El hombre que asesin¨® a su esposa en 2003 tuvo prohibido acercarse a sus hijos cinco a?os
Jos¨¦ Javier Salvador Calvo dispar¨® su carabina contra su pareja "sin darle tiempo a reaccionar, defenderse eficazmente, o salir huyendo"
Jos¨¦ Javier Salvador Calvo, el hombre que supuestamente ha asesinado en Zaragoza a?la abogada Rebeca Santamalia Cancer, de 48 a?os, y con quien manten¨ªa una relaci¨®n sentimental, fue condenado en 2005 a 18 a?os de prisi¨®n por el asesinato de su esposa, Patricia Maurel Conte, el 22 de mayo de 2003 en la localidad turolense de la Puebla de Hijar, seg¨²n la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Arag¨®n. Adem¨¢s, tuvo prohibido aproximarse a sus hijos y a sus suegros durante cinco a?os, desde el momento en el que comenz¨® a disfrutar de las salidas de la prisi¨®n. El cad¨¢ver de Santamalia, quien defendi¨® a Salvador Calvo en este proceso, ha sido hallado este jueves en Zaragoza en la vivienda del hombre, que se ha suicidado.
En la sentencia se considera probado que Salvador mat¨® hace 16 a?os a su esposa, que entonces ten¨ªa 29. Descarg¨® una decena de tiros de la carabina que hab¨ªa comprado, dijo, para la comuni¨®n de su hijo. Y lo hizo despu¨¦s de ir a casa de sus suegros a comunicarles que Patricia le era infiel y que ¨¦l "estaba recibiendo mensajes de voz y escritos en su m¨®vil sobre la infidelidad". El fallo sostiene que Maurel "manten¨ªa relaciones por ordenador con un joven con el que ten¨ªa una gran confianza".
Salvador acudi¨® despu¨¦s, a las ocho y media del 22 de mayo, al bar Brillante de la Puebla de H¨ªjar. All¨ª se encontraba su mujer, candidata del PP a la alcald¨ªa de ese municipio, junto a sus compa?eros de partido, a quienes el homicida manifest¨® que "la devolver¨ªa" en dos minutos. En ese momento, la v¨ªctima sali¨® del bar y, tras mantener una breve conversaci¨®n con el acusado, subi¨® con ¨¦l a una?furgoneta Citro?n C-15.
Seg¨²n la sentencia, "el acusado llev¨® a su esposa hasta las afueras de la Puebla de H¨ªjar, a unos 900 metros aproximadamente de distancia". Cuando llegaron a ese punto, detuvo el veh¨ªculo "en un camino en el que no hay casas y en el que en aquel momento no hab¨ªa nadie". Salvador cogi¨® una carabina?¡ªarma larga de fuego de menor longitud y potencia que el fusil¡ª y "comenz¨® a disparar contra el cuerpo de esta sin darle tiempo a reaccionar, defenderse eficazmente, o salir huyendo".
Cuatro de los proyectiles impactaron en la cabeza de la v¨ªctima, dos en la zona frontal y otros dos en las sienes. Otros cuatro lo hicieron en la zona del t¨®rax y el abdomen. La sentencia arguye que se dispararon a corta distancia "con el fin de asegurar la muerte". Adem¨¢s, recibi¨® otro disparo en el brazo izquierdo, "cuando la v¨ªctima intentaba proteger su cabeza".
Despu¨¦s, Salvador traslad¨® el cad¨¢ver de su esposa a un campo de cultivo cercano y lo dej¨® all¨ª abandonado. Regres¨® al pueblo, estacion¨® la furgoneta y dej¨® en ella el arma, escondida entre ropas. Llam¨® por el m¨®vil a un amigo para que le trasladara a Teruel. Se encontr¨® con ¨¦l en?el restaurante Venta La Panolla, en Alca?iz (Teruel) sobre las once de la noche, donde lleg¨® conduciendo el coche de su esposa. En ese momento,?ante la insistencia del homicida "de que necesitaba ir a Teruel", su amigo le llev¨® en su veh¨ªculo.
Una vez all¨ª, Salvador fue al hospital y en el centro sanitario confes¨® a un agente de polic¨ªa que "hab¨ªa matado a su esposa". El homicida revel¨® a la Guardia Civil de H¨ªjar el lugar exacto en el que se hallaba el cad¨¢ver de Maurel. En la sentencia se concluye que "el acusado, al reconocer los hechos, era consciente de que iba a ser descubierto y de que ya estaban buscando a su mujer".
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