La hist¨®rica cumbre sobre abusos en el Vaticano pone a prueba la ¡°tolerancia cero¡±
La presi¨®n medi¨¢tica y de los colectivos afectados obliga al Papa a presentar medidas concretas tras la reuni¨®n de 190 l¨ªderes religiosos
¡°Tolerancia cero¡±. El discurso se repite una y otra vez al otro lado del T¨ªber, pero los resultados nunca terminan de llegar. Empez¨® el papa Benedicto XVI y continu¨® Francisco con las mismas palabras. Pero, ?qu¨¦ quiere decir realmente? Las v¨ªctimas, congregadas estos d¨ªas en Roma para presionar a los participantes de la hist¨®rica cumbre que tratar¨¢ la plaga de los abusos en la Iglesia cat¨®lica a partir del jueves, quieren esta vez un respuesta clara.
La Santa Sede busca un efecto cat¨¢rtico a la mayor crisis que ha vivido en las ¨²ltimas d¨¦cadas a trav¨¦s de esta reuni¨®n. La convocatoria en Roma de 190 l¨ªderes religiosos (entre presidentes de conferencias episcopales, curiales e iglesias orientales) supone un punto de inflexi¨®n que determinar¨¢, en gran medida, el futuro de la Iglesia. Pero la expectativa es tan grande que el Vaticano teme que pueda convertirse en un arma de doble filo. ¡°La idea de estos d¨ªas es que los obispos entiendan que se ha acabado la fiesta. Que es hora de aplicar la ley. Pero el Papa tiene un trabajo muy duro para convencerles¡±, se?ala un alto cargo vaticano.
Cuatro de los organizadores (Hans Zollner, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, el cardenal y arzobispo de Chicago, Blase Joseph Cupich, y Federico Lombardi) presentaron ayer la puesta en escena del evento. En la sala no cab¨ªa nadie. Medios de todo el mundo han aterrizado en Roma esta semana para seguir de cerca el desarrollo de la cita. En la calle, las v¨ªctimas comenzaban ya a organizarse para exigir al Papa que cumpla su promesa. Peter Isely, portavoz Ending Clergy Abuse (ECA), la asociaci¨®n global de supervivientes de abusos, lanzaba en la plaza de San Pedro la primera reivindicaci¨®n. ¡°Tiene que haber una ley universal en la que si eres un cura, una monja, un obispo¡ y has violado a un ni?o, a un adulto vulnerable, debes ser apartado del sacerdocio y entregado a las autoridades civiles. Punto. Y lo mismo para quien ha encubierto. Eso es tolerancia cero: ninguna excusa¡±.
Como un s¨ªnodo
La puesta en escena de la reuni¨®n ser¨¢ parecida a un s¨ªnodo. Durante tres d¨ªas, los 190 participantes se reunir¨¢n en el aula Paolo VI del Vaticano bajo un mismo esquema y tres temas centrales: la responsabilidad de los obispos, la rendici¨®n de cuentas y la transparencia. La cumbre comenzar¨¢ con el testimonio de cinco v¨ªctimas a trav¨¦s de un v¨ªdeo grabado. Cada jornada habr¨¢ varias ponencias, 10 grupos de trabajo divididos por idiomas y una sesi¨®n de conclusiones diarias. El domingo por la ma?ana, el Papa dar¨¢ un discurso de clausura en el que podr¨ªa haber alg¨²n anuncio que sacie la sed de las v¨ªctimas de obtener alguna medida concreta tras la cumbre.
Las conferencias episcopales deber¨ªan haberse reunido con las v¨ªctimas y rellenar un cuestionario sobre su actividad. Las preguntas del documento preparatorio se centraban en la situaci¨®n actual del problema de los abusos en la Iglesia local; el nivel de conciencia de este asunto entre el p¨²blico; los factores de riesgo m¨¢s importantes en los abusos sexuales; los factores que contribuyen a una ausencia adecuada de respuestas y las medidas de prevenci¨®n m¨¢s eficaz que el pa¨ªs en cuesti¨®n ha adoptado para proteger a los menores. Zollner confirm¨® ayer que lo han hecho el 89% y que no saben si todos se han reunido con las v¨ªctimas. En el caso espa?ol, por ejemplo, sus principales representantes, como Miguel Hurtado, abusado por el monje Andreu Soler en Montserrat, no ten¨ªan constancia ayer de ello.
El Vaticano, consciente de la limitada presencia de v¨ªctimas en este tipo de debates, ha convocado a algunos representantes de todo el mundo a participar en la cumbre que empieza el jueves. Lo har¨¢n en persona, a trav¨¦s de mensajes grabados en video y, en la mayor¨ªa de casos, sin que trascienda su identidad. Pero la voz m¨¢s combativa de la principal asociaci¨®n global (Ending Clergy Abuse (ECA) solo podr¨¢ escucharse en un encuentro previo que los organizadores de la reuni¨®n celebrar¨¢n el mi¨¦rcoles con 12 de ellas. Su portavoz, Peter Isely, record¨® a los obispos que no necesitan a nadie que hable por ellos. Y menos la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Por ello, durante toda la semana realizar¨¢n actos de protesta por toda Roma.
Entre los representantes que participar¨¢n el mi¨¦rcoles en la reuni¨®n est¨¢ el espa?ol Miguel Hurtado, v¨ªctiima del monje de Montserrat, Andreu Soler. ¡°Si el Papa quisera realmente solucionar el problema, la reuni¨®n ser¨ªa de tres semanas y no tres d¨ªas. Pero puede ser positivo porque los ojos del mundo est¨¢n puestos en el Vaticano.. Tienen que tomar medidas ahora porque si no en 5 a?os nadie les creer¨¢¡±, se?alaba a las puertas de la sala donde se hab¨ªa producido la rueda de prensa de presentaci¨®n del evento.
Para Hurtado, es clave que se defina el concepto de ¡°tolerancia cero¡±, algo que los obispos espa?oles, denuncia, no han respetado.Es un concepto que el Papa repite una y otra vez y deber¨ªan clarificar. En los pa¨ªses m¨¢s avanzados, tolerancia cero significa que si un sacerdote abusa de un ni?o una vez, se va a la calle. Pero eso solo se aplica a duras penas en Irlanda y EEUU. En Espa?a hay sacerdotes condenados por la justicia y que han admitido los cr¨ªmenes, que siguen formando parte de la Iglesia. Esa tolerancia cero de los obispos espa?oles no se la cree nadie¡±.
La sensaci¨®n mayoritaria entre las v¨ªctmas es que la cumbre busca solo una lavado de imagen. Si no hay medidas concretas, no servir¨¢ de nada, opina Hurtado. ¡°Los abusos a menores son delitos y tienen que ser juzgados por los jueces, no por los obispos¡±.
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