Alerta ante la intenci¨®n de Brun¨¦i de lapidar a gais y ad¨²lteros

Amnist¨ªa Internacional y varias organizaciones de derechos humanos asi¨¢ticas est¨¢n moviliz¨¢ndose ante la inminencia de que Brun¨¦i empiece a aplicar la lapidaci¨®n y otros castigos f¨ªsicos contra ad¨²lteros, personas LGTBI o aquellos musulmanes que no respeten la estricta versi¨®n de la ley isl¨¢mica (Shar¨ªa) que aprob¨® en 2014. Aunque el peque?o y rico sultanato no lo ha anunciado p¨²blicamente, los activistas denuncian que el Gobierno ha acelerado los ¨²ltimos cambios del c¨®digo penal y que entrar¨¢n en vigor el pr¨®ximo mi¨¦rcoles.

¡°El Gobierno de Brun¨¦i est¨¢ tramitando deprisa las dos ¨²ltimas fases de forma simult¨¢nea, con las leyes programadas para ser efectivas el 3 de abril de 2019¡±, asegura The Brunei Project, una iniciativa de derechos humanos centrada en ese pa¨ªs asi¨¢tico. De acuerdo con esta fuente, entre los castigos que se contemplan est¨¢ la amputaci¨®n de extremidades en caso de robo, la pena de muerte para la apostas¨ªa y flagelaci¨®n, c¨¢rcel e incluso lapidaci¨®n para quienes mantengan relaciones sexuales con personas de su mismo sexo o cometan adulterio.

Amnist¨ªa Internacional (AI) ha confirmado que las penas est¨¢n contempladas en las nuevas secciones del C¨®digo Penal de Brun¨¦i cuya entrada en vigor est¨¢ prevista el pr¨®ximo 3 de abril, de acuerdo con un discreto aviso en la web del fiscal general del sultanato.

Brun¨¦i, un pa¨ªs de 450.000 habitantes situado en la costa noroccidental de la isla de Borneo, est¨¢ gobernado por un monarca absoluto y cuenta con abundantes hidrocarburos. Hace seis a?os, el sult¨¢n Hassanal Bolkiak, que lleva en el poder desde 1967 y es uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo, decidi¨® introducir el componente criminal de la ley isl¨¢mica en el c¨®digo penal. Aunque en principio la Shar¨ªa s¨®lo se aplica a los musulmanes, que suman dos tercios de la poblaci¨®n, tambi¨¦n afecta a los no musulmanes y a las comunidades musulmanas que no compartan esa versi¨®n literal de las escrituras, que ven limitada su libertad religiosa.

La primera fase, puesta en marcha en mayo de 2014, incluy¨® multas o penas de c¨¢rcel por tener hijos fuera del matrimonio, no rezar los viernes, faltar al respeto al Ramad¨¢n (el mes de ayuno de los musulmanes) o difundir otras religiones distintas del islam. Sin embargo, las cr¨ªticas internacionales frenaron las dos siguientes fases, que contemplan los castigos m¨¢s crueles. Ahora las autoridades no s¨®lo han roto su promesa de espaciar la puesta en pr¨¢ctica de las controvertidas reformas, sino que lo est¨¢n haciendo con secretismo y, seg¨²n The Brunei Project, han prohibido a los medios locales que informen de las mismas.

¡°El C¨®digo Penal de Brun¨¦i es una ley gravemente defectuosa que contiene numerosas provisiones que violan los derechos humanos¡±, ha declarado Rachel Chhoa-Howard, investigadora de AI en un comunicado. ¡°Adem¨¢s de imponer castigos crueles, inhumanos y degradantes, restringe de forma descarada la libertad de expresi¨®n, religi¨®n y creencias, y codifica la discriminaci¨®n contra mujeres y ni?as¡±, a?ade.

Amnist¨ªa insta a Brun¨¦i a cancelar de inmediato sus planes para ejecutar esos castigos y revisar su c¨®digo penal de acuerdo con sus obligaciones de derechos humanos. Naciones Unidas tambi¨¦n ha mostrado su grave preocupaci¨®n por la deriva tomada desde 2014. El problema es que aunque el sultanato ha firmado la Convenci¨®n contra la Tortura y Otros Castigos o Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes, nunca la ha ratificado y ha rechazado todas las recomendaciones al respecto que la ONU le ha hecho en sus revisiones anuales.

Adem¨¢s, ASEAN SOGIE Caucus y OutRight Action International, dos organizaciones que defienden los derechos LGBT con base en Manila han expresado su inquietud a la agencia Reuters. La homosexualidad ya se castigaba hasta con 10 a?os de c¨¢rcel en Brun¨¦i, pero los cambios permiten que los musulmanes considerados culpables de adulterio, sodom¨ªa o violaci¨®n sean azotados e incluso lapidados, seg¨²n los activistas.

¡°Legalizar penas tan crueles e inhumanas es horroroso en s¨ª mismo. [Pero] algunos de los potenciales delitos ni siquiera debieran considerarse cr¨ªmenes, entre ellos las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo¡±, subraya Chhoa-Howard.