Las ¨®rdenes cat¨®licas de todo el mundo admiten que encubrieron abusos
Las congregaciones masculinas y femeninas reconocen en un comunicado haber mirado hacia otro lado mientras se produc¨ªan los abusos
La hist¨®rica cumbre para tratar el tema de los abusos a menores por parte del clero que comienza el jueves en el Vaticano est¨¢ obligando a todos los l¨ªderes religiosos a alinearse con un cierto esp¨ªritu de cat¨¢rsis. Aunque sea a ¨²ltima hora y sobre la campana. Esta ma?ana, en un ins¨®lito gesto hasta la fecha, las congregaciones y ¨®rdenes cat¨®licas masculinas y femeninas lanzaron un comunicado conjunto en el que admiten haber encubierto casos de abusos. "El fuerte sentido de familia en nuestras ¨®rdenes y congregaciones puede hacer dif¨ªcil condenar o denunciar el abuso. Esto dio lugar a una lealtad injustificada, a errores en el juicio, a lentitud en el actuar, a negar los hechos y a veces a encubrirlos. Nos sentimos necesitados de conversi¨®n y queremos cambiar".
Muchas de las congregaciones que ahora se adhieren al comunicado han negado de forma repetida su implicaci¨®n en casos de este tipo. Pero ahora, a las puertas de la hist¨®rica reuni¨®n en la que participar¨¢n 190 l¨ªderes religiosos (obispos, presidentes de conferencias episcopales, curiales¡), las asociaciones que agrupan a los superioras y superiores de todo el mundo (UISG y USG) reconocen "humildemente que no siempre" han actuado correctamente en los casos de abusos.
El documento, difundido por la oficina de prensa del Vaticano, admite que han vivido repetidos casos de abusos y que, en algunos casos, se ha mirado hacia otro lado. "Inclinamos nuestras cabezas con verg¨¹enza al darnos cuenta de que este abuso ha tenido lugar en nuestras congregaciones y ¨®rdenes, y en nuestra Iglesia. Hemos aprendido que quienes abusan ocultan deliberadamente sus acciones y son manipuladores".
La tard¨ªa admisi¨®n, a pocas horas de que comience la cumbre, resulta algo precipitada y revela una voluntad urgente de redenci¨®n medi¨¢tica. "Nuestra verg¨¹enza aumenta al constatar que no nos hemos dado cuenta de lo que estaba ocurriendo" y que "la respuesta de las personas con autoridad no ha sido la que deb¨ªa haber sido. No han sabido ver las se?ales de alarma o no se las tomaron en serio". Respecto a esta reuni¨®n, aunque consideran que "un encuentro de tres d¨ªas es un tiempo breve", consideran que puede servir "a iniciar importantes procesos y crear estructuras de rendici¨®n de cuentas, as¨ª como sostener los procesos y estructuras que ya existen".
En muchas ocasiones las v¨ªctimas han denunciado casos que afectaban a ¨®rdenes y congregaciones que suscriben el documento. Pero en un amplio n¨²mero de casos no encontraron ninguna respuesta. Algo que tambi¨¦n admiten ahora. "Por nuestra parte, prometemos hacer todo lo que est¨¢ en nuestras manos para escuchar mejor a los supervivientes, reconociendo humildemente que no siempre lo hemos hecho", a?aden. Tambi¨¦n prometen que implementan "todo lo que durante el encuentro se decida respecto a la rendici¨®n de cuentas exigida a las personas en autoridad".
La uni¨®n de ¨®rdenes y congregaciones admite que hubo ¡°una lealtad injustificada, a errores en el juicio, a lentitud en el actuar, a negar los hechos y a veces a encubrirlos". "Nos sentimos necesitados de conversi¨®n y queremos cambiar. Queremos actuar con humildad. Queremos identificar nuestros puntos ciegos. Queremos denunciar cualquier abuso de poder. Nos comprometemos a caminar con aquellos a quienes servimos, avanzando con transparencia y confianza, honestidad y sincero arrepentimiento", se?alan.
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