A juicio un argentino con epilepsia por cultivar cannabis medicinal para consumo propio
Una ley ampara el consumo de aceite para tratar la enfermedad, pero se condena la producci¨®n
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"Para tener coraje, siempre primero hay que tener miedo". Francisco Giovanoli puede quedar preso semanas despu¨¦s de decirle eso a EL PA?S. Su delito ha sido cultivar marihuana en su casa de Puerto Madryn (a 1.300 kil¨®metros de Buenos Aires) movilizado por un cuadro de epilepsia que no puede controlar sin el aceite derivado de la planta, y entusiasmarse hasta tener un verdadero jard¨ªn, porque, "?si un esqueje queda vivo, por qu¨¦ voy a matarlo?". El hombre, de 31 a?os, ser¨¢ juzgado desde este jueves y ya est¨¢ atrapado en la encrucijada legal que propone Argentina: reconoce jur¨ªdicamente el uso terap¨¦utico de la marihuana, pero condena su cultivo con penas similares a las de la violaci¨®n.
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Francisco sufre epilepsia desde los 6 a?os, pero reci¨¦n se dio cuenta en su juventud, cuando dej¨® Puerto Madryn para estudiar en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. Sus constantes ataques lo derivaron al Valcote, como se comercializa en Argentina el valproato de sodio, un antiepil¨¦ptico y estabilizador del estado de ¨¢nimo que puede ocasionar graves problemas hep¨¢ticos. El remedio era peor que la enfermedad, y el joven permanec¨ªa en un estado de "bobera", como ¨¦l mismo dice. Hasta que un amigo le regal¨® una flor de cannabis y Francisco decidi¨® cultivar por su cuenta. As¨ª comenz¨® a fumar cannabis en forma regular y usar aceite para dormir. Desde entonces registr¨® mejoras al procesar la informaci¨®n y en su manera de pensar y se detuvieron las crisis.
En 2014, cuando lo allanaron tras una denuncia an¨®nima le hallaron seis plantas a punto de cortar, otras diez en macetas de diez litros, en estado vegetativo (antes de la producci¨®n de flores psicoactivas) y unos 30 plantines en vasos de 500 cent¨ªmetros c¨²bicos. Otro detalle para analizar si existe tr¨¢fico es que la mayor¨ªa de las gen¨¦ticas eran Black Widow, una de las m¨¢s usadas por los usuarios terap¨¦uticos y que Francisco ven¨ªa desarrollando desde hace tres a?os.
"El miedo es motor de todo"
"Estoy h¨ªper ansioso, muy nervioso, por momentos angustiado, en otros tranquilo. Una ebullici¨®n de sensaciones", cuenta Francisco, 24 horas antes del inicio del juicio en el que afronta penas de entre 4 y 15 a?os de prisi¨®n. Su primer contacto con la polic¨ªa, como acusado, fue el d¨ªa del allanamiento. Imagina la c¨¢rcel como en la serie de televisi¨®n argentina El Marginal, donde los actores se clavan cuchillos y se tiran desde las azoteas. "?Qu¨¦ voy a hacer adentro de la c¨¢rcel?", se pregunta, "Soy docente, podr¨ªa hacer eso, pero es un lugar totalmente ajeno a mi realidad cultural. Tambi¨¦n me pienso plant¨¢ndome de manos (en guardia) para hacerme mi lugar dentro de los escalafones socioculturales del pabell¨®n", dice. En suma, sabe que ante un eventual encierro deber¨¢ volver al Valcote.
Francisco sufre una enfermedad similar a la de muchos de los ni?os por los cuales el Congreso sancion¨® hace un a?o y medio la ley que los reconoce como pacientes de cannabis. A diferencia de esos peque?os pacientes, ¨¦l puede explicar lo que siente con palabras de adulto. La paradoja es que eso mismo es lo que lo deja fuera de la ley. "Yo no entro en ese registro porque la ley determina que solamente sirve para epilepsia refractaria en ni?os y j¨®venes adultos y yo ya no lo soy, ni padezco ese tipo de epilepsia".
Cuando su caso se conoci¨® en la revista THC, dedicada al consumo de cannabis, unos alumnos le preguntaron sobre su caso, pero se hizo el distra¨ªdo. "?Para qu¨¦ contarles si "en la realidad de esos pibes hay muchos problemas reales de abusos de sustancia y muchas veces hay bolsas de pegamento en la puerta de la escuela cuando llegas temprano?", se pregunta Francisco. Sin embargo, cree, el sistema punitivo "no es la soluci¨®n, s¨®lo asusta y es muy posible que eso quieran hacer conmigo".
"El Congreso Nacional, al aprobar la ley ha deso¨ªdo el principal reclamo de la poblaci¨®n que consume cannabis con fines terap¨¦uticos, que es acceder a la sustancia por cualquier v¨ªa, un acceso democr¨¢tico. Se neg¨® la posibilidad de acceder al autocultivo y se mantuvieron las mismas penas establecidas desde 1989", opin¨® Mariano Fusero de la organizaci¨®n Reset, que asesora a Francisco en el juicio. "Tenemos una de las legislaciones m¨¢s vetustas, anacr¨®nicas y desproporcionadas de la regi¨®n y del mundo", cerr¨®.
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