La lucha sin fin de las madres del cannabis en Argentina
La ley que habilita el uso medicinal de la planta tiene m¨¢s de un a?o, pero el Estado no provee el aceite y las mujeres dependen de los jueces para poder cultivar

Los Navarro son mam¨¢ Macarena, abuela Mar¨ªa Eugenia y bisabuela Nelly. El tridente de mujeres est¨¢ al servicio del peque?o Joaqu¨ªn, un pr¨ªncipe dominado por un combo de hiperactividad, d¨¦ficit de atenci¨®n, ansiedad, fobia social e insomnio. Son los s¨ªntomas del s¨ªndrome de Tourette. Junto con otra familia, fueron habilitados por un tribunal para cultivar marihuana en su casa, tras la presentaci¨®n de dos recursos judiciales. Han tenido suerte. El resto de las familias que hace poco m¨¢s de un a?o celebr¨® la sanci¨®n de la ley 27.350, nacida para regular el cannabis medicinal, navega en un pantano de burocracia y desprotecci¨®n. La letra, de momento, s¨®lo sirve para argumentar los amparos liberadores.
La medicina tradicional castig¨® a Joaqu¨ªn, de siete a?os, con dos potentes antipsic¨®ticos: Risperidona, usado para combatir la esquizofrenia porque inhibe la dopamina, y Flunarizina, un bloqueador de los canales de calcio. Los efectos colaterales de ambas drogas fueron dif¨ªcles de sobrellevar: Joaqu¨ªn babeaba, no pod¨ªa contener su orina y sus miembros se entumec¨ªan. Macarena decidi¨® cortar el tratamiento a los dos meses de iniciado y la abuela Mar¨ªa Eugenia Sar acerc¨® la soluci¨®n: el cannabis. Al principio, cultiv¨¢ndolo en forma clandestina. "Hice lo que el amor me hizo hacer", dice la mujer de 55 a?os a EL PA?S.
Con las primeras dos gotas, el peque?o Joaqu¨ªn pudo completar una siesta de dos horas y media de corrido -algo inusual hasta entonces-, despert¨® y pidi¨® una banana. Dos d¨ªas despu¨¦s los tics desaparecieron y la vida de Joaqu¨ªn comenzaba a ser la misma que antes del s¨ªndrome Tourette.
La clandestinidad de los Navarro concluy¨® el 10 de mayo pasado, cuando un tribunal de la provincia de R¨ªo Negro (a 930 kil¨®metros al suroeste de Buenos Aires), donde viven, dio curso al amparo que hab¨ªan presentado. Hasta ese momento, las plantas estuvieron en casa de la bisabuela Nelly, a salvo de la c¨¢rcel gracias a sus 83 a?os. "Joaqu¨ªn es un privilegiado y no debe ser as¨ª", dice Mar¨ªa Eugenia, "esto debe ser un derecho para todo el mundo y estos abuelos no se van a quedar callados en la casa, sino que van a gritar".
El caso de los Navarro llev¨® a la Asociaci¨®n Pensamiento Penal (APP) a lanzar la campa?a #Amparate, con un modelo de amparo judicial que busca democratizar el acceso a la justicia de las personas que necesitan la sustancia en su estado vegetal y quieren blanquear sus cultivos para evitar penas que van desde los cuatro hasta los 15 a?os de prisi¨®n, los mismos que puede recibir, por ejemplo, un violador.
"No es solo que la ley, en la pr¨¢ctica, no result¨® un avance en el reconocimiento del derecho, sino que fue un retroceso en la ¨²nica forma de acceso legal a la sustancia", explica Mariano Fusero, de APP. "Por otro lado, las provincias que quieren avanzar en la elaboraci¨®n p¨²blica de medicamentos tienen una restricci¨®n de cultivo por parte del Anmat (la oficina encargada de regular los medicamentos en Argentina) y eso tambi¨¦n est¨¢ muy demorado", completa.
Diego Sarasola, coordinador de investigaci¨®n en cannabis medicinal del ministerio de Salud, inform¨® que "hay un predio asignado [para el cultivo] en la localidad de Castelar (a media hora de Buenos Aires), pero hay por delante un proceso de selecci¨®n de cepas para asignar a la patolog¨ªa. La idea es avanzar en un desarrollo para investigaci¨®n y el tema de los plazos es complejo. Seg¨²n el INTA (Instituto de Tecnolog¨ªa Agropecuaria) el cultivo oficial llevar¨¢ un a?o porque hay que aislar las cepas y cumplir dos o tres ciclos de sembrado o cosechado".
Seg¨²n el RECANN (un programa nacional de estudio del uso medicinal del cannabis) existen unas 120 familias anotadas en el registro para beneficiarios del aceite, aunque en Argentina existen muchos m¨¢s que cultivan y lo producen en casa. Todas asistieron con entusiasmo a los debates parlamentarios previos a la sanci¨®n de la ley que promueve la medicina cann¨¢bica, pero que no deja producirla ni la provee. Ellas importan el aceite Charlotte, un preparado de una ¨²nica cepa, que proviene de los Estados Unidos y tiene un valor que va de los 75 a los 300 d¨®lares. Otros, con menos suerte, tienen que acudir al mercado negro, sin tener claro qu¨¦ es lo que est¨¢n comprando.
El uso de una sola gen¨¦tica es apenas una soluci¨®n paliativa, dado que el organismo se acostumbra y eso puede llevar a un aumento de la dosis. Muchas madres y m¨¦dicos entienden que la soluci¨®n es alternar, al menos, entre tres cepas. En otras palabras, cultivar en casa.
Burocracia
El tr¨¢mite para acceder la permiso de importaci¨®n del Charlotte es online desde marzo pasado. Sin embargo, la plataforma administrada por el Ministerio de Modernizaci¨®n presenta fallas, seg¨²n la propia oficina, "en el 20% de los casos", aunque tambi¨¦n habr¨ªa "resistencias dentro del Organismo". Las cosas no son m¨¢s simples en la Anmat, ¨²ltima voz antes del permiso definitivo. Desde all¨ª reconocieron que "la puesta a punto para agilizar los tr¨¢mites se demora" y que "va a estar solucionado pr¨®ximamente".
"A los 20 d¨ªas mi tr¨¢mite fue aprobado", relata Valeria Bruno, mam¨¢ de Ignacio, un ni?o de 12 a?os con par¨¢lisis cerebral y epilepsia refractaria. "Logr¨¦ que saliera porque siempre uno tiene a mano el tel¨¦fono de alguien y estamos organizadas con las otras madres. Por suerte no se venci¨® la orden de mi m¨¦dico, como le pas¨® a mucha gente". "Es un rompecabezas imposible de armar. Son muchos filtros y es evidente que no hay ninguna voluntad de cambiar nada", resume Valeria.
"Hay un reclamo de las madres que es cierto y es que el tr¨¢mite se les complic¨® m¨¢s que antes", reconoce Sarasola. "Eso tuvo que ver con que el Anmat puso m¨¢s restricciones para el ingreso de otras mol¨¦culas m¨¢s complejas y eso le peg¨® de costado al tema del cannabis medicinal. Por eso estamos pidiendo una resoluci¨®n m¨¢s espec¨ªfica para ese tema y esperemos que Anmat resuelva eso pronto", dice. El hospital pedi¨¢trico Garrahan, uno de los centros de alta complejidad m¨¢s reconocidos de Sudam¨¦rica, ser¨¢ el encargado de realizar los ensayos cl¨ªnicos, que comenzar¨ªan en los pr¨®ximos meses.
Sergio Wisky, uno de los diputados que se mostr¨® m¨¢s activo en el debate parlamentario de marzo de 2017, afirma que "la operativizaci¨®n de la ley result¨® m¨¢s compleja" de lo que pensaron los redactores de la norma en un principio. Hubo, con todo, avances importantes. Uno de ellos fue quitar al cannabis medicinal de la ¨®rbita de lo penal y tratarlo como un tema de salud p¨²blica". No obstante, desde el Frente de Organizaciones Cann¨¢bicas Argentinas (FOCA) reportan desde enero de 2017 al menos 40 casos de cultivadores solidarios que fueron allanados o detenidos o que han sufrido el robo de sus plantas, sin posibilidades de denunciar el hecho a la polic¨ªa.
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