La UE quiere que bebas agua del grifo

Barata, ecol¨®gica y al alcance de la mano. El agua del grifo re¨²ne, a priori, las cualidades necesarias para no tener rival en el mercado. Sin embargo, en algunos casos, el mal sabor o la desconfianza sobre su calidad alejan a muchos europeos del acto cotidiano de llenar un vaso en el fregadero. Las instituciones comunitarias quieren acabar con los recelos y se han propuesto vencer esas reticencias extremando los criterios de calidad y promoviendo su uso.

La Comisi¨®n Europea lanz¨® en febrero del a?o pasado una propuesta para modernizar la actual directiva, aprobada hace 21 a?os. Lo hizo?bajo el impulso de Derecho al Agua, la primera iniciativa ciudadana que ha conseguido recoger las firmas necesarias para pedir un cambio legislativo a Bruselas.

Este jueves, el Parlamento Europeo ha dado su visto bueno a implantar nuevas normas para convencer a los europeos de que hagan correr el agua que sale de sus tuber¨ªas. Por falta de tiempo ante la cercan¨ªa de las elecciones europeas del 26 de mayo, el siguiente paso en la tramitaci¨®n del texto, la negociaci¨®n con los Estados, comenzar¨¢ en noviembre, ya iniciada la pr¨®xima legislatura.

Bruselas maneja toda una retah¨ªla de argumentos para que los ciudadanos acudan m¨¢s a la cocina y menos al supermercado para saciar su sed. La Comisi¨®n Europea estima que un litro de agua extra¨ªda del grifo cuesta 0,002 euros, con lo que su precio es unas 500 veces inferior al de una botella de ese tama?o que cueste un euro. Adem¨¢s, recuerda que su consumo no contribuye a aumentar las toneladas de pl¨¢stico de los oc¨¦anos, como s¨ª hace el l¨ªquido embotellado.?

¡°En el planeta no hay ning¨²n otro elemento natural que tenga tal variabilidad de precio¡±, sentencia Julio Barea, responsable de consumo y biodiversidad en Greenpeace Espa?a. La ONG, que lleva a?os pidiendo un sistema de devoluci¨®n, reutilizaci¨®n y retorno de recipientes, calcula que cada d¨ªa se venden en el pa¨ªs 50 millones de envases de bebidas, de los que solo se recuperan 20 millones.?Los otros 30 acaban en vertederos, incineradoras o directamente en el medio.

La intenci¨®n comunitaria ahora es reforzar la idea de que el agua del grifo es igual de fiable, no solo a trav¨¦s de campa?as informativas, sino endureciendo los requisitos de calidad, instalando m¨¢s fuentes, colocando puntos de consumo en los edificios p¨²blicos, fomentando que bares y restaurantes la dispensen gratuitamente o a un precio reducido y asegurando el suministro a los grupos m¨¢s vulnerables.

Una postura que coincide con un sentir general plasmado en distintas iniciativas en todo el mundo. Sin ir m¨¢s lejos, en Espa?a se han lanzado campa?as como #Progrifo, de la Asociaci¨®n Espa?ola de Operadores P¨²blicos de Abastecimiento y Saneamiento (Aeopas), para facilitar el acceso al agua corriente, o #PideJarradeAgua, de la OCU, para que bares y restaurantes proporcionen agua del grifo gratis a sus clientes, algo que Bruselas, de momento, no contempla, al igual que?la mayor¨ªa de los Estados miembros. ¡°La directiva est¨¢ bien, pero no es la panacea¡±, valora Barea.?

Apta para el consumo?

El documento aprobado hoy destaca que m¨¢s del 98,5% del agua potable de la UE cumple los est¨¢ndares, seg¨²n pruebas realizadas entre 2011 y 2013. Pero busca proporcionar m¨¢s garant¨ªas bas¨¢ndose en las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La nueva normativa endurece los l¨ªmites de contaminantes como el plomo, introduce umbrales para disruptores endocrinos y vigila la presencia de micropl¨¢sticos.

Seg¨²n el Ministerio de Sanidad espa?ol, el 99,5% del agua que corre por las tuber¨ªas del pa¨ªs es apta para el consumo. ¡°Pero todo lo que es mejorar la vigilancia para proteger la poblaci¨®n es positivo¡±, valora Cristina Villanueva, epidemi¨®loga ambiental especializada en contaminaci¨®n del agua y salud. Explica que los controles del agua del grifo son a¨²n m¨¢s estrictos que los del agua embotellada y recuerda que todav¨ªa no hay estudios exhaustivos sobre ciertos contaminantes, como los micropl¨¢sticos. ¡°Es m¨¢s una medida de precauci¨®n, mientras que el plomo, neurot¨®xico, ya estaba regulado, y ahora baja el nivel m¨¢ximo permitido¡±. Otra cosa es que el sabor no convenza, ¡°aunque nada tenga que ver con la calidad¡±, asegura la investigadora del ISGlobal, centro impulsado por La Caixa.

La modificaci¨®n legislativa puede suponer un coste para los operadores de agua de entre 5.900 y 7.300 millones de euros, pero tiene su contrapartida en los hogares, a los que puede ayudar a ahorrar 600 millones. El cambio de h¨¢bitos parece todav¨ªa lejano: cada ciudadano europeo bebe de media 106 litros de agua embotellada al a?o seg¨²n la Comisi¨®n.?Luis Babiano, gerente de Aeopas, asegura que el 70% del agua embotellada se consume en el hogar. ¡°Sin concienciaci¨®n e inversi¨®n para mejorar el sabor del agua corriente en ciertos municipios es dif¨ªcil que haya un cambio¡±, reflexiona.

Espa?a es el cuarto productor de agua mineral de Europa y el tercer consumidor. Seg¨²n la patronal espa?ola de las aguas envasadas (Aneabe), el consumo per c¨¢pita de agua embotellada alcanz¨® los 120 litros en 2017 y la producci¨®n se situ¨® cerca de los 6.000 litros, con una facturaci¨®n de 1.000 millones de euros. Pese a asegurar que apoya la iniciativa europea, la asociaci¨®n subraya que las aguas minerales y del grifo son ¡°productos absolutamente distintos y complementarios e irremplazables, con distintas propiedades y legislaciones¡±. Por otro lado, recuerda que se ha comprometido a reciclar el 95% de sus botellas de PET para 2030.?

No existen datos de consumo de agua del grifo. Los espa?oles gastan 130 litros de agua potable al d¨ªa por persona, pero esa cifra incluye su uso para todas las actividades, incluidas la ducha, los electrodom¨¦sticos y la cocina.?Pese a su reducido precio unitario, suponen un negocio multimillonario a escala comunitaria: el coste del suministro potable en la UE fue de aproximadamente 46.500 millones de euros en 2014, unos 90 euros por habitante.