Buenos Aires, epicentro del 8M en Am¨¦rica Latina
Movilizaci¨®n masiva en Santiago de Chile. En Ciudad de M¨¦xico, miles salen a marchar contra la violencia femenicida y por la legalizaci¨®n del aborto
El movimiento feminista en Argentina ha perdido una batalla, pero no la guerra. El a?o pasado, el Congreso rechaz¨® la ley del aborto legal que fue motor de la lucha de las mujeres. Este 8M, decenas de miles marcharon en Buenos Aires para recordarles a los representantes pol¨ªticos que hay una agenda pendiente. La concentraci¨®n se produjo frente al Congreso, convocada por decenas de colectivos feministas, estudiantes, sindicatos y organizaciones sociales. Al color violeta, que identifica el 8M en todo el mundo, las mujeres argentinas sumaron el verde de la campa?a por la legalizaci¨®n del aborto y el naranja, que exige la separaci¨®n de la Iglesia y el Estado. Tambi¨¦n alzaron la voz contra los feminicidios, una de las grandes lacras sociales del pa¨ªs sudamericano: entre enero y febrero hubo 54 casos.
En Ciudad de M¨¦xico, miles han tomado el Paseo de la Reforma, principal arteria del centro de la capital. Juntas, vestidas de morado y tambi¨¦n de verde, en apoyo a las compa?eras argentinas y la lucha por la legalziaci¨®n del aborto, han marchado hacia el Z¨®calo. Uno de los gritos m¨¢s escuchados ha sido: "hay que abortar este sistema patriarcal".
En Argentina, la ola comenz¨® en junio de 2015, cuando el movimiento Ni una menos lider¨® una movilizaci¨®n masiva contra los asesinatos de mujeres por la violencia machista. Desde entonces, el movimiento no ha dejado de ganar fuerza, sobre todo porque el drama no ha cesado. En 2018,?cada 30 horas muri¨® una mujer a manos de un hombre, una cifra calcada a la de a?os anteriores. La oficina estad¨ªstica argentina (Indec) present¨® el jueves sus propios datos de violencia machista.?En el ¨²ltimo lustro ha habido 242.872 v¨ªctimas, que realizaron 576.360 denuncias. El 86% de esa violencia fue psicol¨®gica y el 56,3%, f¨ªsica; en siete de cada 10 casos, los agresores ten¨ªan un v¨ªnculo con la v¨ªctima.
La movilizaci¨®n en Buenos Aires ha sido impactante por la afluencia de manifestantes, similar a la de fechas ic¨®nicas para los argentinos, como la que cada 24 de marzo, cuando se conmemora el aniversario del golpe militar de 1976. Por la avenida de Mayo, una arteria de 1,2 kil¨®metros y aire madrile?o que une la Casa Rosada con el Congreso, marcharon las mujeres al grito de "Aborto legal en el hospital"? o "Am¨¦rica Latina va a ser toda feminista". Las pancartas, hechas a mano, resumieron las consignas de la movilizaci¨®n: "Libres e iguales", "Ni?as, no madres", "Es mi cuerpo, yo decido" o "Basta de violencia machista". En la calle se vieron mujeres de todas las edades, desde ni?as en edad escolar hasta mujeres con bast¨®n que marchaban acompa?adas por sus hijas o sus nietas.?
La pol¨ªtica tambi¨¦n se ha sumado a la ola. El presidente argentino, Mauricio Macri, ha reglamentado este viernes la ley de igualdad de g¨¦nero para la pol¨ªtica aprobada en 2017. Los partidos deber¨¢n presentar en las elecciones de octubre listados con candidatos y candidatas de manera intercalada y consecutiva. En el haber qued¨® la promesa de Macri del 8M del a?o pasado de una ley de paridad salarial: el proyecto del mandatario choc¨® contra la indiferencia del Congreso.
Por eso, la marcha en Buenos Aires fue el reflejo de las cuentas pendientes. En estos primeros compases del a?o, dos casos reavivaron la llama por el debate m¨¢s ¨¢lgido: el del aborto legal. Entre enero y febrero, dos menores de 11 y 12 a?os embarazadas producto de una violaci¨®n fueron obligadas a parir por ces¨¢rea en hospitales del norte del pa¨ªs. Los beb¨¦s de las ni?as murieron y las madres ni?a quedaron con secuelas irremediables. Ambos casos estaban dentro de los supuestos de aborto no punible vigentes desde 1921.
La reivindicaci¨®n por la igualdad entre hombres y mujeres domin¨® toda la jornada en Argentina. No hubo, sin embargo, un paro masivo, como en Espa?a, por falta de apoyo sindical. S¨®lo los gremios de maestros y de empleados p¨²blicos dieron protecci¨®n a sus afiliados. El resto de las mujeres debi¨® conformarse, en el mejor de los casos, con una autorizaci¨®n para retirarse antes del trabajo.
Una multitud en Chile
El 8M en Chile ha sido hist¨®rico. En el primer d¨ªa la mujer luego del mayo feminista de 2018, cuando desde las universidades explot¨® una nueva ola de reivindicaciones por la igualdad de g¨¦nero, las mujeres se han volcado a las calles de diferentes ciudades del pa¨ªs durante la jornada y, por la noche, al menos 190.000 personas (seg¨²n la polic¨ªa) marcharon pac¨ªficamente por la Alameda, la principal avenida de Santiago de Chile. "Alerta, alerta, alerta machista. Que todo el territorio se vuelva feminista", gritaron miles de manifestantes -muchas acompa?adas de sus familias- que formaron una columna inmensa en la principal arteria de la ciudad. Bailes, canciones y decenas de carteles con leyendas por la igualdad animaron a las asistentes de esta marcha convocada por la Coordinadora 8M, que agrupa a varios colectivos feministas chilenos.
Mientras en distintas ciudades del pa¨ªs se desarrollaron multitudinarias marchas por el 8M -en Valpara¨ªso, Concepci¨®n y Punta Arenas, por ejemplo-, un nuevo feminicidio enlut¨® la jornada en el municipio de Recoleta, en el centro de la capital. Un hombre le dispar¨® a su pareja de 45 a?os, que de acuerdo a Carabineros hab¨ªa presentado hace tres d¨ªas una denuncia por amenazas. Es el feminicidio 11 en lo que va de 2019, donde se han producido al menos otros 21 intentos de asesinato con estas caracter¨ªsticas. "Duele en el alma (¡) No lo vamos a tolerar", escribi¨® en Twitter el presidente Sebasti¨¢n Pi?era, cuyo Gobierno anunci¨® una querella en contra del responsable del feminicidio, que se ha fugado, y por la ma?ana firm¨® un proyecto de ley contra el ciberacoso.
La masividad del evento en Santiago ha provocado, incluso, el colapso de algunas de las estaciones de metro, donde la gente ha debido esperar por largo tiempo para poder avanzar y subir a la superficie.
La lucha sigue en M¨¦xico
En Ciudad de M¨¦xico, uno de los momentos de la tarde ha llegado a mitad camino del z¨®calo, sede del fin de fiesta. Frente al Palacio de Bellas Artes, una joven vestida de blanco ha escalado el monumento a Francisco I. Madero, se ha subido a lomos de su caballo de bronce y le ha colocado al pr¨®cer un pa?uelo verde en el cuello. No ha sido el ¨²nico s¨ªmbolo intervenido en la marcha. En una de las pancartas, un grupo de mujeres hab¨ªa escrito: "si Ju¨¢rez viviera con nosotros estuviera", en referencia a uno de los padre de la patria, Benito Ju¨¢rez, referencia indiscutible del actual presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
A 100 d¨ªas de iniciar su mandato, las ¨²nicas que han hecho frente al popular mandatario han sido las mujeres. Primero, por su decisi¨®n de eliminar el programa de estancias infantiles; por su peculiar manera de cargar a las "abuelitas" la responsabilidad de cuidar a los nietos. Segundo, por amagar con borrar el presupuesto para los refugios que atienden a mujeres maltratadas.
No han sido tantas como en Buenos Aires o Santiago de Chile, pero s¨ª varios miles. En Ciudad de M¨¦xico, las distancias y el tr¨¢fico dificultan las movilizaciones masivas. Para las millones de trabajadoras que emplean cuatro o cinco horas en ir y volver de trabajar cada d¨ªa, una marcha a media tarde era poco menos que un lujo. Pese a ello, representantes del colectivo de trabajadoras del hogar, s¨ªmbolo de lo anterior, han llegado a la marcha, con carteles exigiendo la ratificaci¨®n del convenio 189. M¨¦xico tiene pendiente ratificar el convenio, que obliga a igualar los derechos de las trabajadoras del hogar a las del resto de profesionales.
Recuerdos tambi¨¦n en la marcha para el debate sobre el aborto. Esta semana, el congreso del Estado de Nuevo Le¨®n decidi¨® reformar la constituci¨®n local para proteger la vida desde la concepci¨®n. Esto, para evitar cualquier futura legislaci¨®n que regule el aborto.
Mucho se ha repetido tambi¨¦n otro c¨¢ntico: "Que no, que te dije que no, pendejo, no". Las cifras de violencia de g¨¦nero contra las mujeres en M¨¦xico son terribles. M¨¢s de 3.000 asesinatos al a?o, miles de casos de violaci¨®n y abuso sexual... En una pancarta podr¨ªa leerse: "Yo no soy nada de nadie".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.