo estatal. Hay docenas de fabricantes y no todos pueden sobrevivir aunque haya subsidios o la demanda se incremente a una tasa de tres d¨ªgitos. Existe la posibilidad de que se genere sobrecapacidad y se sacudan los mercados internacionales, como ocurri¨® con los paneles solares¡±, advierte.