Medidas urgentes para la sanidad p¨²blica
El sistema sanitario se encuentra en una situaci¨®n cr¨ªtica y debe afrontar de forma urgente retos como el aumento de la financiaci¨®n hasta el 7% del PIB
Nuestro sistema sanitario se encuentra en una situaci¨®n cr¨ªtica y por ello habr¨ªa que abordar, con la mayor brevedad posible, las siguientes cuestiones:
Financiaci¨®n. La sanidad p¨²blica necesita una financiaci¨®n suficiente para recuperarse de la etapa de recortes, que deber¨ªa de situarse en torno al 7% del PIB. Adem¨¢s, debe acabarse con la gran variabilidad de los presupuestos auton¨®micos. La financiaci¨®n sanitaria deber¨ªa ser finalista e ir ligada a los objetivos del Plan Integrado de Salud, tambi¨¦n como un instrumento de cohesi¨®n y coordinaci¨®n interauton¨®mico.
Exclusi¨®n. El real decreto ley 16/2012 estableci¨® importantes exclusiones en el acceso al sistema sanitario. El real decreto ley de sanidad universal pali¨® en parte esta situaci¨®n, pero todav¨ªa se producen problemas por una interpretaci¨®n cicatera de algunas comunidades aut¨®nomas. Por ello es importante aprobar un reglamento que garantice la atenci¨®n sanitaria a todas las personas que se encuentren en el pa¨ªs.
Copagos. Los establecidos en 2012 siguen vigentes (aunque algunos no se hayan aplicado, como el de transporte sanitario) y suponen un obst¨¢culo para el acceso de prestaciones necesarias para las personas m¨¢s pobres y m¨¢s enfermas (1,4 millones de personas no retiran, por motivos econ¨®micos, medicamentos prescritos). Es urgente acabar con esta situaci¨®n y eliminar los copagos.
Privatizaciones. Hay la opini¨®n de que se logr¨® paralizar la ofensiva privatizadora de la sanidad, pero no fue as¨ª, y aunque se detuvieron privatizaciones en lugares concretos, el proceso privatizador continu¨® con medidas menos llamativas y m¨¢s silenciosas. El resultado es contundente: aument¨® el coste de los servicios, favoreci¨® la corrupci¨®n y no se mejor¨® la atenci¨®n. Por ello hay que, primero, paralizar las privatizaciones y luego recuperar lo privatizado para lo que, como se comprob¨® en el caso de Alzira, lo fundamental es la voluntad pol¨ªtica.
Mayor utilizaci¨®n de recursos p¨²blicos. En paralelo a la privatizaci¨®n se han subutilizado los recursos de la sanidad p¨²blica que se ha deteriorado de una manera intencionada. Es importante garantizar la utilizaci¨®n intensiva de los grandes recursos tecnol¨®gicos e infraestructuras de esta, para lo que se requiere un aumento significativo del empleo en el sector que recupere los recortes de los ¨²ltimos 10 a?os.
Gasto farmac¨¦utico. Esta partida no ha cesado de incrementarse en estos a?os (14% de gasto total entre 2014-2017 y 22% en el gasto hospitalario), favorecida por un pacto con Farmaindustria que le garantizaba un crecimiento del gasto en paralelo con el PIB mientras el gasto sanitario decrec¨ªa en relaci¨®n a este, poniendo en riesgo la sostenibilidad del sistema. Adem¨¢s existe constancia de una utilizaci¨®n poco racional de los medicamentos y de la influencia de la industria en aspectos clave como el de la formaci¨®n continuada de los profesionales. Debe garantizarse un crecimiento del gasto farmac¨¦utico inferior al aumento de los presupuestos sanitarios, racionalizar la utilizaci¨®n y frenar las pol¨ªticas abusivas de la industria (desabastecimientos, precios, etc¨¦tera), as¨ª como regular estrictamente los actuales conflictos de inter¨¦s.
Disminuir la sobreutilizaci¨®n. La sobreutilizaci¨®n se produce con casi todas las tecnolog¨ªas sanitarias (alrededor del 30% de su utilizaci¨®n no est¨¢ justificada). Es necesaria una activa intervenci¨®n para mejorar la utilizaci¨®n y reducir la variabilidad, lo que sobre todo tiene que ver con cambio en la cultura profesional, potenciando instrumentos como la evidencia cient¨ªfica y la seguridad de los pacientes.
Atenci¨®n primaria. La Atenci¨®n Primaria (AP) tiene que ser la clave y la base de todo el sistema sanitario. La AP es el nivel con capacidad desarrollar las actividades de promoci¨®n y prevenci¨®n, facilitar el acceso de la poblaci¨®n en condiciones de equidad, realizar la asignaci¨®n racional y eficiente de los recursos en base a las necesidades, garantizar la continuidad a los cuidados de salud de las personas en todas las etapas vitales, etc¨¦tera. Por ello es fundamental potenciarla articulando una estrategia que acabe con su postergaci¨®n actual.
Pol¨ªtica de personal. Es clave en el sistema sanitario y ha sido abandonada en a?os en los que el personal sanitario es quien ha sufrido especialmente los recortes (menos personal, peores condiciones laborales). Necesitamos una nueva pol¨ªtica que garantice unas condiciones laborales dignas, potencie la adherencia de los profesionales al servicio p¨²blico (dedicaci¨®n exclusiva) y asegure una formaci¨®n continuada independiente de los intereses comerciales.
Salud p¨²blica. La salud p¨²blica (SP) esta postergada en nuestro sistema sanitario porque la Ley General de Salud P¨²blica no se ha desarrollado y hay una gran desconexi¨®n entre la SP y el sistema asistencial. Necesitamos potenciarla haciendo efectiva la Ley, aprobar el Plan Integrado de Salud y favorecer la relaci¨®n entre AP y SP.
Participaci¨®n social y profesional. La sanidad p¨²blica es propiedad de la ciudadan¨ªa y por eso es necesario que exista la capacidad de quienes mantenemos el sistema con nuestros impuestos de hacer un seguimiento, ser escuchados y participar en las tomas de decisiones del sistema sanitario, es decir, de participar para la gesti¨®n de lo que es de todos/as, la sanidad p¨²blica.
Por supuesto existen muchos m¨¢s problemas que deben de abordarse para garantizar una sanidad p¨²blica de calidad para toda la poblaci¨®n, pero para poder hacerlo con garant¨ªas de ¨¦xito, lo primero es pararle los pies al tripartito neoliberal y de ultraderecha que amenaza con desmontarla definitivamente.
Marciano S¨¢nchez Bayle es m¨¦dico y portavoz de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica.
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